Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente
Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente

Un acertijo llamado Elena Ferrante y su indagadora, Maggie Gyllenhaal

La Hija Oscura es la versión cinematográfica de Gyllenhaal de la amada novela, la cual pertenece al fenómeno literario que tiene al mundo en medio de un enigma

diciembre 28, 2021

Netflix

Elena Ferrante es una de las adivinanzas más fascinantes del mundo de la literatura moderna. Una escritora italiana quien detrás de un seudónimo esconde una de las interrogantes más seductoras del universo literario de los últimos años. ¿Quién es realmente la autora? ¿Se trata de un grupo de escritores que firman bajo un mismo nombre? ¿Es acaso un hombre quien encubre su género detrás de la denominación de Elena Ferrante?

Lo único cierto en esta circunstancia es que cada una de las novelas que firma Ferrante se transforma de manera casi inmediata en un portento de ventas.

La actriz Maggie Gyllenhaal es uno de los millones de lectores seducidos por su prosa, aparentemente cotidiana, que indaga en la complejidad de los personajes femeninos.

“Es una autora quien va directo a la verdad. Es como estar platicando con niños, no hay manera de escuchar alguna mentira. Como sociedad hemos creado una especie de código de silencio para no referirnos a asuntos que nos incomodan. Ferrante simplemente rompió las reglas. De repente su mirada exclusivamente femenina respecto a cuestiones que nos atañen a todos se convirtieron en opiniones a discutir. Recuerdo haber soltado de mis manos una novela al estarla leyendo simplemente por la impresión que me causaron sus diálogos. Ni siquiera sabía que sentía de esa manera antes de leer el libro”, nos confiesa en entrevista exclusiva Gyllenhaal, quien adoptó el complejo desafío de adaptar cinematográficamente La Niña Perdida ahora convertida en una producción de Netflix bajo el título de La Hija Oscura llevando en el reparto a sólidos intérpretes como Olivia Colman, Dakota Johnson y Peter Sarsgaard entre otros.

“Definitivamente el ser actriz te provee de instrumentos que no son comunes a la hora de dirigir. Te tengo que confesar que lamento no haber intentado dirigir antes. Descubrí que es una labor que me emociona más, incluso sobre la actuación. Nunca podría haber hecho esta película sin todo los conocimientos que he adquirido a lo largo de estos años como actriz. Por supuesto que está el hecho de hablar con el reparto y darles direcciones considerando el grado de vulnerabilidad en el que se encuentran. Esto también representa un factor a sumar en la experiencia. Un director quien ha actuado en el pasado siempre está consciente de lo que un intérprete está a dispuesto a dar en una escena. Eso por un lado, por la parte de la puesta en escena con la cámara pues tengo veinte años como actriz haciéndolo. De repente me he topado con directores de fotografía o realizadores que no están seguros a que punto debo de estar viendo en la secuencia y yo les propongo pues tengo mucha experiencia en el asunto. Es algo implícito”, agrega Gyllenhaal al rememorar la experiencia de encontrarse por primera ocasión detrás de las cámaras.

De acuerdo a la actriz ahora realizadora, el trabajo de adaptar la novela de Ferrante derivó en una experiencia orgánica. Para Gyllenhaal, su contacto con el texto original inmediatamente la llevó a reimaginar el relato de una forma cinematográfica. Por supuesto que esta experiencia podría resultar totalmente ajena a su trabajo con actriz. Aunque pensándolo bien, no tanto.

“Cuando estábamos trazando el mapa de tiros de cámara siempre pensaba a partir del personaje, de la manera en la que veríamos al actor pues ese ha sido mi posición durante años. Esa fui mi escuela de cine, mi entrenamiento como directora.”, añade Gyllenhaal.

La actriz insiste que la prosa de la autora era demasiado franca y descarnada como para pasar por alto. En una sociedad donde permean los códigos de discreción, Ferrante llega a romper todos los esquemas para enfrentar al lector, ahora espectador a los desasosiegos frecuentes que coexisten en la relaciones humanas.

“Elena Ferrante me cedió los derechos de su novela y me dio una especie de bendición. Todo a través de una carta que me hizo llegar su editora. Tengo entendido que ya vió la película y que le gustó. Esto acaba de suceder por lo que aún no he recibido comentarios al respecto”, finaliza Gyllenhaal.

CONTENIDO RELACIONADO