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Rawayana emprendió el viaje de su vida

Hablamos con Beto Montenegro sobre su más reciente álbum, ¿Quién trae las cornetas?, un homenaje a la música en el que la banda venezolana vuelve a pasarla bien.

Por  PABLO MONROY

septiembre 21, 2023

Cortesía Rawayana

“¿De dónde viene la música?”, se cuestiona Rawayana en el video promocional de su nuevo álbum, ¿Dónde están las cornetas?.

Cornetas es  como le llaman en Venezuela a las bocinas. La banda estaba lista para emprender una nueva aventura, ya tenían el grupo, la playlist, solo faltaba una cosa, ¿Quién trae las cornetas?

En su anterior álbum Cuando los acéfalos predominan, los miembros de la banda hacen una reflexión del surrealismo que existe en Latinoamérica y la situación por la que pasaba su país. Es un disco que nace de un lugar de enojo de los músicos hacia la situación que pasaba Venezuela en esos momentos. En cambio, en ¿Quién trae las cornetas?, la banda decide volver a pasarla bien. 

Cortesía Rawayana

El álbum es un homenaje a la misma música, en una época en la que puede parecer efímera, producida en masa y sin el amor que merece. “Tenemos ahora una maquinaria de canciones, muchas de ellas hechas como si estuviésemos haciendo hamburguesas de McDonald’s”, dice Montenegro sobre la industria musical actual en una plática con ROLLING STONE.  “Para nosotros este disco era: ¿De dónde viene la música? ¿Por qué nosotros hacemos música? ¿Por qué empezamos a hacer música? Porque la queríamos pasar bien, porque la música ha sido el viaje de nuestra vida. Ahora en esta nueva, ¿cómo es ese viaje? ¿Por cuál ciclo de la vida estamos pasando? Ha sido un proceso muy complejo a nivel interno y personal porque son muchas cosas que pasan en la vida de las personas que participan en un disco.

En el “álbum de sus vidas”, la banda colaboró con artistas como Alemán (en una canción que es un homenaje a México), Danny Ocean, Bebo Dumont, Goyo, Monsieur Periné, Servando, Elena Rose, entre otros. 

Montenegro explicó también que la banda utilizó nuevos procesos creativos, se unió a gente talentosa y creó “el mejor disco de su vida hasta ahora”, pero también habló sobre las dificultades y retos que ha traído ser una banda venezolana. Cuando inició la plática, el vocalista explicó que estaba saliendo de un consulado para poder viajar al siguiente destino de su gira. “Llevo semanas de estar metido en consulados porque soy venezolano y tengo que pedir visa para ir a cualquier país al que voy a tocar… La cantidad de trabas y de situaciones absurdas por las que hemos tenido que pasar. Hemos tenido que luchar contra viento y marea para lograr las cosas que hemos logrado”, reflexiona. 

Así, superando las dificultades y siempre con total amor a la música, Rawayana se ha convertido en la banda venezolana más importante actualmente. Acompaña a los miembros del grupo en el viaje de sus vidas con ¿Quién trae las cornetas? y lee la plática a continuación. 

Cortesía Rawayana

Si volteas a ver el Rawayana de los inicios y a la banda de ahora, ¿cuál es la mayor diferencia que ves?

Al principio uno no tiene mucha expectativa con lo que estás haciendo. Ahora que te dedicas a esto, hay muchos intereses detrás y las prioridades de todos cambian. No somos unos chamaquitos de 20 años, sino ahora tenemos 30. Entonces de alguna u otra forma las prioridades de todos van cambiando, el éxito genera ciertos cambios en la banda y en el equipo y todas esas cosas van afectando en el trabajo nuevo. Además de lo que te decía de la sobreestimulación, constantemente comiendo y viendo cosas distintas, viajando un montón, respirando aire distinto, escuchando diferentes acentos e idiomas, todas esas cosas comienzan a cambiar tu criterio sobre el arte, sobre cómo haces música y cómo te van influenciando todas estas experiencias. Es muy interesante que cuando empiezas a probar cosas y fracasar, aprendes muchísimo más que cuando te está yendo bien. Creo que eso ha sido lo que hoy en día, después de tanto tiempo en la música, me llama más la atención.

Cortesía Rawayana

Entre los comentarios de su público predominan los de orgullo venezolano. Por ejemplo, uno que dice: “Hace mucho que no me sentía orgulloso de ser venezolano”. ¿Sienten alguna responsabilidad por contrarrestar la narrativa que hay del país y poner en alto el nombre de Venezuela?

Sí, yo creo que nosotros somos una generación que está en una búsqueda de identidad. Venimos del caos, hace como 20 y pico de años viviendo situaciones muy difíciles en donde somos millones los que estamos fuera del país, pero también hay millones adentro pasando por situaciones muy complejas y eso te genera un conflicto de identidad y cultural. Como artistas, ha sido gran parte de nuestra conversación en nuestras obras. Yo le doy un peso muy importante a mi venezolanidad y rehusarme a que me cataloguen por las cosas malas que se escuchan de Venezuela. Parte del trabajo que se está haciendo ahorita es ser una ventana a los valores y a las cosas bonitas que tenemos nosotros como país y abrirnos un poquito a ese problema cultural y de identidad que estamos tratando de resolver.

Cortesía Rawayana

Sí, recuerdo cuando vinieron al Vive Latino y no se pudieron presentar, algunos de ustedes no pudieron salir de Venezuela…

En aquel momento se había apagado el país, no había luz. Imagínate, un país petrolero sin luz. No pudimos viajar con los equipos correctos y parte del cruce quedó atrapado en Venezuela, ese era el problema. La cantidad de trabas y de situaciones absurdas por las que hemos tenido que pasar. Hemos tenido que luchar contra viento y marea para lograr las cosas que hemos logrado.

Hemos luchado mucho por estar en donde estamos. Entonces es como esa resistencia, no dejarse doblegar por la mediocridad, la envidia y por este sistema del estado que tenemos. Es una manera de resistir y poder resaltar las cosas buenas porque casi todo tiende a ser negativo.

Cuéntame cómo inicia ·el viaje de su vida” de ¿Quién trae las cornetas?

Bueno, este disco creo que es el más complejo que hemos trabajado porque ha involucrado muchos cambios en la interna del proyecto. A nivel personal, estaba viviendo cosas muy complejas. En la interna de la banda, venimos de una pandemia que nos golpeó muy fuerte como proyecto y afectó en la salud mental y la infraestructura económica del proyecto. Teniendo que plantear un disco a un proyecto que tiene tanto tiempo haciendo las cosas de una manera y sintiendo que teníamos que hacer cambios dentro de los procesos creativos. Ha sido una de las experiencias más lindas que hemos tenido porque conocimos y colaboramos con un montón de productores, compositores y artistas que hacen de este disco — antes de que salga, te puedo decir que yo siento que es — el mejor disco que hemos hecho en nuestra carrera. Entonces tiene esa sensación de que lo hemos tenido que dar todo. Yo estoy agotado, quedamos súper cansados y saturados de todo el trabajo que ha sido hacer este proyecto, pero a la vez muy contentos y orgullosos porque estamos seguros que es el mejor disco que hemos hecho. Tenemos esos sentimientos encontrados.

Mencionas que sentías que tenían que hacer cambios al proceso creativo, ¿se sentían estancados de alguna manera? ¿Cómo llegaron a esa conclusión?

Sí, ya es el quinto disco de la banda. Si bien todos nuestros procesos en cada proyecto y cada disco han sido muy distintos, creo que la industria de la música está en un momento en donde a veces es frustrante ver qué cosas tienen éxito y qué cosas no a nivel comercial. La industria es muy distinta a cuando estábamos estrenando Cuando Los Acéfalos Predominan en plena pandemia, muy distinta a cuando estrenamos Trippy Caribbean en el 2016 y muy distinta al disco anterior. Entonces empieza uno a analizar por dónde proponemos con nuestra personalidad, bajo las nuevas herramientas que tenemos, y a la velocidad en que hoy en día hay que plantear el contenido y la música en función de conseguir que la gente conecte con nosotros a nivel musical, conceptual, etcétera. Te puedo decir que hace seis años nuestro enfoque a nivel audiovisual — que siempre hemos estado muy encima de eso — estaba muy enfocado en Youtube como plataforma y hoy YouTube ha perdido mucha fuerza. Estamos ahora con el contenido vertical, por ponerte un ejemplo de cómo van cambiando los formatos para presentar la música. Eso tiene un impacto en cómo son los discos hoy en día. 

Entonces, ¿qué cosas son negociables para nosotros artísticamente y qué cosas no? Conceptualmente, este disco ha sido como un retorno a esos primeros tiempos en los que hacíamos música, pero adaptados a estos nuevos tiempos. El reto creativo ha sido salirnos un poquito de nuestro sitio de confort, dejar de ser lo herméticos que de pronto éramos y abrirnos a un montón de ideas de productores nuevos, compositores nuevos, creativos nuevos, etcétera.

Cortesía Rawayana

Estamos en una época muy enfocada a solistas. ¿Ustedes han notado que en la industria se le esté dando preferencia a actos solistas antes que a las bandas?

Sí, totalmente. Algo que a mí me gusta de ahí es la individualidad. Yo creo que es importante, sobre todo después de la pandemia. A nosotros como proyecto nos pasó que se siente la necesidad del desarrollo individual y eso es un principio básico. Cuando tú estás colaborando, son varios individuos que hacen un trabajo en conjunto y ese trabajo en conjunto — en nuestro caso — sale bajo el nombre de Rawayana y nosotros toda la vida hemos trabajado mucho con terceros que no son los que ves en la foto. De alguna u otra forma, esto que está pasando en la industria es algo que nos va a nosotros en contra. ¿Qué es Rawayana? Una banda, sí. Eso no nos beneficia, pero eso individual también tiene una riqueza como principio. Parte del reto de cómo hemos ido presentando las cosas es que vas a sentir ahora una cercanía con cada miembro de la banda, distinta a la que veníamos trabajando anteriormente, pero a la vez somos una banda. 

A mí me encanta ver las cosas como oportunidades y no como obstáculo. Qué interesante es el momento que estamos viviendo. Con la música urbana, wow, porque ha sido el irnos a Puerto Rico a hacer un disco, ir a los mejores conciertos de reggaetón del mundo y cómo eso ha influenciado en esta música y está influenciando en el mundo. Todas esas cosas han sido parte del reto creativo del proyecto que estamos a punto de sacar.

En el disco anterior, Cuando los acéfalos predominan, hacen una reflexión de Latinoamérica y la situación por la que pasaba su país. Saliendo de ese proceso, ¿cuál fue el primer planteamiento que se hicieron de lo que seguiría para la banda? 

En ese disco, nosotros estábamos molestos con la situación de Venezuela y de muchos sitios de Latinoamérica. Sentíamos la necesidad de reflejar esa densidad en música y en letra. Para este disco, queríamos volver a esos momentos en los que la estábamos pasando bien, que tienen esa tendencia de o meterte en una burbuja o tratar de salir del contexto en donde estás. Siempre lo hemos planteado de esa manera: viajar en función de conseguir lo bonito. Yo creo que este disco tiene esa característica. Cuando nos planteamos la pregunta de ¿Quién trae las cornetas? va en función de que nos fuimos de viaje y la música es la protagonista o es muy importante dentro de ese viaje. Como principio inicial o mecha inicial a nivel creativo, uno era un poco más denso, social y político y este va un poco más a pasarla bien, disfrutar las cosas de la vida. Todo este gran viaje que es la vida y los distintos ciclos que uno va viviendo.

Cortesía Rawayana

Así se siente el disco: Rawayana volviendo a pasarla bien. También se cuestionan en el teaser del material “¿De dónde viene la música?”, ¿es el álbum un homenaje a la música en general? 

Totalmente y que es tan cuestionable ahora. Dentro de los debates musicales, si bien están pasando muchas cosas interesantes en el caso de los latinos, pero a nivel mundial todo este tema del avance de la tecnología ha hecho que la música haya perdido calidad en sus procesos. Tenemos ahora una maquinaria de canciones, muchas de ellas hechas como si estuviésemos haciendo hamburguesas de McDonald’s. Para nosotros este disco era: ¿De dónde viene la música? ¿Por qué nosotros hacemos música? ¿Por qué empezamos a hacer música? Porque la queríamos pasar bien, porque la música ha sido el viaje de nuestra vida. Ahora en esta nueva, ¿cómo es ese viaje? ¿Por cuál ciclo de la vida estamos pasando? Ha sido un proceso muy complejo a nivel interno y personal porque son muchas cosas que pasan en la vida de las personas que participan en un disco.

Cada vez es más común el reto de hacer música que tú disfrutes y no estar pensando si va a ser un éxito. ¿Cómo lo enfrentan?

Tenemos un equipo que le preocupa mucho esa parte, entonces uno siempre está en esa lucha entre la propuesta artística vs. la mercadotecnia, pero nosotros somos bien tercos en ese sentido. Creo que también te puedo decir que nosotros somos un proyecto que toda la vida ha tocado música pop, nos gusta el pop. Tampoco tenemos ese conflicto tan presente. Hacemos literal lo que nos dé la gana. Ahorita, vas a escuchar un jazz, reggae pop, un afrobeat y hace poco sacamos una salsa. A mí me fastidian esos límites que a veces tratan de plantear a los artistas.

Han colaborado con artistas como Natalia Lafourcade, entre muchos otros. En este álbum, ¿cómo llegaron las colaboraciones? ¿Cómo fue trabajar con Danny Ocean, Alemán, Monsieur Periné etcétera?

Bueno, muchos de ellos son amigos, la mayoría. Creo que eso es lo más bonito que tiene este disco a nivel de colaboraciones, son amigos de la música. Ya existe cierta complicidad, todos fueron historias distintas, pero ya existe una complicidad personal dentro de este disco. Eso le da un toque especial. No he hecho muchas colaboraciones con gente que no conozca tanto, no te sabría decir, no conozco tanto ese otro proceso de: “Le mando una canción a un desconocido y me la mandan de vuelta”. Siempre ha sido ese trabajo de juntarse y ver si a nivel personal conectas y de ahí surgen las cosas.

La canción con el Alemán es nuestro homenaje a México. Así que agradecidos con el Alemán que nos dio su aprobación.

Cortesía Rawayana

Cuando salió ‘La Tormenta’, mencionaste que querían plantear “el dilema entre el conformismo y la felicidad”. ¿Se han enfrentado como banda a este dilema?

Sí, por supuesto. Sobre todo cuando vives en un país donde empiezan a pasar injusticias. Donde hay mucha injusticia, mediocridad, etcétera, pasa que mucha gente está agraviada por la situación y no es para menos porque asesinaron gente, sacaron a millones de personas del país, cosas que tienen a la sociedad molesta. Tienes ese dilema de: ¿Cómo revierto esta situación? ¿Cómo soy feliz? Llevo semanas de estar metido en consulados porque soy venezolano y tengo que pedir visa para ir a cualquier país al que voy a tocar. Eso te amarga la vida. ¿Cómo soy feliz? Sobre todo los venezolanos, estamos en ese constante. Siempre tienes ese conflicto que está formando hasta parte de nuestra identidad.

Universalmente te pasa también con las redes sociales. Cuando tú dices: “Ay, se murió no sé quién” y al día siguiente subes una foto contento desde en un bar tomando unos tragos. Pasa eso mucho en la vida en general, ves la pobreza de África, haces scroll y después ves celebrando a no sé quién. Creo que eso es parte de ese dilema de: ¿qué cosas tienes que hasta ignorar para ser feliz?, pero a la vez conformarte con lo que pasa, en fin.

“La ignorancia es felicidad”

Exacto. 

¿Cómo planean llevar todo este álbum a los escenarios? ¿Qué tienen planeado en ese contexto?

Bueno, estamos preparando ahorita, la gira empieza ya. Estamos ahora trabajando toda la experiencia audiovisual y este homenaje que queremos hacer a la música y se viene un show muy arriba porque es un disco muy alegre. Ya hemos ido probando cosas y la verdad es que están bien divertidos los conciertos. Son una buena fiesta, pero con contenido.