Al maestro (rocker) con cariño: Boom Boom Kid entrevista a… ¡Johny Tedesco!

El campeón del hardcore házlo-tú-mismo (que por estas horas prepara su tradicional concierto navideño) le pregunta todo lo que siempre quiso saber a su ídolo, el gran pionero del rockabilly en castellano

Por  DANIEL FLORES

diciembre 23, 2022

Boom Boom Kid y Johny Tedesco

Foto: Ignacio Sánchez

Para los desprevenidos, el match puede resultar desconcertante. ¿Qué hace un eléctrico militante hardcore-punk con un pionero del rockabilly, amigo de Palito Ortega y egresado de La escala musical y el Club del Clan en los 60? Pero lo cierto es que Boom Boom Kid es un fan incondicional de Johny Tedesco desde muy chico y hasta hoy colecciona sus viejos vinilos. Invitado a entrevistar a un colega para el especial Músicos por músicos, de Rolling Stone, el ex Fun People, ansioso como un fan adolescente, propone que el encuentro se concrete en Rockabilly, precisamente una de las mejores disquerías porteñas especializadas en material de los años 60 y 70, que expone varios incunables de Tedesco como obras de arte. Y llega con una larga lista de preguntas en su celular sobre la carrera del músico nacido 78 años atrás y aún activo entre estudios de grabación y festivales desde San Pedro hasta España. “Sos parte de mi vida y de mi formación musical. Mi padre era rocanrolero y mi vieja, más ye-yera, más nuevaolera. Mi viejo escuchaba Gene Vincent, Eddie Cochran, Bill Haley. Entonces, cuando en casa se escuchaba rock de verdad, en castellano, era gracias a vos, maestro”, lo saluda BBK y, aunque en unos pocos minutos ya firmó varios autógrafos, Tedesco le responde humilde y halagado:

JT: Gracias por eso. Acabo de cumplir 78 y, a esta altura, mi ADN debe ser rock and roll. Hay otros chicos que se acercan, pero vos sos músico, así que el reconocimiento es aún más importante…

Foto: Ignacio Sánchez

BBK: Es que vos grabaste el “Rock del tom tom”, quizás el primer rockabilly en castellano. ¿Me contás cómo nació ese tema?

JT: Ahí vas a encontrar la semilla de Elvis, de “Good Rockin’ Tonight”. Me acuerdo de estar en el living de mi abuela paterna, en Saavedra, y descubrir que tenía una guitarra arriba de un ropero. La bajó y me dijo: “Vení que te enseño los acordes”. A partir de ahí, estaba todo el tiempo con la guitarra, jugando. Cuando pude hacer mi primera canción de Elvis no lo olvido más. Y el “Rock del tom tom” sale porque yo cacheteaba la guitarra, no hacía el finger picking de Elvis en “Good Rockin’”. Y me imaginé algo entre selvático y cosas que pasaban por lo sensual (no sé si sexual). Tenía 14 años y estaba empezando a descubrir un mundo, ja, ja. Manoteé un lápiz y un papel de esos que se usan para envolver facturas, y quedó. Lo que nunca imaginé es adónde iba a terminar esa canción. Tiene no sé cuántas ediciones.

BBK: ¿El single se editó en 1960?

JT: El 18 de abril de 1961, según [el coleccionista] Carlos Ares, que tiene toda la data.

BBK: ¿Y cómo llegás a la RCA Victor?

JT: No llego, me llega. Crecí en una familia muy folclórica. Atahualpa Yupanqui podía caer en casa a comer un asado. Y mi tío, hermano de papá, era coreógrafo y trabajaba en un programa de televisión llamado Carnaval del Diablo. Me ve que toco el bombo, la armónica, la guitarra, y me propone ir al estudio. “¿Y qué voy a hacer, bailar un malambo?”, le digo, y me responde que sí, que me baile un malambo. Voy, me bailo un malambito y parece que la gente dice: “Mirá este gaucho rubio y de ojos claros”, así que me vuelven a llamar, pero ahora para que cante. Entonces me cuelgo la guitarra y canto en inglés chapurreando mal. Te cuento el resultado: salgo del canal, me voy a tomar el 60 y ya había señoras que me miraban como al “chico de la tele”. Una tarde tocan el timbre de casa y aparece un muchacho con una tarjeta de Ricardo Mejía y me dice: “Te están buscando de la RCA Victor”. Arrugué como nadie; porque siempre fui exageradamente tímido. Pero a los dos o tres días, me presento en la compañía, que quedaba en la calle Bartolomé Mitre. Había una fila enorme de chicos para dar prueba. Me senté y a los diez minutos pasa un señor bajito y me dice: “Vení conmigo”. Era Víctor Buccino, director musical de la RCA. Me mete en el estudio. Me dice: “Cantate algo” y canto “Zapatos de gamuza azul”. Me piden algo más y hago otra en inglés. Entonces viene un tipo y me dice: “¿Usted no sabe cantar en castellano?”. Y ahí les mando el “Rock del tom tom”. Al otro día hago en dos tomas ese tema y “Vuelve primavera”. Yo me quería matar porque nunca me había escuchado. Mejía me dice entonces: “Ahora se va a la casa y mañana a la mañana prenda la radio”. “¿Qué radio?”, le pregunto. “Todas. Porque va a escuchar sus canciones. ¡Acaba de grabar un disco, señor!”

BBK: ¿Con qué guitarra grabaste?

JT: Una argentina, marca Morgan, que apenas había alcanzado a pagar con ayuda de mi viejo, en Casa América. Para mí era una Gibson. Y el chico que grabó conmigo tocaba una criolla con cuerdas de acero y un mic que le había puesto él. Era muy de esa época. Los pocos instrumentos importados que había los traían los grandes músicos que viajaban por el mundo.

BBK: ¿Ahí ya eras Johny Tedesco?

JT: No tenía nombre. En la radio lo presentaban como “el último éxito de la RCA”, sin decir quién era. Me llaman de nuevo y me dicen que necesitan un nombre para la etiqueta. Me hacen escribir una lista con los apellidos cercanos de mi familia, de mi madre, que era Tedesco, de primos; y otra con los apodos que tenía, que eran varios: Beto, Gringo, Johny, Alemán y Colorado. Entra Víctor Buccino saca una lapicera y marca “Johny” y “Tedesco”.

BBK: Te quería preguntar cómo fue que te convertiste en el “rey del sweater”…

JT: Me gustaba mucho usar sweaters. Mamá me tejía unos muy lindos, que me encantaban. La cosa es que con Nicky Jones y Lalo Fransen nos juntábamos todas las tardes en la compañía. En vez de ir, como todos los chicos, al bar, estábamos toda la tarde ahí. Y me veían entrar y salir en sweater. Entonces un día me dicen: “La próxima vez que vaya a La escala musical, lleve sweater”. Y yo dije: “No, yo soy buenito, pero no me hagan ir en sweater cuando todos los artistas actúan de smoking, de traje, con corbata, con lazo…”. Pero al final acepté. Cuando voy al programa, canto “Vuelve primavera” y, después, me agarran y me dicen: “Llamaron a lo loco para decir qué bueno que un artista cante en sweater. Ahora la compañía quiere hacerte una sesión de fotos así. ¿Cuántos sweaters tenés?”. Les contesté que diez, más o menos, y me respondieron que tendríamos que buscar más. Hicimos las fotos y empezaron a salir notas en las revistas con títulos como “Johny Tedesco, el rey del sweater”. De ahí en más, tenía que ir a todos lados en sweater. Y la verdad es que laburábamos como perros…

BBK: ¿El disco de la tapa con los sweaters es el primero?

JT: No, ese es el segundo. En el primero estoy con un saco de lamé dorado.

BBK: ¡El de la foto del disco de Chet Atkins!

JT: Ese, Johny en Hollywood. Esa tapa es un montaje, pero por suerte, años después, ¡pude estar realmente en ese lugar!

BBK: Tus discos siempre fueron difíciles de conseguir, porque la gente no los larga… Yo vi una versión francesa, ¿puede ser?

JT: Sí, y dice en la tapa: “El ídolo sudamericano del rockabilly”. Cuando la vi, me morí, creí que era una sanata, que me habían copiado el disco original y le habían puesto algo en francés. Hasta que alguien que lo tenía me lo mandó. Después, hace poco, otro francés editó el single de “Rock del tom tom” en vinilo. Un día me llama y me pregunta cuánto querría para hacer una edición corta, solo para DJ. ¡Qué onda! “¡Sacalo ya, me encantó!” Mirá la historia del “Rock del tom tom”. Nunca sabés adónde va a parar una canción. Me sigo sorprendiendo cuando veo a ingleses o franceses cantándola. Ese tipo de cosas me encantan, porque no las provocaste, aparecieron ahí.

BBK: Lo bueno es que es un rockabilly exótico…

JT: Es un western swing, pero más picante.

BBK: ¿También hay otra edición de un sello de Málaga?

JT: Yo no sabía lo que sucedía con “Rock del tom tom” en España. Sabía que era muy popular en el sur de Estados Unidos, en Texas, en Kentucky. Un día me entra un mensaje de España: “Soy fulano de tal, me interesaría su contratación para el festival Rockin’ Race”, en Torremolinos, Málaga. Entré a buscar y vi que habían pasado todos mis ídolos por ahí. Le contesto que sí, cómo no. Cuando entré a tener más confianza me dice: “Usted tiene un hit aquí desde hace varias décadas”. Gente divina, Sleazy Records, una máquina de editar rockabilly y country. Finalmente encabezo el festival con Wanda Jackson. Cuando ves el lookete de la gente que va… Gente de más de mi edad y pibes de 18 años, todas las chicas con las polleras y las zapatillas con taco bajo, los tipos con camisa y pantalón. ¡El túnel del tiempo! Me fue muy bien y al año siguiente, 2019, me proponen volver y editar algo. ¿Y cómo se llama el disco? ¡Rock del tom tom!

Foto: Ignacio Sánchez

BBK: Vos, Palito Ortega, Lalo Fransen y Nicky Jones grabaron un disco como los Red Caps, que es de los más difíciles de conseguir. ¿Cómo fue juntar a cuatro número uno?

JT: Es que nos juntábamos todas las tardes y tocábamos, lo que fuera. Un ejecutivo de la compañía nos veía siempre y nos decía por qué no hacíamos un disco. Le preguntamos cuántas horas tendríamos y nos dijo: “No hay horas, el estudio es de ustedes”. Al final, hasta dormimos ahí. Llevamos las canciones que tenía cada uno e hicimos también algunos covers, como uno de Herman’s Hermits.

BBK: Está muy bueno porque mezclan sixties, fifities y la onda latinoamericana.

JT: Nicky toca el bajo y Palito la batería. Éramos muy compinches y nos divertimos muchísimo. Teníamos que tocar y cantar en vivo, lo que era muy difícil porque teníamos los equipos al mango. Ni ensayábamos, hacíamos los temas adentro del estudio. Todos poníamos cosas y hoy lo escuchás y decís: “Qué bueno que está”.

BBK: ¿Cómo llegaste a hacer un disco con Litto Nebbia?

JT: A Litto lo conozco por Los Gatos. Su manager me pregunta si me gustaría actuar acompañado por ellos durante los próximos carnavales, no menos de 30 shows. Así lo hicimos. Y como Litto estaba todo el tiempo guitarreando, sacando canciones, salió lo de hacer un disco con temas suyos y orquestación de Horacio Malvicino. Es maravillosa la onda que hubo en esa grabación.

BBK: Qué importante, porque en ese momento estaba cambiando todo en la música…

JT: Yo iba a los estudios y veía cómo grababa Almendra y varias noches íbamos en cana juntos. Cuando venía el colectivo y nos llevaban a todos, yo duraba dos minutos. En la comisaría me decían: “Johny, ¿qué hacés acá?”. Y yo: “Es que se llevaron a mis amigos, ¡sacame a los pibes! Yo solo no me voy”. Éramos abonados [risas].

BBK: ¿Cuándo hacés ese otro disco más latin en Venezuela?

JT: Después de Los Gatos, grabo con Los Supersónicos, una banda de allá. Los conocí cuando estaba contratado para cantar en un canal de televisión de Guayaquil. A todo esto, RCA me reclamaba un disco. Recordá que teníamos contratos por dos discos por año y yo les debía ya los dos. Y andaba por Venezuela, México, Colombia, Ecuador. Entonces me llama un amigo y me dice: “Mirá, te están por meter un telegrama si no hacés el disco”. Me consiguieron un estudio allá y así lo hicimos. Las letras son una piña, en esa época yo estaba muy caliente, protestaba y me enojaba con todo.

BBK: Billy Bond anunció que haría un espectáculo a 50 años de aquel “rompan todo” en el Luna Park. Y sé que vas a tocar. ¿Cómo se dio eso?

JT: A Billy lo conozco de La escala musical. Siempre me llamó la atención por la onda. La rompía. Después lo vi en diferentes momentos y siempre hubo una cosa fluida, nunca forzada, de vernos y sentarnos a charlar. Tenemos gustos similares y un respeto mutuo. Entonces, cuando vino esta propuesta, le dije que estaba para lo que gustara. En cuanto a qué haremos, solo me dijo: “No vamos a anunciar nada, vamos viendo”. Pero en la conferencia de prensa hace unos días me señaló delante de los periodistas y dijo: “Todo empezó con ese tipo que está ahí”.

BBK: Y es verdad, maestro, el rock and roll está acá…

JT: A morir. Y con las botas puestas. Me gusta la idea de Billy cuando dice “soy el rock and roll”. Porque somos el rock and roll. Buscale todas las vueltas que quieras, pero somos eso, no jodas.