La pasión de Pablo López por la música lo ha acompañado casi toda su vida. El artista, mejor conocido como Pavlenha, comenzó a tocar guitarra a sus 10 años y su carrera musical despegó en el 2020 cuando empezó a compartir música en Instagram. Su estilo inmediatamente generó atención, con un sonido pop rock alternativo e influencias de la escena indie argentina y melodías pop españolas.
Sus primeras dos canciones, ‘Lo que pasó ayer’ y ‘Si no te quieres acordar’, llegaron en septiembre del 2020 y, el siguiente año, lanzó su álbum debut, Superestabilidad. Después de un año de gira, Pavlenha regresa con AMBOLO, su entrega discográfica más reciente. ROLLING STONE en Español platicó con el cantautor sobre su nuevo álbum, el cambio en su sonido, su relación con la música y más.
“Cuando lo escribí realmente no pensaba que iba a ser un disco, yo lo escribía porque me apetecía hacer canciones”, nos cuenta Pavlenha sobre AMBOLO, álbum que fue inspirado a crear tras un viaje a Xabia. Recuerda sentir algo de presión por lanzar un segundo álbum tan esperado por su público, confiesa que tardó porque “no quería sacar cualquier cosa”.
Para Pavlenha, el proceso de AMBOLO representó una liberación que lo guió al cambio de sonido que había estado persiguiendo. Se mantuvo fiel al folk que lo caracteriza, pero ahora con una vena eléctrica y enérgica. “El primer disco es muy espontáneo”, dice, “se hizo muy rápido porque había la necesidad de sacar nueva música porque las nuevas canciones estaban funcionando”. En ese momento, Pavlenha se rodeó de influencias folk y acústicas ya que, aunque le siguen gustando, no tenía los medios para desarrollar un sonido de banda. Ahora, el artista contaba con una banda y los elementos para hacer “lo que quisiera” con sus canciones.
“La gente me decía que el en vivo era otra cosa totalmente diferente al disco”, recuerda de su experiencia en gira, “es mucho más enérgico y yo quería meter esa energía en el segundo disco y creo que lo conseguimos”. Pavlenha tenía claro que el escenario debía ser el lugar donde mejor se defendieran las canciones de su proyecto, por lo que decidió darle vuelta a los temas acústicos de Superestabilidad a través de un sonido respaldado por una banda. En AMBOLO, inyectó sus canciones con la vibra enérgica que caracteriza sus presentaciones. “Quería reflejar que puedo defender mis canciones con una guitarra acústica o con una banda de seis personas y que la canción siga funcionando”, dice.
La música como refugio
La música de Pavlenha mantiene una línea autobiográfica que es importante para él. “Creo que la gente sabe cuando estás contando algo que has vivido o que ha vivido alguien a tu alrededor. Si me pongo ahora a fantasear y a contar historias inventadas, no me va a salir con tanta espontaneidad ni sinceridad”, expresa. Es fiel creyente de que la gente ha conectado con sus canciones porque ha logrado crear versos de manera sencilla y con letras directas que permiten que cualquiera se pueda identificar con ellas.
Una de las canciones que resaltan en AMBOLO es ‘La Canción Que Me Salvará’, un tema que Pavlenha creó al refugiarse en la música durante un tiempo difícil. “Al final la música es un refugio para muchísima gente. En mi caso, me refugio tocando la guitarra o escribiendo”, dice, “el ejercicio de acudir a la música ya no solo lo hacen los cantantes o los artistas, sino también la gente que consume música”.
Y es que su relación con la música se ha entrelazado por completo con su día a día. Admite que una de las primeras cosas que hace al levantarse es coger la guitarra. “Es algo que ya se ha metido en mi rutina diaria. Es algo que ya está dentro de mí y me sale”, cuenta, añadiendo que su conexión con la música es algo que se quedará con él por el resto de su vida. La composición también se ha convertido en una parte tan intrínseca de su existencia, que cada día intenta escribir algo, aunque no resulte nada.
Este año, Pavlenha recorrerá España para presentar en vivo su álbum. Recientemente, llevó AMBOLO a la Sala Mon en Madrid, donde creó un espectáculo inolvidable junto a invitados especiales como Hey Kid y Taburete para un público totalmente agotado.
