Gustavo Santaolalla es uno de los compositores más destacados de la música contemporánea, reconocido por su habilidad para crear paisajes sonoros emotivos y profundos. En su carrera, ha trabajado en una gran variedad de proyectos, desde su banda, Bajofondo, hasta colaboraciones con artistas como Paul McCartney y U2. Sin embargo, una de sus colaboraciones más destacadas ha sido en la banda sonora del videojuego The Last of Us, uno de los títulos más exitosos de la última década.
Para Gustavo Santaolalla, haber realizado la banda sonora de la nueva serie de HBO The Last Of Us, no se siente como un “remake”. Para él, es una continuación de un trabajo de casi una década y una nueva forma de contar esta historia. “Como los grandes cuentos, las grandes historias, son una gran narrativa. Romeo y Julieta vos la podés hacer en película, en teatro, en animación, en teatro de títeres y siempre va a ser Romeo y Julieta. Nada más que por el poder de la historia y yo creo que tal vez que para The Last Of Us la música en realidad no fue hecha para un videojuego, la música fue hecha en relación a esa historia y era un como es un personaje más”, comenta el argentino.
¿Cómo abordaste esta vez la composición para la serie The Last of us a diferencia del videojuego?
No fue componer la música, sino que más que nada fue adaptar la música a este. A lo que es quizás algo que tiene un ritmo diferente que el videojuego, pero hay momentos en que usamos la música igual como tal cual como era la del juego y después obviamente también hay reversiones nuevas de los temas y obviamente algunas otras cosas que que hacen falta a veces para escenas de acción o eso entonces, pero fue una cosa totalmente orgánica.
Todo es como un universo del cual yo siento que ya soy parte. No solamente porque salí ahí en el juego sino porque la música es parte del ADN de la historia de The Last of Us.
Siempre pensaste en utilizar el ronroco para esta banda sonora, O por qué no usar la orquesta “convencional” por decirlo así
Siempre lo pensé porque realmente en mi proceso de trabajo no hay el pensar o el analizar. Es algo que muchas veces viene al final de todo. Quizá hoy en día ya puedo articular en palabras lo que es mi carrera y mi trabajo en general, pero me llevó años poder describirlo verbalmente.
Siempre me acuerdo cuando le mandé la música al productor de Brokeback Mountain James Schamus y este me hablaba de los silencios. El silencio es una cosa que yo he utilizado siempre en mi música, hasta en las canciones. Estos espacios que detienen todo los llamo silencios elocuentes, son distintos al silencio no de que terminó algo y ya. No, es silencio, esos que te dejan en el aire esperando. Y él me decía, “Hay momentos que se sienten que me estás tomando del pelo con un silencio así de largo”. Me dijo que esos silencios eran como espacios negativos. ¡Wow! nunca los había pensado de esa manera, y bueno, así me pasa que puedo articular mejor lo que hago mucho tiempo después.
Y en Last Of Us es que naturalmente hay unos timbres musicales con los que yo dividí el score de manera muy clara, para mí hay timbress que tienen que ver con con lo femenino y lo delicado la o sea, lo que representa Ellie, que está representado por el ronroco directamente. Y los otros timbres que representan la cosa más viril, más varonil, que es ese bajo. Para la segunda parte del videojuego usé una guitarra clásica con unas cuerdas especiales hechas en Argentina llamadas Magma. Que permiten que una guitarra suene como una octava abajo, muy similar al Fender Bass VI que usé para el primer juego. Ese sonido bajo es como lo masculino y el ronroco lo delicado y lo femenino, es una cosa que solo me fui dando cuenta que pero porque yo me dejo llevar mucho trabajo con la intuición. Yo no sé ni leer ni escribir música, entonces todo es muy intuicional.
¿Qué tan espiritual es la música para ti?
Es toda espiritual. La conexión con la parte espiritual de la música la empecé a sentir desde que comencé a tocar música a los cinco años. Siempre tuve una búsqueda en ese campo, un interés en eso desde muy chico. Cuando era chico quería ser sacerdote, luego tuve mi primera crisis espiritual a los 11 años y me separé de la iglesia. No porque ningún cura haya hecho una travesura, por suerte, sino por cuestionamientos filosóficos. Luego llevé una vida monástica entre los 18 y los 24 años, donde me dediqué al estudio comparativo de las religiones y aprendí cosas muy interesantes. Después me dediqué a vivir, a salir del templo de alguna manera y experimentar con este mundo ilusorio. Y la música ha sido de alguna manera lo que me ha conducido por este camino, y tengo claro que este don que se me ha dado lo quiero utilizar para el bien, para afectar a la gente de una forma positiva con lo que hago, y la emoción es uno de los elementos que prevalecen en lo que yo hago.
¿Qué te dejó todo este proceso de trabajar para The Last Of Us?
Lo que tiene The Last Of Us es que toca temas que sintonizan un poco con el momento que estamos viviendo a nivel planetario.
Todas las personas sienten y saben que estamos en un periodo de transición y que estamos terminando un ciclo, eso siempre trae cosas fuertes, dolorosas y oscuras pero también lo luminoso que es lo que puede venir después. Estuvimos un año y pico encerrados durante la pandemia, y experimentamos mucho más de cerca de que algo así puede ocurrir. Es un momento también de cuestionamiento, te pone a pensar en las cosas que realmente importan en la vida, en dónde ponés el acento en tu vida.
Trabajar en esta historia me dio esa posibilidad de asomarme a un poco a esta cosa medio apocalíptica y al poder de las relaciones y a la familia, la relación de padres e hijos. Todo esto te crea un contexto para poder hacer música de manera muy fuerte y cargada.
¿Qué le dirías a los nuevos compositores y a aquellos que intentan darle una identidad a algo a través del sonido y la música?
Lo que te voy a decir es algo que no solamente se aplica a alguien que quiera hacer música, se aplica creo que a cualquier cosa que quieras hacer en la vida.
Yo soy un convencido de aquello de 80% de transpiración y 20% de inspiración y siempre me gusta mencionar una frase de Picasso que dice “Espero que la inspiración me encuentre trabajando”. Yo sí creo en el trabajo, en la cosa del obrero de la música.
Creo que la inspiración es algo divino, es algo en donde te conectas con algo que vos no sabes bien que es, pero que te conectas y cualquier artista que te diga lo contrario te está mintiendo. Por eso a veces también los artistas a veces cuando tienen reconocimientos se confunden a veces y se piensan que se lo están dando a ellos como personas. En realidad te lo dan a tu trabajo. Si vos sos realmente honesto, sabes que no es solamente una cosa tuya es una cosa tuya de algo que no sabes qué es y sino también mucho de la gente que te acompaña.
Yo lo que pienso es que primero es importante desarrollar una disciplina de trabajo, es importantísimo. No puedes estar esperando sentado en un sillón a que se prenda la lamparita, que “¡ay! estoy esperando que me venga la inspiración”, no, a veces la inspiración viene inmediatamente. A veces yo me levanto, salgo de la cama así agarro un instrumento y sale todo, y a veces no, a veces tengo que estar dándole y dándole hasta que por fin.
Segundo es importante encontrar tu identidad, eso que eres tú, lo que vas a tener sobre la mesa en lo que hagas, lo que vas a aportar nuevo, ¿no?.
Y lo último y lo tercero es que una vez que encontraste de tu identidad y que tienes la disciplina para llevarla a cabo es mantenerte fiel a eso y no desviarte de ese camino. Esto es algo que puede ocurrir mucho en los comienzos de tu carrera o en los momentos en también donde ya sos bastante o consagrado por distintos motivos, uno por necesidad y otro por ambición, o sea, en un momento dado cuando vos estás recién empezando todo y no tenés un peso y tenés que subsistir y de pronto se te presenta una cosa y dices “Me voy a hacer esto ahora para después poder hacer lo mío”. Eso yo nunca lo hice y he aconsejado a otros amigos que hoy me agradecen que que yo le dije no hagas eso. Mejor quédate en la tuya y tenéte confianza en lo que haces. Muchas veces hago la analogía de cuando sales en el Freeway en una salida equivocada, y después tenés que andar hasta encontrar la salidade nuevo y ya llegaste tarde.