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Junior Zamora nos guía a través del universo de Jay

El artista caleño prepara el álbum que siempre había soñado para su segunda entrega discográfica.

agosto 1, 2024

Cortesía.

“A mí me gusta mucho hacer álbumes”, dice Junior Zamora, artista caleño que se encuentra inmerso en las preparaciones del lanzamiento de su segundo álbum de estudio —cuyo título aún no ha revelado.

El adelanto más reciente de la nueva era de su proyecto, la cual ha apodado como el universo de Jay, llegó a mediados de julio en forma de ‘TILIN CHILIN’. En este tema colaborativo con J Noa, N. Hardem y Deuxer, Junior Zamora crea una representación del barrio, con letras entretejidas por su jerga al mismo tiempo que recuerda que la vida debe ser tomada con calma para poder disfrutarla. “En ‘TILIN CHILIN’ encontramos la oportunidad de tener como tercer sencillo una propuesta muy rapera. Saqué mis habilidades raperas, esas que recuerdo en el barrio. Siempre digo que no soy rapero, pero va para los que sí son raperos y respeto”, cuenta Junior Zamora en exclusiva a ROLLING STONE en Español.

El video que acompaña el sencillo es un elemento clave para el mensaje del artista. La grabación reunió a los cuatro artistas en Cali, en el Vallado 3, el hogar de Junior, para contar la historia de una familia que enfrenta la sociedad desde cuatro perspectivas diferentes, encapsulando la esencia del barrio.

‘TILIN CHILIN’ es precedido por ‘Obvio Bien’ y ‘Salsa y Clase’, canciones que adentraron a los escuchas en el universo de Jay. “En lo sonoro tratamos de hacer esa película musical que yo siempre había soñado”, dice, recordando que siempre había querido crear un disco que lograra transportar al escucha a su propio universo, desde la primera hasta la última canción. Para el artista, ‘Salsa y Clase’ fue la apertura perfecta para el disco, una declaración sobre sí mismo. En ‘Obvio Bien’, se apoyó en ritmos de R&B, género que siempre ha sentido como “una de mis banderas”. A lo largo del disco, promete guiar a sus oyentes a través del barrio, el amor, el desamor, la reflexión, así como lo “que es ser un pelado negro y un hombre resolviendo el día a día”.

Durante el proceso creativo del álbum, una de sus prioridades era encontrar la manera de transmitir su verdad, desde una postura honesta. “Yo creo que uno la sigue encontrando”, revela sobre su búsqueda, “siempre he intentado que cada cosa que lance tenga algo que decir, porque siento que en ocasiones con lo veloz que está todo se nos pasa la vida haciendo vainas por cumplir el mes y medio de lanzamiento”. Al final, la premisa que lo guía es: “Yo sí tengo algo que decir, ¿qué quiero decir?”. Resultó grato que encontrara aquello que tenía por decir en su barrio, pero Junior sabía que quería expresarse desde un lugar sincero, y “no utilizar eso como un traje que me pongo ahorita y me lo quito luego”.

Para Junior Zamora, la creación de su segundo disco ha sido diametralmente opuesta a EGO, su álbum debut. Aunque el artista considera su primer material como su “cédula de ciudadanía”, admite que traer a la vida su ópera prima como acto independiente fue una “locura”. Ahora que forma parte de un sello, las posibilidades le brindaron más paz y libertad para crear, incluso acortando el proceso a un año cuando EGO le tomó 3 o 4. “Sigue siendo el mismo rigor, pero hay más ayuda. Sueltas un poco el control, pero siguen siendo mis ideas y mis verdades”, dice, “qué loco que estoy a punto de sacar otro álbum, pero no lo sentí con el dolor que sentí el primero”.

La estética de su proyecto ha sido fuertemente caracterizada por elementos futuristas y, a la vez, sus raíces. En su segundo álbum, la idea central de su universo estético se desencadena de una exploración sobre cómo aquello que uno ve en el barrio puede ser traducido en otra cosa totalmente distinta al ser atravesado por gafas del futuro —leit motif importante en su proyecto: “Era algo que yo decía de pura broma, pero cuando vos literal te pones las gafas del futuro en el barrio, constantemente estás tratando de ver más allá de lo que está ahí al frente de la acera, que normalmente es caótico y complicado”. Así, Junior Zamora mezcla dos lugares en su música: “la raíz para hablar de lo que es ser hombre negro, el género, lo prieto, lo musical; y el futuro para poder soñar otras vainas e invitar a los pelados a que sueñen otras vainas”.

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