El pasado viernes 5 de abril, la policía de Ecuador ingresó a la fuerza a la embajada mexicana en Quito para capturar al exvicepresidente Jorge Glas, quien había sido condenado por corrupción y había buscado refugio en la embajada desde diciembre. Después de los hechos, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ordenó la suspensión de las relaciones diplomáticas con Ecuador.
“Se trata de una violación flagrante al derecho internacional y a la soberanía de México”, dijo el mandatario. Y es que el incidente es uno sin precedentes que viola de manera directa la Convención de Viena, la cual establece que las embajadas son territorios de soberanía nacional e inviolables.
Ecuador ha sostenido que México incumplió la convención primero ya que esta dicta que no se puede conceder asilo diplomático a quienes “se encuentren inculpados, procesados o condenados por delitos comunes, sin haber cumplido las penas respectivas”. El 1 de marzo, el gobierno de Daniel Noboa solicitó a México permiso para entrar a detener a Glas, pero no se recibió “una respuesta positiva”, declaró la canciller ecuatoriana, Gabriela Sommerfeld.
El Departamento de Estado de los Estados Unidos condenó la violación de la Convención de Viena por parte de Ecuador. “México y Ecuador son socios cruciales de Estados Unidos y ponemos un alto valor a nuestras relaciones con ambos países. Urgimos a las dos naciones a resolver sus diferencias de acuerdo con las normas internacionales”, concluyó.
Tras la ruptura de relaciones entre las naciones, la misión diplomática de México en Ecuador aterrizó en la Ciudad de México el domingo 7 de abril. Alicia Bárcena, secretaria de Relaciones Exteriores recibió a la la embajadora, Raquel Serur, y al jefe de la cancillería, Roberto Canseco. “Nos sentimos francamente ultrajados”, declaró Bárcena. “Ni el dictador Pinochet se atrevió nunca a violar la Embajada de México. El ingreso fue con una gran violencia, sin autorización, con una agresión física, incluso, a nuestro jefe de cancillería, Roberto Canseco, que todavía tiene un tema en el cuello. Por eso, México, y el presidente, Andrés Manuel López Obrador, decidimos romper relaciones con Ecuador. Condenamos enérgicamente esta irrupción de personal de seguridad a nuestra embajada”.
Aseguró que 18 países de América Latina y 10 países europeos, incluyendo Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea les han mostrado solidaridad, así como la OEA y las Naciones Unidas.
¿Qué sucederá ahora?
México ha declarado que acudirá el día de hoy a la Corte Internacional de Justicia para denunciar a Ecuador por violaciones al Derecho Internacional. Además, se enviará una carta sobre el incidente al secretario general de la Naciones Unidas, Antonio Guterres, para que la presente ante todos los miembros del organismo y la Asamblea General.
Las negociaciones para un tratado de libre comercio entre México y Ecuador, requisito para que el país sudamericano pueda incorporarse a la Alianza del Pacífico y tener acceso al mercado asiático, han quedado en “pausa”. Nicaragua siguió el ejemplo de México y rompió relaciones con Ecuador, mientras que Bolivia retiró el domingo a su embajador en Quito.
