EXTRAÍDO DE RS139, DICIEMBRE 2014
“No pretendo entrar en las bóvedas en un buen tiempo”, dice Jimmy Page con una sonrisa, mientras charlamos en la opulenta biblioteca de un hotel victoriano en Londres. El ex guitarrista de Led Zeppelin, de 70 años, pasó varios años sumergido en una locura retrospectiva: Recolectando imágenes para su grandioso libro fotográfico, bajo el título Jimmy Page, y curando las reediciones de lujo para los legendarios LPs de estudio de su banda. Versiones abundantes de rarezas de Led Zeppelin IV (1971) y Houses of the Holy (1973) fueron lanzadas el pasado 28 de octubre de 2014, y Page ha terminado de preparar el resto del repertorio para su lanzamiento. La nueva versión de Presence, revela, incluye “dos cosas extra” que encontró en una cinta que contenía una de las primeras mezclas del álbum.
“Como no habrán más shows, puedo concentrarme en las ideas más excéntricas”, dice Page acerca de su libro y las reediciones. También se refiriere con esto a Robert Plant, vocalista de la banda, y su negativa ante dar más conciertos tras el recital de reunión que la banda ofreció en Londres en 2007. El día anterior a esta entrevista, en una conferencia de prensa, Page evadió educadamente una pregunta al respecto. Aquí, hizo lo mismo. Pero es directo y voluble al hablar sobre el maniático ascenso de Zeppelin, el poder de los discos originales y la profunda historia detrás de los bonus tracks. “La gente decía que se trataba de un álbum fundamental”, dijo Page al referirse a IV. “Bueno, honestamente, sí lo es”.
Has hecho más promoción para estos relanzamientos de la que hiciste durante la vida de la banda. ¿Alguna vez te cansas de hablar sobre Led Zeppelin?
El hecho es que yo lo creé. En julio de 1968, di mi última presentación con The Yardbirds. A finales de ese año, Led Zeppelin ya tenía un disco, y tocamos en Estados Unidos. Me comprometí con esto. Escribía nuevo material todo el tiempo, dándole forma a los riffs de guitarra y al resto. Al ser el productor, el que estaba en el estudio más tiempo que los otros, tenía más puntos de referencia sobre el trabajo que estábamos desarrollando. Yo era quien tenía el conocimiento para armar estas reediciones. No podías encontrar a nadie más para llevarlo a cabo.
En tu libro, mencionas que te leyeron la mano un día antes de presentarte en The Yardbirds en Los Ángeles. ¿Qué te dijeron?
[El futuro road manager de Zeppelin] Richard Cole estaba conmigo, así que tengo testigos. La frase más reveladora fue: “Vas a tomar una decisión dentro de muy poco, una que cambiará tu vida”. En 48 horas, los otros miembros de la banda dijeron que no querían continuar. Estaba decepcionado. Pero podía ver la trayectoria. La radio FM comenzaba a repuntar. Sabía lo que eso significaba para las bandas underground. Yo quería una banda así… pero una que pudiera sobresalir y hacer la diferencia.
El libro abre con una foto tuya a los 13 años, como parte del coro de la iglesia. ¿De verdad puedes cantar?
Ahora ya no. Tengo una voz rasposa, con poco rango. Pero sí canté en los discos de Led Zeppelin. En el primer álbum, hice algunas de las vocales de apoyo. En “Thank You” (incluida en Led Zeppelin II), canté en un verso. No soy buen cantante. Por eso Robert estaba en la banda.
El director del coro era Mr. Coffin [Señor Ataúd]. Creímos que era algo gracioso tratándose de un coro de iglesia. Contactamos a su yerno para usar la foto. Me dijo: “Oh, Mr. Coffin recordaba a Jimmy con mucha claridad. Solía llevar su guitarra a los ensayos del coro y afinarla con el órgano”. [Sonríe]. Una buena parte de intérpretes negros dicen que comenzaron en la iglesia. De cierta manera, yo también.
Las mezclas alternativas incluidas en las reediciones resaltan los detalles dramáticos que caracterizan a los álbumes originales. ¿El éxito de Led Zeppelin opacó el arduo trabajo invertido en ellos?
Los detalles funcionan de manera inconsciente. Los efectos no te golpean directamente en la cara. Están aquí [señala detrás de su cabeza]. La profundidad y las diferentes capas, todo eso era intencional.
El cuarto disco era un compromiso. Estábamos viviendo en una casa con un lugar para grabar, comíamos y dormíamos música, [hacíamos] todo juntos. Podíamos llevar todo a los extremos, como con “When the Levee Breaks”. Es tan densa y oscura que no existe color para describirla. No es negra. Es aún más oscura. [Risas].
Al separarse la banda a causa de la muerte de John Bonham, se perdieron la oportunidad de reconstruir y seguir, como lo hizo The Who al perder a Keith Moon. ¿Por qué no tomarse un tiempo para sanar?
Led Zeppelin no era una entidad corporativa. Era un asunto del corazón. Me gusta pensar que si hubiera sido yo el que falleciera, los otros hubieran tomado la misma decisión. ¿Y qué íbamos a hacer? ¿Crear un rol para que alguien más lo llenase, decirle “tienes que hacer esto así y así”? Eso no sería honesto. Hubieron algunos intentos [de reunión] que no funcionaron. Es por eso que el show [en 2007] debía tener esa intención, así que Jason [hijo de John] sentía que era parte de la banda, no un simple sustituto.
Lograste evadir la pregunta sobre la reunión que te dirigieron ayer, durante la conferencia de prensa. ¿Se han salido de control las declaraciones públicas entre Robert y tú?
Realmente ya no le doy importancia. No creo que sea divertido. Así que mejor no digo nada.
También respondiste una pregunta sobre la música que estás creando y dijiste: “El año que viene”.
Mi intención es presentarme de nuevo. Tengo un plan. No voy a decir nada al respecto [sonríe]. Prefiero irme directo a la yugular… cuando esté listo.
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