La televisión de finales de los setenta y comienzos de los noventa, llegó a su pináculo con una serie en la que las personas encontraban sus sueños convertidos en realidad en una isla paradisiaca, mágica y misteriosa, presidida por un enigmático anfitrión conocido como el Señor Roarke, interpretado por Ricardo Montalbán y asistido por Tattoo (Harvé Villechaize) su fiel ayudante, quien gritaba al inicio de cada capítulo “¡El avión! ¡El avión!”
En la isla, un padre de familia podía convertirse en un símbolo sexual por un fin de semana; un empresario frustrado podía lograr un negocio multimillonario; y así, invitado tras invitado, cada uno de ellos aprendería el verdadero significado de la vida.
En 1998, se transmitió una nueva serie en donde el Sr. Roarke fue interpretado por Malcolm McDowell y Tattoo fue reemplazado por la hermosa asistente Ariel (Mädchen Amick), pero los resultados fueron decepcionantes. Lo mismo pasó con la versión para cines de 2020, protagonizada por Michael Peña y Maggie Q en clave de terror.
Ahora llega una nueva versión que sirve como secuela oficial de la serie original y que ya estrena su segunda temporada. La actriz puertorriqueña Rosalyn Sánchez interpreta aquí a Elena Roarke, la sobrina del anfitrión original. Hablamos con ella sobre su papel:
ROLLING STONE: Quisiera preguntarte inicialmente por Rush Hour 2. ¿Cómo fue la experiencia de trabajar junto al gran Jackie Chan?
ROSELYN SÁNCHEZ: Fue algo maravilloso. Esa fue mi primera película. Para mí fue algo súper, súper, grande. Honestamente, te digo que esa experiencia cambió mi vida. En esta industria hay experiencias claves, a las que yo llamo “Factores X” y definitivamente, mi primer “Factor X” fue Isabella, mi personaje en RUSH HOUR 2, que me posicionó a un nivel increíble.
Trabajar con Jackie me permitió aprender mucho, porque mira, la mentalidad de Jackie es muy militar, ya que es muy disciplinado. Tiene su equipo de trabajo funcionando a la perfección, todos los dobles, las coreografías… Todo lo que tú ves que él hace en sus películas está todo perfectamente coordinado. Su equipo de trabajo es muy serio, ellos están para eso y fue algo muy interesante de experimentar a mi edad. Yo estaba muy jovencita y el poder ver y presenciar ese nivel de disciplina y de entrega, me hizo aprender muchísimo.
ROLLING STONE: Vamos entonces con La isla de la fantasía. Tú tienes atrás una herencia que tiene que ver con Ricardo Montalbán, uno de los primeros Latin Lovers en la historia del cine y un actor con una gran trayectoria, que se hizo muy popular en los años 70 y 80, sobre todo en nuestro país, con esta serie tan famosa. Pero también tienes atrás a Malcolm McDowell, el actor de La naranja mecánica, quien protagonizó el primer remake de la serie e inclusive a Michael Peña, el señor Roarke de la versión para cines…
ROSELYN SÁNCHEZ: Así es. De Ricardo aprendí lo suficiente para poder sacar ese aire de elegancia. Él tenía la misma cualidad de Raúl Julia. Ambos parecían que flotaban cuando caminaban. Para mí era muy importante traer ese elemento de elegancia, de clase y de misterio. Pero a la misma vez – y esto lo hablé mucho con el director del piloto y con las escritoras- Yo les dije: “Necesito hacer o construir un personaje distinto para evitar las comparaciones. Yo voy a sacar lo más que me gusta de él y eso es su elegancia y su clase, ¿eh? Esa manera maravillosa cuando él recibe a la gente en la isla”.
A mi personaje lo tratamos de asumir con alguien un poco más humana. A mí me encanta el hecho que la gente se confunda: ¿Ella es mágica o no es mágica? ¿Quién es ella? ¿Qué es ella? Quería que tuviera esa cualidad que haga que la gente al final del día quiera abrazarla. Dentro de todos sus líos, ella es una persona seria, pero también algo retraída y bien guardada.
Intentamos hacer un arco donde la gente reconozca que ella siente y padece como cualquier otra persona y se enamore. Le van a romper el corazón y se va a volver a enamorar. Va a tratar de retener sus emociones para que la gente que entra a la isla con una fantasía ella la sienta como un conducto, como en anfitrión perfecto. Para los visitantes de la isla, ella es perfecta. Pero para la gente cercana a ella no lo es y cuando ella ya está sola con su almohada, ella llora. Así es como yo la veo y esa va a ser la principal diferencia. Vamos por fin a conocer el lado humano de la anfitriona de La isla de la fantasía, porque con el Señor Roarke nunca supimos de él más allá de su presentación y de las lecciones de vida que les daba a los visitantes.
Sí, este es un viaje bastante bonito e interesante. Es un viaje de gloria, risas y llanto. En la primera temporada, cuando me dijeron: “vamos a terminar con Javier y Elena juntos”, yo te voy a ser muy honesta, no estaba de acuerdo. Como actriz preocupada por mi personaje, le dije a las escritoras: “me parece muy prematuro, me parece que hay que mantenerla más misteriosa. Yo alargaría este asunto como hasta una tercera temporada”. Pero tanto para el canal, como para el estudio y las escritoras, era muy importante marcar esa diferencia instantánea entre el Roarke tío y el Roarke sobrina. La idea de que ellos son personas muy distintas. Al Roarke de Montalbán creo que nunca se le reconoció un amor. Pero a Elena sí se le reconoció y rápido. ¿Sabes? Estuvo comprometida, rompió su compromiso. Ve al amor de su vida y se da la oportunidad de amar una vez más. Yo dije: “¡Wow! ¿Así de distinta va a ser ella al Roarke original? Pues entonces, déjame abrazar la idea y tratar de hacerlo lo mejor posible ¿OK?”
ROLLING STONE: Me parece maravilloso. Especialmente ayer que fue el Día Internacional de la Mujer, hablaba con una directora acerca de cómo las mujeres estén tomando el poder en el cine y la televisión y qué bueno que este personaje icónico se convierta en un personaje femenino y tan encantador como su contraparte masculina. ¿Puedo decirte algo más?
ROSELYN SÁNCHEZ: Dime.
ROLLING STONE: Soy un acérrimo defensor de Chasing Papi.
ROSELYN SÁNCHEZ: ¡Ja, ja ja! ¡Muchas gracias!
