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Ozutochi un manual de uso sin lamentaciones

Ozuna de nuevo a la vanguardia

Por  DIEGO ORTIZ

octubre 5, 2022

Ozutochi

Si algo está claro con Ozuna, el boricua que se ha mantenido en la cima del reggaetón y la música urbana durante más de una década, es que no tiene tiempo para lamentaciones. Ha demostrado ser un artista innato, que trabaja produciendo su propia música y que se toma enserio la creación de canciones en una industria en donde los artistas compiten mes a mes, de manera voraz y agitada, por ser el número uno. 

“El Negrito de Ojos Claros” ha desafiado al género urbano desde la disrupción de su propia voz en Odisea hasta su emancipación en ENOC y ahora, tres años después, sin contar con Los dioses, el álbum donde colaboró con Anuel AA, Ozuna presenta Ozutochi, su quinto álbum de estudio.

El instinto natural de exploración de Ozuna lleva a Ozutochi a un nivel más introspectivo, que aunque mantiene lo éxitos de discoteca, se adentra en los sonidos más cercanos a su adolescencia entre Puerto Rico y Republica Dominicana, lo que produce que este álbum sobresalga entre una centena de lanzamientos mediocres y de mal gusto que se publican cada mes. 

Este álbum tiene fuertes descubrimientos: lUn lío’ define el camino que empezarán a seguir los grandes nombres del género. Y no es la primera vez que Ozuna marca las tendencias. Fue uno de los primeros en sentarse frente a un piano en el género del reggaetón, y aunque los encabezados de la semana sigan hablando sobre sold outs -generados por revendedores de tickets ahora legalizados- canciones como esta ponen los lanzamientos del último año en una bolsa llena cientos de balotas del mismo color. En un merengue dominicano, del estilo callejero, poco romántico, Ozuna se enfrenta a Omega sobre una pista sincopada con trompetas y marimbas de fondo. ‘Perreo y dembow’ es un dembow clásico con sonido de bocinas de bazar. No hay lugar para sonidos sofisticados. Caja, bombo, bajo y deleays en un juego de voces.  Ozuna parece entender que el futuro del género es incierto y pudo haber encontrado el camino para perdurar en la industria de la música sin estar preso del mismo beat. En ‘Te pienso’ vuelve al piano en una balada romántica, un terreno en el que no tiene competidor, estableciendo tonalidades cálidas y melancólicas. ‘4-22’, junto con Danny Ocean es sofisticación sobre una base de saxofón con atmósfera playera. El boricua no tiene problemas para crear melodías sobre letras escritas con estilo que terminan siendo consonantes sin mayor esfuerzo.

Ozutochi no es un álbum de hip hop en el que las letras alcancen un grado de profundidad digno de mención, sin embargo, Ozuna hace de la monotonía temática del género que, además, va que en camino hacía su propia inmolación, una fortaleza rítmica y sonora que se acompaña de las letras justas para su objetivo. Ozuna no requiere de un ejército para poner palabras en sus coros, por el contrario, prefiere la precisión y calidad en sus letras sin buscar el coro de ‘Despacito’.

Ozutochi

Aún cuando Ozuna puede haber sufrido, como casi todos los artistas, del fenómeno artístico en que todo lo que se hace tiene que ser muy grande, exuberante y lujoso; él no es un protagonista de tabloides. No sufre por llamar la atención de las marcas de lujo y no es noticia que su avión tenga fallas. Cuando no es el primero en los listados no se escuda en problemas imaginarios de niño rico, y por el contrario sabe reconocer a sus contendores entendiendo que sin arte, difícilmente estará en la cima en una industria en español que, sin pedir permiso, alcanzó audiencias globales compitiendo de igual a igual con la música en inglés.

Su estrategia está clara: No quedarse en lo que funcionó en el pasado. No seguir la corriente del río. Además, a lo largo de una década se ha enfocado en que sus colaboraciones sean, mayoritariamente, con artistas emergentes del género. Rosalía, Karol G, Manuel Turizo, Natti Natasha, Sech han gozado del impulso de sus colaboraciones. Difícilmente escoge un invitado para robustecer los números de sus canciones, y por el contrario, ha servido como plataforma para que muchos artistas logren conectar con audiencias más grandes. Ozutochi no es la excepción. Sus colaboraciones con Tini, Danny Ocean, Feid y El Cherry, son muestra de su interés en las nuevas generaciones. Pero también les abre espacios a artistas veteranos, como Omega.

En Ozutochi, Ozuna deambula sagazmente entre el reggaetón, el pop, el merengue, el dembow, el reggae y las baladas, sin pestañear. Su diversidad recuerda grandes aciertos como My Beatiful Dark Twisted Fantasy de Kanye West y se acerca a la exploración melódica de Justin Timberlake en FutureSex/LoveSounds, pero también sus letras alcanzan tal grado de madures que evoca a obras maestras como Mis planes son amarte de Juanes.

Ozuna se abrió un espacio entre los lideres de la última década en el género. Acumula un respeto inmaculado entre sus colegas, especialmente porque lleva las riendas de su propio proyecto sin necesidad de ir contra nadie. El boricua siempre es un ejemplo a seguir en una industria que está cambiando y en la que solo quedarán quienes, genuinamente, tengan las herramientas necesarias para sobrevivir.  Mientras tanto Ozutochi es un manual de instrucciones de cómo hacer reggaetón.

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