Muchas felicidades por la gira y por esos conciertos que fueron increíbles. Ya que tuviste algunos días de descanso para asimilar todo, ¿qué ha significado esta gira de reencuentro para ti?
Como siempre RBD es algo muy grande y muy intenso. Nunca terminas de asimilar todo lo que sucede con RBD. Me siento muy agradecida de haber podido vivir todo eso y que después de tantos años pudiéramos despedirnos en México en el Azteca y en el Foro Sol que estuvo impactante también. Recibir tanto cariño de nuestro país, de nuestro lugar de origen, de nuestra casa y obviamente, todo lo que pasó en Brasil, en Colombia y en Estados Unidos. Es algo que todavía no puedo creer, fue demasiado intensivo y aparte ahora ya como mamá y con muchos retos diferentes a hace quince años.
Me imagino que es una locura volver después de 15 años y ver tanta demanda, llegar a escenarios tan grandes, pero ya como personas y como artistas completamente diferentes. ¿Qué diferencias encuentras entre la Dulce María que subió al escenario en ese 2008 y la que ahora regresó en Soy Rebelde Tour?
Son circunstancias muy diferentes, muchas cosas recorridas en el camino. No fue como regresar el tiempo, pero honrarlo y recordarlo. El tema de volverme a pintar el pelo de rojo y evocar toda esa época y etapa donde estás apenas aprendiendo de la vida, donde todo lo vives a flor de piel, donde está el amor y desamor a todo lo que da. Yo escribía muchísimo, era mi manera de mantenerme a flote y de sobrevivir a tantas emociones intensas como estar frente de miles de personas y luego estar muy sola. Ahora, una de las partes más difíciles, pero al mismo tiempo más hermosas fue que lo pude compartir con mi familia. Ahora soy mamá y María Paula me acompañó junto con Paco mi esposo a cada paso de este reencuentro. Era un amor y energía increíble cuando salía al escenario y me reencontraba con toda esta generación Rebelde y con muchos de mis fans que han seguido mi carrera durante varios años y otros que hace muchos años no veía. Es hermoso verlos también crecer, pero saliendo de ahí ya no me sentía como antes, ya estaba acompañada y pudiendo compartir esta magia tan increíble que sucede cuando RBD está junto.
Me imagino que tener a alguien con quien compartirlo lo hace mucho más especial.
Al mismo tiempo es muy retador porque de ser mamá no descansas. Está en una edad de descubrir todo, de explorar todo y tuve que posponer su entrada a la escuela, las logísticas familiares. Fue cambiar muchísimas cosas y estar mucho más cansada que hace 15 años que solamente tenía que hacerme cargo de mí, pero valió la pena por completo.
Había muchas personas que han seguido tu carrera desde siempre, pero también hay muchas nuevas generaciones. Cuando Christopher pregunta quién lo está viendo por primera vez y muchísima gente levanta la mano. ¿A qué atribuyes este impacto de rebelde que continúa conectando con nuevas generaciones?
No deja de sorprenderme y de sorprendernos. Esperábamos que fueran a vernos nuestros fans de siempre, pero era sorprendente cada vez que la gente levantaba la mano era más de un 80% de los chavitos que en ese entonces estaban muy chiquitos y a lo mejor nunca los llevaron a un concierto de Rebelde y estaban por primera vez viéndonos en vivo. Era algo muy bonito porque eran ya tres generaciones ahí juntas. Eran los que nos conocieron después y que nos vieron por primera vez y una nueva generación que serían los hijos o sobrinos de nuestros fans que son de nuestra generación. Por ejemplo, yo lo veo en mi sobrinas y en mi hija que ya cantan las canciones y están volviendo a ver la novela. Es una locura, ¿cómo ha permeado esto mismo en tantas personas? Es algo que no entendemos, pero sucede y es lo que ha sido muy bonito. La música realmente traspasa tiempo y generaciones.
Más que solamente música, RBD es algo como social. No solamente es un concierto de música, sino que cada uno de nosotros representamos algo. Hay mucha gente que se puede identificar con las diferentes personalidades que tenemos cada uno de nosotros. Cada uno tenemos una historia de vida y algo que contar. Todos somos muy diferentes. Siento que no se limita solo a un show de música, sino que pasan cosas, emociones y mensajes positivos. Obviamente fue contra todo pronóstico porque ahorita lo que está más de moda es lo urbano. Y de repente que pasara todo esto, ser de los tours más grandes y más taquilleros del 2023 con música completamente pop y muy rosa fue algo muy bonito e inesperado.
Me gustó que cada uno puede mostrar una parte de sí y tiene su momento especial dentro del concierto. ¿Qué elementos de tu propia personalidad querías resaltar en los conciertos y cómo los llevaste al escenario con simbolismos, vestuarios, tus discursos, etcétera?
Ser parte de este reencuentro es evocar esa etapa, los fans que fueron por nostalgia querían revivir esa etapa donde a lo mejor eras feliz o tenías otro tipo de responsabilidades en tu vida que no son las mismas que ahora. En mi caso, algo que fue muy representativo fue volver al pelo rojo porque fue algo que marcó muchos años de mi vida y de mi carrera durante Rebelde. Esa parte fue como un simbolismo que también representa la rebeldía, el atreverte a ser diferente y el ser tú mismo sin importar lo que la gente diga o espere de ti. Mi solo de ‘No Pares’ se me había olvidado cómo conecta esa canción en vivo porque es una canción que nació en vivo. Me la dieron un día antes en el ensayo de Live in Hollywood cuando grabamos en el Teatro Pantages y me dijeron: ‘Mañana la cantas’, pero lo que hace la canción es la letra. Es una canción muy poderosa que habla de los sueños, de la fe, de vivir tu vida, de no rendirte, de levantar la voz y no dejar que censuren tus ideas.
Lo que traté de decir en muchos momentos fue que todos pasamos por momentos donde te sientes mal, donde te sientes triste, hablé un poco de la salud mental que es algo que no se ve, tantas cosas que nos aquejan en estas generaciones y que no se habla mucho de ello. Lo traté de tomar y decir: ‘Vive tu vida, no te rindas, no pares. Trata de ser tú mismo, no importa que no seamos perfectos’. Ese amor que la gente me daba a mí fue un regalo gigante. Ese mensaje que les daba también es para mí. Por otro lado, lo del amor y paz que hace 20 o 15 años usaba en collares, playeras y aretes. Los fans me los regalaban y ahora fue muy bonito poder honrar toda esa etapa de Rebelde con el amor y paz gigante en el que salía porque era consolidar todo eso que empezó de algo creativo. Es algo que siempre ha sido muy usado, pero también decía que la paz empieza por uno mismo, por aceptarte y quererte tú mismo. Ahorita que tanto necesitamos que haya paz.
Al volver como artistas y personas más maduras, me imagino que fue todo un reto aterrizar las distintas ideas que traía cada integrante. ¿Qué tan alineadas estaban sus ideas y qué tan difícil fue aterrizarlas todas en un mismo show?
Creo que este reencuentro fue como un imán que te llevaba más allá de lo que nosotros quisiéramos, no sé cómo explicarlo. La verdad es que se dieron las cosas con esta buena voluntad y como cada uno somos diferentes, cada uno tenía algo diferente que decir o que quería expresar o transmitir. Al final creo que todo se resume un poco en lo mismo, en la libertad de ser de ser tú mismo y de luchar por tus sueños. Hay muchas cosas que pueden ser similares y que al final nos unen, pero esa es una de las cosas más bonitas que se logró. A pesar de ser tan diferentes logramos unirnos y eso también era un mensaje que queríamos darle a la gente. Ahorita que estamos en esta etapa de cancelación, de señalamientos, de etiquetas, de ponerle nombre a todo y excluir a alguien, creo que eso es lo que tratamos de no hacer. No importa que todos pensemos o seamos diferentes, podemos coexistir, convivir y podemos darles un show de unión y de amor. Cuando nos subíamos al escenario, lejos de todos los retos, las cosas difíciles y todo lo que tuvimos que enfrentar como artistas y personas, lo que importaba era darle lo mejor a nuestros seguidores y creo que eso se logró.
¿Tuviste algún rol en esta gira más allá de lo que haces sobre el escenario?
Involucrarnos en la parte creativa y en la parte del setlist. En mi performance de ‘No Pares’, el tema que yo quería dar de los visuales, del tema del amor y paz, la canción la hice completamente acústica. En esa parte musical también me involucré, no tenía secuencias esa canción y le cambiamos un poco el arreglo vocal junto con nuestra banda que es increíble. También metimos percusiones para hacerla más orgánica. Queríamos evocar los elementos en el show. Cuando cantaba ‘Fuego’, salía en todas las pantallas el fuego y era algo muy bonito. Por otro lado, ‘No Pares’ es más tierra y más orgánica, por eso la quise hacer acústica y que la gente la acompañara. Las percusiones hicieron que te tocara un poco más el corazón. Eso fue en lo que más me involucré.
En lo demás también toca mucho ceder. Yo no soy muy fan de bailar y hacer coreografías, no es mi fuerte, pero es algo que obviamente la gente pedía y el show lo pedía. Nos pusimos todos las pilas, pero en mi caso personal es algo que tienes que ceder o canciones que a lo mejor no se incluyeron en el setlist, pero era tratar de que todo fuera lo más equitativo.
En la parte de vestuario era más como lo que represento yo en el grupo y en ‘No Pares’ era mucho más yo, mucho más lo que soy como persona e incluso como cantante, más romántica y soñadora. En algún punto saqué la capa de Frida en honor a Frida Kahlo que es mi tía abuela, también saqué la bandera de México en la capa y la bandera de Brasil en Brasil. Eran guiños que íbamos encontrando para darles algo diferente en los shows porque ya todos los vídeos los tenían en TikTok [Risas] y era para darles algo diferente en cada lugar.
Está muy interesante lo de Frida Kahlo, no sabía que era tu tía abuela.
Sí, era prima hermana de mi abuelita materna.
¿Cómo visualizaron esta gira musicalmente con Giorgio? Me imagino que era mantener un poco de nostalgia, pero también unas versiones un poco más actuales.
Sí, era hacer las versiones prácticamente iguales al disco porque nuestros fans querían escuchar las canciones que ellos se saben como se la saben. Entonces sí era hacer esos arreglos y algo un poco actualizado. Ya cada quien en sus canciones supongo que le metió cosas diferentes, pero la idea era mantener la esencia original. Más que tenían tantos años de no cantarse y es un show basado en la nostalgia, si llegas y las cambias por completo sí es un poco frustrante. A mí me ha pasado que digo: ‘¿Qué es eso? Yo la quería como era’. Para nosotros también fue muy bonito revivir eso, pero fue muy fuerte. Desde empezar a ensayar y cantar las canciones. Te despierta todo lo bueno y lo retador que ha sido RBD y esa etapa. Así como a la gente le puede recordar momentos y etapas, a nosotros también. Ha sido una experiencia que agradezco infinitamente. No seremos perfectos, pero cada vez que subimos al escenario entregamos el alma. Fui con todo porque me gusta cuando estoy al 100 y si no estoy, prefiero no estar a medias.
Creo que el público lo noto muchísimo. ¿Qué tan importante fue que se involucrara Live Nation para poder hacer realidad lo que tenían ustedes en la mente?
Creo que todo eso fue un gran acierto y un ingrediente que sin duda cambió todo. Tanto live Nation como CAA, todos los props que volaban lo hizo Tate y eso también te daba muchísima seguridad, una gran banda y toda la gente que estaba alrededor era gente muy muy profesional. Live Nation hizo un gran trabajo en todos los aspectos, en seguridad y prever el tema de Brasil que nos preocupaba muchísimo y se hizo muy bien. Estuvimos metidos ya como socios, entonces era bajarte el escenario y tener juntas de nuestro equipo sobre qué iba a pasar y de involucrarnos en todo. En Brasil que había calores terribles se cuidó mucho que se les diera agua y que se mantuviera hidratada la gente y todo eso se logró juntos. Estuvimos metidísimos en todo esto.
Gracias a toda la gente que fue al concierto. Fue una experiencia inolvidable, intensa e increíble.