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The Gaslight Anthem, una lección de historia con Brian Fallon

La banda que logró rockear con la grandilocuencia de Bruce Springsteen, siendo tan punk como Social Distortion en una misma canción, está de vuelta tras años de silencio discográfico.

Por  IVÁN ABAUNZA

noviembre 28, 2023

Fotografía por Casey McAllister

Es una fría mañana, casi de otoño, en Nueva Jersey y Brian Fallon, de 43 años, ajusta los cables de la vieja pedalera que lo acompañará durante los próximos días, cuando The Gaslight Anthem (TGA) retome su gira norteamericana para tocar canciones favoritas del público que existen hace casi dos décadas, y otras cuantas incluidas en su sexta entrega de estudio History Books. “Quiero sonreír como la carta de un viejo amigo (…) cómo te he extrañado, se siente bien estar vivo”, reza el coro de ‘Positive Charge’ el sencillo inicial del álbum, que además de poder leerse —literalmente— como una carta de amor abierta de Fallon a sus compañeros Alex Rosamilia (guitarra), Benny Horowitz (batería), Alex Levine (bajo), fue la primera descarga musical lanzada por el cuarteto para romper el silencio discográfico que vino tras nueve años de separación amistosa.

A sus espaldas, en la pequeña oficina que ha instalado en su casa, descansa una Gibson Les Paul y un amplificador Orange de época. Más arriba, sobre la misma pared, también pueden verse algunos marcos con fotografías a blanco y negro, incluyendo alguna de Bono y de John Frusciante, así como otra en la que está Fallon tocando junto a su amigo y mentor Bruce Springsteen, quien es además el invitado central de este álbum con un dúo memorable en los versos de la canción ‘History Books’.

Es sabido que tuvieron que pasar los años —cargados de crisis matrimoniales y de salud mental, así como cuatro lanzamientos y giras en solitario— para que Fallon volviese a hacer ruido glorioso con su banda de siempre. Y Springsteen, justamente, terminaría teniendo que ver en eso último también:

“Yo estaba inmerso en el proceso de reunir la banda y entender cómo tomar las decisiones correctas para no volver a las equivocaciones de la última vez”, me dice. “Nos sentamos a hablar (con Bruce) y me aconsejó mucho. La E Street Band había estado separada por muchos años durante los 90, así que su perspectiva sobre esto y cómo funcionan las grandes maquinarias es incomparable. Justo después de nuestra charla me envió un mensaje de texto diciendo: ‘Deberías escribir un dueto para nosotros y yo cantaré’”. 

“Creí haber hecho una Mona Lisa, pero para las personas en la discográfica no era buena porque no sonaba a ningún éxito del momento”. KELSEY HUNTER AYRES

Aunque Fallon ha compartido ya varios capítulos de vida con Springsteen, tanto arriba de una tarima como fuera de ella, a muchos nos interesa saber por qué resultó ser este un momento apropiado para colaborar en el estudio: “No hubo mucho que pensar, él solo lo pidió y ya estuvo. Lo difícil llegó al momento de componer. ¿Cómo voy a escribir palabras para que Bruce Springsteen las cante? ¡Este es el tipo que hizo ‘Thunder Road’! Lo que hice fue componer sin pensar en que él iba a involucrarse. Al final, le enviamos ‘History Books’ y dijo: ‘¡Me gusta, lo haré!’”.

Otro rostro conocido que puede distinguirse sobre la pared blanca de concreto detrás suyo es el de Eddie Vedder. “Como ves, soy fanático de Pearl Jam”, me dice. “Binaural y esos discos de principios de los 2000 fueron necesarios, aunque se escuchara como una banda en busca de su siguiente paso”, añade después de una breve pausa para visualizar el retrato. “Pero luego hicieron el disco del aguacate (Pearl Jam de 2006) y de repente fue como: ‘¡Bang, sabemos quiénes somos de nuevo!’”. Se aclara la garganta y prosigue: “Algo así siento ahora, como si alguien le hubiera metido el acelerador a nuestro vehículo en reposo. En el futuro, la gente va regresar a este momento para decir, ‘Ah, allí fue donde descubrieron quiénes eran finalmente’”.

El paso del tiempo es un protagonista principal en esta historia, o al menos eso me parece a mí. Por otro lado, podría decirse que la reminiscencia ha servido como ancla para el ars poética de TGA casi que desde sus primeras canciones. Pero qué vino primero en este caso, pregunto, ¿el libro de historia como leitmotiv creativo o la canción que al final terminó dándole título al álbum? “Siento que sí hay un concepto, pero que nunca fue algo que buscáramos intencionalmente”, responde el frontman, hablando sobre esta obra que durante un buen tiempo del proceso existió sin un título. “Aquí tuvo mucho que ver el haber visto las fotos para la carátula, por ejemplo”.

“Si entro en una tienda de discos y me encuentro con esa portada, se llama History Books. ¿Por qué? No tengo idea, pero no podría tener otro nombre. Es un proceso intuitivo. Algo que considero positivo sobre nuestra banda es que no pensamos tanto en las respuestas, preferimos las preguntas. Hay un proceso importante que se da posteriormente, en donde tanto nosotros como la audiencia entramos a llenar los espacios en blanco, es como un lugar compartido en donde cada quien puede reflejar sus propias historias si lo quiere. Sabemos que el significado de algo para nosotros puede ser muy distinto que para los demás. Pero lo importante es que signifique algo al final”.

Si bien History Books no parece ser una obra conceptual, atravesada por una historia lineal, sí se siente como una secuencia deliberada de canciones, le digo, y TGA suena aún como una banda a la que le importa hacer álbumes con alguna narrativa inherente.

“Incluso en los viejos álbumes siempre quisimos ser cuidadosos en que una canción no opacara a las demás. Lo cual es difícil, porque cada uno tiene momentos que naturalmente se destacan más. Con respecto a ‘The 59 Sound’ (la canción) me gusta pensar que es una escena principal de ese segundo álbum. Y no importa si ‘Great Expectations’ o si ‘Old White Lincoln’ son la escena favorita de alguien, para que la película funcione, tienen que existir con todas las demás”, comenta Fallon. “Las de American Slang las pensé siempre como edificios de Nueva York, existiendo una al lado del otra para conformar una ciudad juntas”.

Esta idea se traslada igualmente a History Books, en donde las canciones funcionan como capítulos singulares que también consiguen conformar la unidad indivisible de un átomo (o si se quiere: de un tomo). “Siento que este disco en conjunto es una celebración de todo lo que somos como banda, no sé si sea nuestro mejor disco, pero sé que será importante en nuestra historia”, continúa explicando Fallon sobre la colección de diez canciones que, suenan esencialmente al TGA de siempre, pero a la vez a nada que hayan grabado antes.

Entonces le pregunto cuánto tuvo que ver en ello el sentar a Peter Kaitis en la silla del productor. “Hice mi antepenúltimo disco en solitario, Local Honey, con él y me lo pasé increíble. Solo con estar alrededor de Peter sientes una vibra creativa, es como si Rick Rubin fuera un punk y no hubiera producido discos de grandes estrellas sino de, no sé, Dinosaur Jr”, comenta riendo. “Así que nos propusimos a escribir de la misma manera de siempre, para que Peter hiciese lo que se le ocurriese. Después logramos encontrarnos en una intersección en donde todos pudimos conversar desde nuestro mejor punto creativo, y me encanta como resultó eso”.

El tono sobrio y a la vez exploratorio que marca la producción de History Books atraviesa tanto su forma como su fondo.  Cortes como ‘Spider Bites’, ‘A Lifetime of Preludes’ o ‘Autumn’, se escuchan como una postura nueva frente a la música en donde igualmente hay cabida para los ecos del pasado. Pero aquí se sienten más como el final de un proceso reconciliatorio, casi terapéutico, luego de largas conversaciones con vidas anteriores y menos como una serie de indagaciones sobre algún pasado fantasmal.

“En efecto, está planteado muy desde el ahora, pero tampoco le tenemos miedo a visitar el pasado”, reflexiona Fallon. “Solo que ahora miramos desde la perspectiva que obtienes al hacerte mayor; es lo que esperas que suceda a medida que creces como artista. Siempre vas a terminar escribiendo desde tu propia mirada, así que solo puedes apuntarle a expandir tu visión de las cosas para no quedarte repitiendo tu misma historia una y otra vez”.

CASEY MCALLISTER

El nuevo álbum tiene el sello indeleble de esa mirada renovada que se ha curado con el tiempo; desde que TGA sacó su último álbum, han pasado muchas cosas, en el mundo, en la industria de la música y en la historia privada de la banda. Antes de que entraran en su prolongado silencio musical, tras el éxito de Handwritten y el periodo inestable que vino después de Get Hurt, Fallon se encontraba en una encrucijada tanto en su vida personal como profesional. Alguna vez, llegó a confesar en una entrevista que quizá había escrito su obra maestra, su suerte de Mona Lisa, pero que el costo había sido inmenso y que no sabía si podría volver a pagar un precio tan alto por lograr algo así. Entonces, ¿existe ahora un lugar que pueda habitar creativamente como compositor dentro TGA, sintiéndose libre de aquellas cargas? “Siempre que escribes una canción quieres que sea la mejor canción que hayas escrito”, dice. En el periodo alrededor de Get Hurt, entre 2012-13 y de ahí casi hasta 2018, sintieron una inmensa presión de las grandes discográficas. “Te decían cosas como ‘Deberías escribir esa canción sobre tomarse una pepa en Ibiza’, ‘Trabaja con esta persona’, ‘Si consiguen un éxito, tienen que seguirle con otro’”. Tuvo que ver a muchos de sus amigos cambiar para parecer más “actuales”; les veía entrando en el juego de los jóvenes, cuando realmente parecían “los ancianos del partido”.

“Creí haber hecho una Mona Lisa, pero para las personas en la discográfica no era buena porque no sonaba a ningún éxito del momento”, me dice retomando la conversación después de responder una pregunta insistente de su hija pequeña. “Y ahí uno se tiene que cuestionar. Ya sabes, Tom Petty entró en una oficina con Full Moon Fever y le dijeron, ‘No vemos ningún single’. ¿De verdad? ‘I Won’t Back Down’, ‘Free Falling’, ‘Running Down a Dream’, ¿todas esas canciones clásicas y no escuchas ningún éxito? Así que nunca lo olvides, la gente puede equivocarse”.

“Para mí no hay nada peor que una persona que no eres”, continúa.  “Mis hijos me muestran cosas de Post Malone o Juice WLRD, y me encantan, pero no quisiera hacer nada así con mi música. Estoy en mis 40; si no soy cool a estas alturas, tampoco  quiero intentarlo. La verdad, ahora solo estoy tratando de estar en TGA y disfrutarlo, no necesito nada más”.

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