La ciudad estadounidense Charlottesville fue la protagonista de los titulares alrededor del mundo en 2017, cuando un grupo de racistas protestó en contra de la propuesta de retirar la estatua del comandante Robert E. Lee, quién luchó con el Ejército confederado durante la Guerra Civil de Estados Unidos. Supremacistas blancos desataron una ola de violencia y al día siguiente se convocó una contramarcha, pero un hombre de 20 años arrolló con un automóvil a los y las manifestantes antirracistas, ocasionándole la muerte a una mujer y dejando 19 heridos.
Después de los hechos, autoridades y organizaciones se pronunciaron rechazando los actos de odio, y servicios de streaming de música reaccionaron eliminando la música creada por supremacistas de sus plataformas. En un comunicado, Spotify le llamó la atención a los sellos y distribuidoras por subir ese tipo de contenido a su base de datos, y advirtió que cualquier tipo de canción que incite a la violencia racial, sexual y de culto sería removida de inmediato.
Pese a que diferentes compañías adoptaron políticas estrictas al respecto, en 2020 la BBC encontró varias canciones en Spotify, Apple Music, YouTube Music y Deezer que enaltecían “naciones arias”, con letras antisemitas, del género NSBM (National Socialist Black Metal) y otras hechas por agrupaciones identificadas por organizaciones de derechos humanos como grupos de odio. Tras la investigación, los servicios reiteraron su compromiso con mejorar sus protocolos de control del contenido que viole sus normas respecto a los discursos de odio.
Sin embargo, Spotify una vez más anda en el ojo del huracán después de que la Liga Anti-Difamación (ADL por sus siglas en inglés) publicara un reporte sobre 40 grupos supremacistas alojados allí. Según el informe realizado por el Centro en Extremismo (COE) de la ONG, la empresa fundada y presidida por Daniel Ek no solo permitiría la difusión de música supremacista, sino que además la promovería dentro de sus propias playlists.
El COE identificó bandas de diferentes géneros y subgéneros populares entre personas racistas, entre ellos: fashwave, un subgénero del synthwave y el vaporwave creado “para difundir la ideología supremacista”; rock against communism (RAC), cuyas canciones son antisemitas y racistas; y NSBM, que promueve el fascismo y la supremacía blanca. La Liga hizo la observación de que los artistas y agrupaciones de este tipo de música no solo usan el servicio para compartir su música, sino que están siendo verificados a través de un proceso de fácil acceso.
La organización nombró que varios de esos actos usan Spotify para redirigir a su público a sus redes sociales, en donde comparten con más libertad discursos de odio, canciones más explícitas y promueven más “artistas” y películas extremistas. Una de las bandas mencionadas en el reporte, toca NSBM y era recomendada en la lista de reproducción oficial ‘Black Metal Essentials’, curada por la misma plataforma. Otro punto es que las playlist que giran en torno a estos géneros supremacistas tienen títulos como el código nazi ‘14/88’ o ‘Right Wing Death Squad’, y sus portadas suelen hacer referencia a movimientos neonazis.
Desde la publicación del reporte de ADL, Spotify ha eliminado la música de estas personas y agrupaciones, pero aún tiene problemas con la rigurosidad de los controles en el contenido que permite subir. En febrero, la ONG compartió otro informe sobre las fallas en las políticas de la compañía, lo que resultó en una “política anti-extremismo más explícita”. Pero una de las muchas fallas que se encontraron es que a la hora de denunciar contenido, los usuarios únicamente pueden hacerlo desde sus computadores y no desde la aplicación móvil, obstaculizando el proceso.
En un comunicado enviado a Billboard, un portavoz de Spotify aseguró que desde el primero de enero, la plataforma ha removido cerca de 12 mil episodios de podcast, 19 mil playlists, 160 canciones y casi 20 álbumes que violaban sus políticas, “incluyendo gran parte del contenido” denunciado por la ADL.
“Reconocemos que incluso con nuestra continua innovación y esfuerzo a la hora de moderar, siempre habrá más trabajo por hacer”, añadió el portavoz. “Por esta razón, hemos creado el Consejo de Asesoramiento de Seguridad para ayudar a garantizar nuestras políticas, a los mecanismos de aplicación y a las asociaciones que atienden a las necesidades de nuestra comunidad de usuarios, creadores y artistas. También seguimos abiertos a entablar un diálogo con organizaciones, incluida la ADL, para poder beneficiarnos de su experiencia y seguir mejorando la seguridad de nuestra plataforma”.
Esta no es la primera vez en el año que Spotify es criticada por la ambigüedad de sus políticas de contenido y usarlas a conveniencia pues, a principios de 2022, dio una respuesta pasiva respecto a la desinformación difundida en el podcast de Joe Rogan. En ese momento, el programa era el más exitoso de toda la plataforma, pero en varios episodios empleaba lenguaje ofensivo e insultos discriminatorios. En uno en específico, el presentador le abrió los micrófonos a dos invitados abiertamente antivacunas y conspiranoicos, lo que ocasionó que músicos como Neil Young retiraran sus catálogos del servicio.