“Si uno nada más conoce la mierda, no puede hablar de otra cosa”

Han pasado más de 25 años desde que Molotov lanzó el icónico ¿Dónde jugarán las niñas?, cuyas canciones como ‘Que no te haga bobo Jacobo’, ‘Voto latino’, entre otras, se han convertido en himnos inigualables de protesta y unión del mexicano. Es suficiente con ver a algún grupo de personas oriundas del país coreando “¡Viva México, cabrones!” al son de ‘Gimme Tha Power’ para entender el gran impacto que ha tenido la banda en esta sociedad inconforme con sus gobernantes.

Desde sus inicios, usando siempre el sentido del humor, la banda de la Ciudad de México ha creado música que pretende desahogar ese sentimiento de hartazgo que han dejado innumerables sucesos y personajes en la historia sociopolítica del país. Molotov se formó como una banda de jóvenes que encontraron una catarsis por medio de sus letras e instrumentos; “Encontré perfectamente el desahogue en el rock & roll, era mi pinche escape”, dice Tito Fuentes en el documental Gimme The Power, de 2012.

En ‘No olvidamos’, primer sencillo de su esperado séptimo material de estudio, y el primero en ocho años, Molotov vuelve a sus orígenes contestatarios y realiza una crítica sobre diversos personajes y sucesos que han marcado la historia sociopolítica de México. En la canción, la banda menciona con su característica voz crítica a los expresidentes mexicanos, desde Luis Echeverría hasta López Obrador, pasando por López Portillo, De La Madrid, Salinas de Gortari, Cedillo, Fox y Peña Nieto. Además de recordar eventos importantes como el sismo de 1985 y la devaluación del peso.

“Aquí nos tocó nacer”, dice Miky Huidobro para Rolling Stone sobre el origen de la canción, “Si uno nada más conoce la mierda, no puede hablar de otra cosa. Nos tocó el régimen autoritario de los setenta con Luis Echeverría y lo veníamos arrastrando, y según, con los recientes cambios en el gobierno iban a pasar cosas distintas, hubo cambios de partido, de personaje en el poder, pero no hubo diferencia palpable en las cosas. Lo que venimos arrastrando es un fracaso político en todos estos años”. 

Después del estreno de ‘No olvidamos’, algunos ciudadanos criticaron que la banda fue más crítica cuando se trató de escribir sobre anteriores presidentes y más bondadosa con Andrés Manuel López Obrador, actual mandatario. “Que se esperen a escuchar ‘Denle chayote’”, dice Micky en un tono confiado. 

Es bien sabido que el pueblo mexicano es de memoria corta. Basta con que llegue el siguiente caso de corrupción, el siguiente gobernante deshonesto, el siguiente desastre natural o el siguiente crimen para que demos vuelta a la página. “Es como un recordatorio de que a los mexicanos siempre se nos olvida con la siguiente noticia lo que recién ha pasado, y debemos acostumbrarnos a no olvidar este tipo de cosas”, dice Micky. “Sí, tenemos esa mala fama”, agrega Paco Ayala, “a lo mejor incluso es algo de todos los latinoamericanos”. 

Para Miky, Paco, Tito y Randy, el proceso retrospectivo que representó un viaje por la historia sociopolítica de un país que ha tenido tantos tropiezos, significó recordar momentos que los marcaron en diferentes puntos de sus vidas. “Nos tocó estar pequeños en esa época, entonces de lo que realmente te acuerdas es de lo que te tocó vivir como familia, ¿no?”, reflexiona Miky. “A nosotros nos tocó vivir la crisis del 84 terriblemente, luego la del 94, luego el temblor del 85. Todo, todo nos tocó vivir, ¿no? Salinas en el 88. No hemos podido salir del hoyo nunca, y por desgracia, siempre te dan la falsa esperanza de que todo va a cambiar y va a estar bien, creo que lo único que debemos recordar los mexicanos es que no debemos creer en la clase política. Por eso el rock & roll siempre estaba en contra de lo político, porque no hay una figura que represente lo que pensamos o lo que somos”.

Ahora, más de 25 años después de su formación y con un próximo material en puerta, Molotov no siente ningún tipo de presión por parte de la sociedad mexicana para seguir siendo la banda contestataria que ha sido en varias etapas de su carrera. Es algo que llega naturalmente por la misma naturaleza de la agrupación. “Yo en particular, no”, reflexiona Tito. “Nuestro recorrido habla por nosotros en muchos sentidos, y también como que la gente confía en nuestra mentalidad y lo que puedas proponer artísticamente, ¿sabes? Yo no siento presión como tal”.

“A lo mejor eso tendría que ver si te enganchas mucho con las redes sociales, ¿no?”, agrega Ayala. “Ahí ni vas a quedar nunca bien con todo el mundo, ni vas a estar autorizado y aprobado por la gente que en algún momento sí era fan tuyo. Entonces creo que hay que darle chance a la gente. Si le gusta o no le gusta y comunica, bien. Creo que lo de nosotros siempre ha sido y seguirá siendo pararnos en un escenario, tocar y pasárnosla chingón. Lo demás es una referencia que tienes que aceptar, te guste o no, les guste o no, también”.

‘Quítate que Ma’sturbas’, ‘Rap Soda y Bohemia’, ‘Nostradamus Mucho’, y muchos otros títulos ejemplifican el sentido del humor que ha utilizado la banda como recurso para conectar con el público. Ese ingenio nace de la relación pesada, pero de amistad, que mantienen los miembros de la agrupación. “Siempre nos estamos cabuleando entre nosotros porque es un ejercicio, es una manera de que salgan frases que luego utilizamos como carrilla recurrente todo el tiempo durante años, y luego de ahí salen las canciones de Randy”, dice Miky. Para Paco, este también es un factor importante: “Finalmente la música es parte del entretenimiento, es parte de divertirse, no todo es en serio. El pinche sarcasmo nos acompaña día a día, entonces ya se queda hecho rola. Está chingón, lo tienes que disfrutar, lo tienes que transmitir, y los discos siempre quedan con un poco de todo, una parte desmadrosa y otra no tanto”, dice.

A pesar de haber forjado una trayectoria como una de las bandas más importantes de México y América Latina, habiendo criticado a todo personaje o suceso que les provocara inconformidad, Molotov no niega que en estas décadas también ha habido sucesos y cambios favorables para la sociedad mexicana. “También hay cosas positivas”, dice Huidobro. “Yo, por ejemplo, en toda la cuestión artística, sí he visto como una evolución en la que la mujer está más incluida. Creo que hay que voltear a ver esta parte que tal vez políticamente se está, o se estuvo, ignorando durante mucho tiempo. Y yo creo que sí hay mucho talento, ¿no? En todo lo que ves. En el fútbol, en las clavadistas, en las gimnastas, en artistas, en la música, en la pintura. Hay gente que sobresale entre los hombres y creo que hay que apostarle a eso, y no tomarlos como un objeto y politizar también la situación de las mujeres. Ahí es donde siento que avanzamos, pero también retrocedemos en otras cosas. Hay también organismos que se han implementado para cuidar la democracia y muchos otros programas, pero al mismo tiempo se han quitado programas de ayuda, etcétera. También, cuando se empiezan a politizar este tipo de programas y a funcionar como provotos o proselitismo, ahí es donde la cagamos nosotros en aceptarlo. Hay que cuidar nuestras instituciones, que es lo que nos costó a todos los mexicanos hacer, y cuidar todos los programas, desde el que tenga menos incentivos, hasta que tenga más ayuda que cualquier persona”, concluye el músico mexicano.

El hecho de que Molotov haya retornado a su particular manera de protestar por medio de su música es algo agridulce. Por un lado, nos dice que el cambio es lento y los problemas se repiten en esta sociedad descompuesta, pero por el otro, sabemos que aún existen artistas que utilizan su voz para inspirar un cambio significativo.