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Un año después: el genocidio en Gaza no termina

Más de 40 mil personas han perdido la vida, provocando una crisis humanitaria en un conflicto en expansión.

octubre 7, 2024

Saleh Salem/Reuters

Se cumple un año desde que los ataques de Hamás sobre población israelí abrieron un nuevo episodio de una larga y sangrienta disputa por el territorio en Gaza. La guerra desatada por la brutal respuesta del ejército de Israel sobre Palestina no ha cesado y la situación en esta frágil región del mundo se ha vuelto aún más crítica. 

Con una población de aproximadamente 2.3 millones de personas, Gaza ha vivido décadas de empobrecimiento y violencia, pero el último año marca un antes y un después para Palestina. Los ataques israelíes han reducido ciudades enteras a escombros, han borrado mezquitas de siglos de antigüedad, hospitales, escuelas y han devastado zonas agrícolas vitales para la supervivencia, sumado a los bloqueos para la entrada de ayuda humanitaria creando una amenaza directa a la seguridad alimentaria.

La situación humanitaria ha empeorado drásticamente en el tiempo transcurrido de esta guerra. La ONG Oxfam ha señalado que Israel ha causado más muertes de mujeres y niños en Gaza en el último año que en cualquier otro conflicto de las últimas dos décadas. En marzo, las Naciones Unidas informaron que Israel había asesinado a más niños en Gaza en los meses anteriores que en cuatro años de conflictos en todo el mundo, por lo cual lo declaró el lugar más peligroso del planeta para ser niña o niño

Desde que comenzó este nuevo capítulo de la guerra, que muchas personas consideran un exterminio contra la población de Palestina, Israel alegó su desproporcionada respuesta a la ofensiva de Hamas y otros grupos de resistencia como una amenaza para la existencia del Estado israelí. Se cree que Hamás y otros grupos armados mantienen a unas 116 personas, de las 250 iniciales, como rehenes o cautivas en Gaza desde el 7 de octubre. Aunque se han mantenido negociaciones, estas no han prosperado. 

REUTERS/Mohammed Al-Masri

Las imágenes satelitales del equipo de investigación digital de Al Jazeera, Sanad, revelan un paisaje marcado por cráteres, tierras de cultivo calcinadas y ruinas de edificios colapsados. La magnitud de la destrucción en esta pequeña área de solo 365 kilómetros cuadrados es tan inmensa que muchos residentes no pueden regresar a sus hogares y probablemente no lo podrán hacer en un futuro cercano.

Las cifras son alarmantes: al menos 41,870 personas han sido asesinadas, lo que equivale a 1 de cada 55 habitantes de Gaza. De estas, 16,756 eran niños y 11,346 mujeres, lo que representa un 69% de las víctimas. A medida que los ataques continúan, miles más permanecen bajo los escombros de edificios destruidos o están desaparecidos, mientras que otros miles más probablemente morirán a causa de las condiciones generadas por la guerra.

La guerra se ha expandido más allá de Gaza. Israel ha intensificado sus ataques en Líbano y ha bombardeado Siria y Yemen, ampliando así el alcance del conflicto. Hezbollah, alineado con Gaza, lanzó cohetes en apoyo a los palestinos y anunció que cesaría sus ataques cuando se proclamara un alto el fuego.

Haitham Imad/EPA

Jalil al Hayya, quien se convirtió en el máximo dirigente de Hamás fuera de Gaza después de que Israel asesinara en julio a su predecesor, Ismail Haniya, habló con la BBC en razón del año que se cumple de inicio de la guerra. Allí justificó los ataques del 7 de octubre aludiendo que fue una forma de visibilizar la ocupación sobre Palestina y la necesidad de un Estado palestino completamente soberano. A su vez, negó que el objetivo de Hamás estuviera dirigido a afectar civiles, aunque se ha demostrado que gran parte de las víctimas y rehenes de aquel inicio de la guerra lo son. “Nos estamos defendiendo. Si matan a 1.200 personas de la ocupación, ¿cómo justifica eso que Israel mate a 50.000 personas y destruya toda Gaza? ¿No les basta con eso? Pero les mueve el ansia de matar, de ocupar y el ansia de destruir”.

Durante los últimos 11 meses, Hezbollah desde el Líbano ha disparado cohetes, principalmente hacia sitios militares israelíes. Por cada cohete lanzado desde Líbano, Israel ha respondido con al menos cinco ataques, provocando el desplazamiento de decenas de miles de personas de ambos lados de la frontera.

Este año de guerra ha sido testigo de una escalofriante escalada de un conflicto muy antiguo que no tiene una solución visible. Mientras tanto, las condiciones humanitarias se deterioran y la cifra de muertos sigue aumentando.