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Terror en el estudio 666

La película de los Foo Fighters es un afortunado slasherstick con ultraviolencia, pésimas actuaciones y mucho humor

BJ McDonnell 

/ Dave Grohl, Jeff Garlin, Whitney Cummings, Leslie Grossman, Pat Smear

Por  ANDRÉ DIDYME-DÔME

CORTESÍA DE SONY

En 1978, Gene Simmons, Paul Stanley, Ace Frehley y Peter Criss presentaron por el canal de televisión NBC, la película Kiss Meets The Phantom of the Park (conocida en español como El ataque de los fantasmas). Producida por los estudios Hanna-Barbera (el hogar de Scooby-Doo), la cinta cuenta cómo los miembros de la conocida agrupación de música rock, son secuestrados por un malvado inventor, quien los reemplaza por unos robots.

Descrita inicialmente como A Hard Day’s Night y El fantasma de la ópera se encuentran con Star Wars, la película terminó siendo más The Monkees y Los Power Rangers se encuentran con Los Banana Splits. Este absoluto desastre no es para nada divertido, es en extremo ridículo y las actuaciones de The Demon, Star Child, Space Ace y Catman son de lo peor.   

Ahora es el turno de los Foo Fighters para hacer su debut en el cine. Basada en una idea de Dave Grohl (es más una fantasía perversa), Terror en el estudio 666 es una cinta que funcionaría mejor si se presentara en cines a la medianoche o se reprodujera en formato VHS a altas horas de la madrugada.

Este perverso homenaje a diversas cintas de terror como El exorcista, La profecía, Evil Dead, Viernes 13, Halloween, Masacre en Texas, El bebé de Rosemary, Enigma de otro mundo, Braindead, Rojo profundo, Suspiria, American Psycho y, por supuesto, El ataque de los fantasmas, nos cuenta cómo los miembros de la banda (Dave Grohl[1] , Taylor Hawkins, Rami Jaffee, Chris Shiflett, Pat Smear y Nate Mendel) acuden a una casa abandonada que antes sirvió como estudio de grabación para la banda ficticia Dream Widow, para grabar su décimo álbum.

Al parecer, el líder de Dream Widow asesinó en los años noventa a todos los compañeros de la agrupación antes de suicidarse, en unas circunstancias misteriosas. Al principio, Grohl se encuentra musicalmente constipado y no puede componer nada. Pero cuando se encuentra con un misterioso sótano, en donde hay un mapache crucificado y desollado, así como las grabaciones que dejó Dream Widow, es cuando la posesión satánica toma lugar, haciendo que vuelva la inspiración para el músico.

Grohl invita a sus compañeros a grabar una canción épica que, según él, va a superar a la suite de veinte minutos del álbum 2112 de Rush. El sonido se hace más pesado (a lo Black Sabbath) e inclusive Grohl se inventa una nueva nota y realiza un sorprendente solo de guitarra (llevado a cabo por Steve Vai sirviendo como doble).

Grohl no solo es pesado con su música, sino también con su carácter, insultando a sus colegas y demeritando su talento. Gradualmente, el líder de los Foo Fighters se va a convertir en un ser demoníaco que se va a encargar de eliminar uno a uno a los miembros de la banda de una manera ultraviolenta, así como al encargado del servicio a domicilio (un hilarante Will Forte) y a la entrometida vecina (Whitney Cummings).

El director BJ McDonnell (director de vídeos musicales para Slayer y Exodus), logra captar la atmósfera de las películas gore setenteras y ochenteras, y Grohl y sus amigos proyectan el carisma de los personajes de Scooby-Doo, cada uno con un rasgo de personalidad definido y en extremo caricaturesco.

El resultado es una película altamente disfrutable y llena de sorpresas, que viene a ser lo que Kiss debió haber hecho en 1978: Una película satánica, exagerada y en extremo graciosa. Studio 666 es Metapocalypse y Tenacious D: The Pick Of Destiny se encuentran con los Demonios de Lamberto Bava.

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