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Robert Plant sobre el éxito, ser criticado por Rolling Stone y lo que significa ‘Stairway to Heaven’

“Soy un poco cauteloso con la repetición”, dice el antiguo vocalista de Led Zeppelin. “Y no importa dónde toque, tengo que sentirme muy bien sobre ello, porque el tiempo está pasando”

Por  KORY GROW

agosto 29, 2022

Mark Summers

Cuando llamo por teléfono a Robert Plant, faltan unos días para que toque con Alison Krauss en Glastonbury. Plant acaba de regresar a Inglaterra con un gran ánimo y describe su día de una manera muy Plant: “Es el solsticio de verano – es magnífico”, exclama. “Pude experimentar los primeros rayos de sol esta mañana y el canto de un mirlo. Así que es un día maravilloso”.

Plant y Krauss lanzaron su segundo álbum juntos, Raise the Roof, el otoño pasado, y acaban de iniciar una gira que tiene fechas hasta el 12 de septiembre. En los shows tocan su música nueva, así como la de su primera colaboración (el álbum de 2007 ganador del Grammy, Raising Sand) y versiones en estilo folk de canciones de la primera banda grande de Plant, Led Zeppelin.

Desde que Zeppelin se separó en 1980, tras la muerte del baterista John Bonham, Plant ha mantenido sus ánimos siguiendo a su propia musa. Se ha permitido tocar pop y en supergrupos de R&B, se ha reunido con Jimmy Page en el álbum No Quarter, e incluso ha saciado sus intereses más folk con Krauss. Aunque Zeppelin se ha reunido unas cuantas veces a través de las décadas, Plant siempre ha sido reacio a mantenerse mucho tiempo en el pasado.

Para la columna Last Word de Rolling Stone, Plant reflexiona sobre su viaje de dios dorado a un artista siempre en movimiento y más mercurial.

Recientemente te reuniste con Alison Krauss para un nuevo álbum y una nueva gira. Ya que eres alguien que puede hacer lo que quiera con su carrera, ¿cómo decides qué hacer?

Siento que he estado en un decatlón ambicioso desde los 17 años, cuando saqué mis primeras canciones en Columbia, hasta ahora. Realmente me gusta la posibilidad del reto, y creo que Alison y yo habíamos hecho muchas insinuaciones sobre lo agradable que sería [trabajar juntos de nuevo]. Luego, finalmente llegó la oportunidad de que discutiéramos a dónde sentíamos que podíamos ir reinterpretando la música de otras personas.

Tocan canciones de los Everly Brothers y Calexico, pero has hecho covers toda tu vida, como Babe, Im Gonna Leave You. ¿Qué sacas de hacer covers?

Raise the Roof, como colección, tiene fuerza. No se supone que sea una selección encantadora; es un poco más dura, particularmente con las piezas de Bert Jansch. Todo el asunto es “¿Cómo tomas estas canciones, les muestras respeto, y las llevas a un nuevo lugar?”.

Lo intenté en los ochenta con los Honeydrippers, pero eso fue pan comido porque trabajaba con Ahmet [Ertegun]. The Honeydrippers fue una aventura que hablaba por sí misma, en realidad, mientras que estas colecciones con con Alison y T Bone [Burnett] son más un viaje, y en este viaje viene el tejido de las canciones dentro de la colección, cómo se entrelazan incluso con sus tonalidades diferentes y cómo se pasa de una pieza a otra. Este aspecto tiene, para mí, un elemento atractivo.

Una de las cosas que me gustó de verlos a ti y a Alison en vivo es la manera en la que armonizaban. ¿Cómo conectan cuando hacen eso?

Nos vemos el uno al otro cuando cantamos, y creo que se puede notar. Aún soy un poco travieso, entonces puede que mantenga una sílaba por más tiempo de lo que debería, y ella sigue cantando conmigo, y no sabe cuándo va a acabar esa sílaba en particular. Entonces, si alcanzas a ver, las cejas lo dicen todo, como si me preguntara “¿Por qué estoy haciendo esto? ¿Por qué estás jodiendo así?”. Es grandioso. Entonces, tengo esta licencia y siempre me puedo salir con la mía, y estoy cantando junto a una cantante monstruosa que tiene muchas demandas sobre cómo mi armonía queda con las canciones que ella ha seleccionado.

¿Cómo llegas al estado mental adecuado para un concierto actualmente, a diferencia de los viejos tiempos?

Había un sentido de pánico por responsabilidad en los setenta, aunque no lo creas. No había ningún lugar dónde esconderse en una banda de cuatro personas, entonces había días grandiosos y otros no tan buenos, y tenía que seguir. Nuestros itinerarios eran muy demandantes, y a veces realmente me pasaba factura en la voz. Mucho de lo que cantaba llegaba al borde de mi capacidad, justo en el límite de lo que me era posible cantar con las tonalidades en las que tocábamos nuestra música.

Para 1980, ya se había ido toda esa idea. De ahí en adelante, tuve muchas desviaciones, y no me siento avergonzado de ellas. Todas fueron aventuras más bien bobas, pero me mantenían pensando, atacando las melodías. Hoy, estoy a tres días de tocar en el festival más grande de Europa [Glastonbury], y voy a ser muy melódico.

¿Cómo defines el éxito?

Con las sonrisas de las personas con las que estoy trabajando, con su actitud, con mi propia actitud. Es crucial. Mi idea es que el entretenimiento está bien, siempre y cuando la persona a la que más estés entreteniendo sea a ti mismo. Soy un poco cauteloso con la repetición, y no importa dónde toque, tengo que sentirme muy bien sobre ello, porque el tiempo está pasando. Está volando. Si voy a hacer esto, tengo que sacarle lo mejor que pueda.

Después de todos estos años, ¿cómo calmas a la gente cuando te conoce y te trata como su ídolo?

Me siento halagado cuando la gente es amable, pero no lo es todo. ¿Entonces qué hago? Soy un tipo que envejeció. Y lo que pasa es que aún puedo hacer todo lo que podía hacer antes, y ocasionalmente en estos shows me dejo llevar por un minuto, y sé muy bien que eso es todo lo que necesitamos, porque eso lo es todo. Entonces, cuando conozco gente, dependiendo de su personalidad  o su emoción o su decepción, es simplemente un encuentro más. Soy alguien bastante público. Quiero decir, no tengo que entrar a una cabina telefónica, cambiarme y salir sin camisa. Puede ser un poco riesgoso. Pero sigues adelante y tomas todo como viene.

Un fan publicó recientemente una foto encontrándote en una librería. ¿Qué has estado leyendo últimamente?

Pasé tres años viviendo en Austin y sus alrededores. Me di cuenta de que el país ha sido atrapado por los europeos. Pero no entendía cómo la gente pudo tomar una tierra tan hermosa y vasta, y rodearla con alambres, vallas y letreros, y sabía que alguna vez hubo gente diferente moviéndose por esos lugares.

Estoy leyendo un libro llamado The Captured, de alguien llamado Scott Zesch, y es básicamente la historia de la abducción de niños en la frontera de Texas y los territorios indios, y cómo esos niños alemanes se convirtieron en algunos de los guerreros comanches más prolíficos y apasionados, viendo su sociedad y no pudiendo encontrar un lugar para ellos. Entonces incluso cuando fueron repatriados muchos años después por la gente que se había convertido en su familia, la transición y los intentos de regresar a la manera occidental fueron muy caóticos.

Zeppelin aún respiraba en 1978, pero en 1878 aún había niños alemanes que no estaban regresando a la sociedad como la conocemos, conforme los tejanos se extendieron al oeste. Mi abuelo nació como 10 años después de estos eventos. Todo el asunto es tan reciente y tan terrible. Es una parte muy trágica de la historia de Estados Unidos.

Eres del Black Countryde Inglaterra. ¿Qué es lo que más tienes de esa región?

El humor contra mí mismo. A veces me encuentro con gente que conocía cuando estaba en el ayuntamiento local, viendo a Gene Vincent o a Screaming Lord Sutch and the Savages, y usualmente son encantadoramente abusivos, lo cual me encanta, porque es grandioso. Celebran el éxito por unos 10 minutos, y el resto del tiempo es decir que el éxito le ha llegado a la persona equivocada o cosas así. Me encanta.

Se hizo famoso un trato que hiciste con tu entonces esposa diciendo que si no la hacías” para tus 20 años, te retirarías de la música. ¿Cómo supiste cuándo lo lograste?

Fue cuando fui a mi primer ensayo con los Yardbirds, y tenía 19, casi 20, años. Le había sugerido a Jimmy Page que el baterista que había llevado simplemente no tenía el dinamismo de… John Bonham era algo totalmente diferente. Un día la esposa de John finalmente le dio permiso de ir a un ensayo –porque Pat siempre decía “Mantente alejado de Plant, porque vas a terminar pobre y en problemas”–, y los dos fuimos a Londres en la van de la mamá de John, la cual tomamos prestada. Y estando en ese cuarto, esa tarde, cuando tocamos un montón de canciones que nadie realmente conocía, ‘Train Kept a-Rollin’… en ese momento supe que estaba en un cuarto lleno de gigantes, y eso fue todo. Para 1973, lo que pasó en ese cuarto había explotado en el rock no-rock más aventurero que pudieras desear encontrar, y simplemente era la suma de las partes. Esos chicos simplemente eran increíblemente buenos. Y era como si todos estuviéramos esperando el uno por el otro durante lo que sea que hubiera pasado antes de eso. Simplemente fue como ¡bang!

Cuando salió el primer álbum de Led Zeppelin, algunos evaluadores (incluyendo Rolling Stone) lo criticaron mucho. ¿Hay algo que aprender de la prensa negativa?

Absolutamente nada. Es pura mierda. La belleza está en quien la mira. El tipo que estaba en Rolling Stone no estaba muy feliz.

¿Cuáles son las lecciones más grandes que aprendiste del manager notoriamente feroz de Zeppelin, Peter Grant?

Siempre decirles la verdad a todos con quienes trabajas. Tengo una personalidad exagerada; soy entusiasta al punto del tedio para la gente. Peter Grant pudo haber conducido todo de una manera completamente diferente, especialmente conforme el éxito se desarrollaba y nos volvíamos cada vez más una atracción. Pero siempre fue muy recto, y por eso mismo era una inspiración. Era duro, y claro que todos tienen una historia. No todo fue lindo, pero al final del día, él nos dio confianza a Bonham y a mí, porque sabíamos que estaba viendo por nosotros. Simplemente deja que todos sepan qué está pasando, cómo funciona, cuál es el asunto, qué hay alrededor y mantenlo abierto.

¿Hay algún consejo que te hubiera gustado haber recibido de más joven, ahora que ves hacia atrás?

No le digas “Te amo” a tantas personas. [Ríe] Estoy bromeando. No puedo ver hacia atrás y quejarme o ser arrogante. Me siento bien con las cosas.

Con Led Zeppelin, cantabas mucho sobre sexo, y mucha gente asoció a la banda con perversión y sexismo. ¿Cómo te sientes con ese aspecto de la banda en estos días?

Esta mañana estaba viendo un clip de YouTube en el que Howlin’ Wolf se enfrentaba a Son House; es un clip en blanco y negro de ‘Meet Me in the Bottom’. Y pienso en Robert Johnson, y pienso en todos los artistas a los que escuchaba, ya sea Memphis Minnie, ‘I Want to Be Your Chauffeur’, Muddy Waters, ‘Got My Mojo Workin’, y todo estaba lleno de insinuación, todo. Era casi el espectáculo. Y no se detenía ahí. Con los cantantes de rock & roll, era casi una pantomima, y ahora es algo del pasado. Eran otros tiempos, y no había nada malévolo o villanesco; simplemente era parte de esos tiempos.

¿Te molesta que la gente vea a Zeppelin de esa manera?

Yo también soy así, de cierta manera. Veo hacia atrás y pienso “¿Cómo pasó todo eso de esa manera?”. Los criterios de esos tiempos eran así. No es una excusa; es solo que estos tiempos son diferentes, y pienso que ahora he pasado tanto tiempo escuchando a gente como Wilco, o Calexico, y escucho las letras y la abstracción y todo tipo de cosas, porque me he vuelto más y más y más viejo. Obviamente me fui desarrollando con todo lo que sentía y lo que tenía a mi alrededor. No tenía que cantar R&B, porque podía escribir otras cosas. Aunque tristemente algo de eso era… quizá hubo uno o dos… hobbits de más. [Ríe]

¿Cómo te sientes ahora sobre tu obsesión con Tolkien?

Puedo ver desde esta ventana la colina en la que Tolkien se solía sentar y ver el paisaje, y esa es la Comarca, y la aldea justo debajo de ella se llama Bagginswood. En ese entonces vivía en un sueño, hablando sobre C.S. Lewis y Tolkien. Y claro que trae algo de burla para todos los que tomaron una guitarra o se acercaron a un micrófono alrededor de 1980. Pero era un niño.

Tenía 22 años cuando escribí ‘Ramble On’ con Jimmy, entonces ¿qué sé yo? Ahora sé mucho más sobre Tolkien, porque todo eso sigue vivo en los bordes de Gales. ‘The Battle of Evermore’ no ha terminado. Para nada. Y el asunto con ‘Evermore’ es… Le dije a Alison “Me avergüenza esto”. Ella me dijo “Pero no puede avergonzarte, porque son los momentos de una persona joven viviendo en una área que es así, que resuena con ese periodo”. Pero claro que eso es evasivo, porque ese periodo también es este momento. Todo es lo mismo. Es solo que yo estaba obsesionado con Louis Spence y C.S. Lewis y con la idea de los Inklings y de la gente que se juntaba con Tolkien en Oxford e intentaban y querían poder revivir el espíritu de lo que había pasado al inicio del siglo XX. “Tráelo de vuelta. Tráelo de vuelta”.

¿Alguna vez te sientes triste de que la última vez que apareciste en público con Jimmy Page fue en el juicio por Stairway to Heaven?

Creo que lo he visto alguna vez desde entonces. De hecho, espero verlo mañana, porque iré a Londres, y tengo un muy buen álbum de Robert Finley, Sharecroppers Son, que le quiero dar por los viejos tiempos.

Mi interpretación de tu letra de Stairway to Heavenes que hablabas contra el egoísmo. ¿Crees que la gente alguna vez entendió el mensaje de la canción?

No tengo idea. Quiero decir, fue hace tanto tiempo. Solía decirlo en Zeppelin, “Esta es una canción de esperanza”. Y es muy loco, en realidad, porque eso era gigantesco en esos tiempos. La construcción musical fue, en su momento, algo muy especial, y sé que Jimmy y los chicos estaban muy, muy orgullosos de ella, entonces me la dieron y me dijeron “¿Qué vas a hacer con esto?”. Así que me propuse escribir algo que, supongo, cayera en el mismo lenguaje que algo como ‘The Rover’ más adelante, o quizá ‘Rain Song’, algo en lo que hubiera optimismo y reflexión por parte de alguien que no era nada viejo. Tenía 23 años o algo así.

Y ¿qué pienso ahora? Cuando la escucho en solitario, me siento abrumado por todas las razones que te puedas imaginar. Había una sensación en el aire de intentar salir adelante. El mundo es un lugar diferente. Todos estaban recuperándose de Vietnam y de la ayuda usual a la corrupción por parte de la política. Había gente muy elocuente que lo pudo explicar de manera mucho menos pictórica y que hizo un mejor trabajo llegando al punto. Pero soy lo que soy, y como decía mi abuelo, “No puedo ser más yo”.

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