Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente
Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente

1280 Almas y el nuevo trazado de La 22

La banda bogotana lanza la versión definitiva de uno de sus discos definitivos

Por  RICARDO DURÁN

junio 12, 2024

Cortesía prensa 1280 Almas

Cuando en 2018 las Almas publicaron Marteko Euriak, encontramos a la banda con un sonido que jamás había tenido en sus manos. Grabado en el País Vasco junto a Haritz Harreguy [Mikel Erentxun, Loquillo, Alex Ubago, Soziedad Alkoholika], ese disco llevó a la agrupación bogotana a un nivel muy alto en su producción, y esa grabación se ganó un lugar especial en su discografía.

Sin embargo, había algo allí que no sonaba 100% “como las Almas” para quienes llevan más de 30 años oyendo el trabajo de Fernando del Castillo y sus amigos. Al llevar el sonido del grupo por otro camino, probablemente el trabajo de este reconocido ingeniero -que tiene una larga tradición grabando discos de rock más tradicional- haya hecho que ciertos elementos característicos se estructuraran de una forma distinta, diluyendo un poco el sonido “chapineruno” inconfundible.

Seis años después de Marteko Euriak, y tras una serie de inconvenientes muy complicados, 1280 Almas está presentando La 22 Rebelde, una especie de revisión de La 22, uno de sus álbumes más emblemáticos, recordado por clásicos como ‘Marinero’, ‘Por ti’ o ‘El platanal’. La verdad es que, más que una revisión, se trata del disco como debimos escucharlo siempre, más allá de cualquier adelanto tecnológico que haya aparecido en el camino.

Un accidente en bicicleta, que por poco le costó la vida al bajista y productor Juan Carlos Rojas, le causó temporalmente severos problemas de memoria, y la banda estaba preparándose para lo peor. “Uno decía, ‘Lo perdimos’, yo no sé qué pasó, yo no sé por qué está ahí sentado”, confiesa el cantante Fernando del Castillo. En medio de esa extraña nebulosa, Rojas olvidó que ya había mezclado La 22 Rebelde, y volvió a hacer la tarea, “Y por eso quedó sonando así”, dice. Tal vez se refiera al sonido que siempre quisimos para las Almas.

“En todo este tiempo que hemos tocado esas canciones, uno entiende un poco el espíritu de lo que hizo, de pronto en ese momento no lo tenía tan claro”, reflexiona Fernando.  “Sabíamos que no podíamos hacer otra 22 diferente, teníamos un objetivo específico y claro, por eso se llama La 22 Rebelde”. Ese objetivo tiene que ver con que las grabaciones originales se perdieron y no fue posible hacer una remezcla con ellas. “El otro problema fue que los señores de Sony no quisieron ceder los derechos de la grabación, no los quisieron vender”, dice Hernando Sierra, guitarrista.

La 22 en su versión inicial de 1996 fue grabado bajo un contrato con BMG (hoy se encuentra legalmente en manos de Sony Music), y el grupo nunca había sido propietario de este registro sonoro, por eso se tomó la decisión de producir todo desde cero. Eso sí, la idea de La 22 Rebelde fue respetar la esencia del álbum original, y mantener el espíritu que lo inspiró. El objetivo, en palabras de Fernando, era “recuperar nuestra música”.

El grabar de nuevo este material implicó desaprender muchas cosas que habían olvidado en el proceso personal y colectivo de aprendizaje musical, para hacer un ejercicio de “memoria física” que les llevaba a recordar cómo tocaban las canciones inicialmente, entendiendo que algunas interpretaciones incluían errores técnicos que ahora costaba trabajo repetir.


Alguna vez te dijo un policía que le compraras unos zapatos nuevos / y sin turbarse explicó que los tenía después de haber quebrado a un ladronzuelo”, canta Fernando del Castillo en ‘Por ti’.


El hecho de repensar las letras del disco original fue algo que se llegó a contemplar, pero la banda entendió La 22 como un documento histórico que representa una época, y también debía respetarse en ese sentido; “Uno tiene que tomar responsabilidad de sus estupideces, ya se dijo, uno tiene que asumirlo”, dice Fernando. “Me parece mucho más estúpido ponerse a cambiarlo para que esté en el sentido de los tiempos”, añade.

María José Salgado (percusión latina) y Camilo Bartelsman (batería), que no participaron en la versión de 1996, hicieron un análisis muy profundo y reinterpretaron respetuosamente el trabajo original, contribuyendo significativamente en esta actualización. Otro de los aspectos interesantes de La 22 Rebelde es que esta vez las guitarras sí suenan con la fuerza que las canciones requieren; “‘El mono’ (Hernando Sierra) tiene un sonido muy particular, un tocado muy particular que debía quedar más claro, porque en la primera versión de La 22 no sabíamos nada, y las mezclas eran más precarias por temas de tiempo, entonces, las guitarras no quedaron tan preponderantes”, dice Rojas.

La 22 Rebelde suena muy potente y sólido, lleva las canciones al lugar que siempre merecieron, y no se queda en un ejercicio de nostalgia ventajosa porque no está motivado por necesidades comerciales. Si tienes (o escuchas en las plataformas) el que lanzaron en 1996, debes empezar a verlo como una especie de “borrador”; este es realmente el disco terminado.