Olivia Rodrigo dejó la vara alta con su debut que ya se convirtió en un clásico, Sour. Las expectativas eran grandes para su siguiente lanzamiento, pero el suspenso se ha acabado: el excelente Guts tiene sus canciones más ambiciosas, íntimas y caóticas hasta la fecha.
Los temas de pop-punk de Olivia están repletos de frases como: “Quiero conocer a tu madre, para decirle que su hijo apesta”, pero llega a lugares más profundos en baladas como ‘Logical’. A lo largo de Guts, se muestra ingeniosa, enojada y llena de angustia, como solo una brillante estrella de rock puede hacerlo.
Al igual que en Sour, Rodrigo coescribió las canciones con su colaborador y productor de confianza, Dan Nigro. La vez pasada, su álbum abrió con la pregunta: “¿Dónde está mi sueño adolescente?”. Esta vez, lo cierra con la balada ‘Teenage Dream’, diciendo “Siento no poder siempre ser tu sueño adolescente”. Pero el corazón de Estados Unidos estalla en ‘All-American Bitch’ y deja salir algunas cosas de su mente. Desde el principio declara, “Tengo el sol en el bolsillo”.
Derrotando la maldición del segundo álbum
Rodrigo evita la clásica “maldición” de los segundos álbumes — no hay canciones sobre cómo la fama es estresante, ni canciones sobre las redes sociales. El sencillo principal ‘Vampire’ resulta casi aislado al ser la única canción con un enfoque sobre la vida de celebridad. En cambio, se enfoca en el tema que realmente le importa como letrista: la insegura y ordinaria chica que conocimos en ‘Driver’s License’. En Guts, muestra su increíble talento para contar historias detalladas, haciendo que cada línea parezca que está haciendo una dolorosa confesión.
‘All-American Bitch’ suena a la angustia del pop-punk, con un título de Joan Didion, y continúa donde se detuvo ‘Brutal’. En ella canta sobre el esfuerzo que conlleva estar a la altura de un ideal perfecto, al mismo tiempo que trata de ocultar su lado oscuro. Al final, se burla: “Soy sexy, soy amable, soy linda cuando lloro”. (Esa línea podría parecer una referencia estilística de su amiga Lana Del Rey).
Su vida amorosa sigue siendo igual de brutal como siempre y sabe tomarla con sentido del humor. En ‘Love Is Embarrassing’ se queja: “Encontraste una nueva versión de mí y casi empiezo una guerra mundial”. Pero siempre regresa por más, admitiendo: “estoy planeando mi boda con un tipo con el que nunca me casaré”. Lo más parecido a una conexión romántica feliz es con su ex en ‘Bad Idea Right’.
‘Get Him Back!!’ destroza a un novio con un coro pop-punk y una guitarra al nivel de Joan Jett acompañado de frases humillantes. No puede decidir si quiere “regresar” para un reencuentro o por la venganza, pero anhela ambas cosas al mismo tiempo: “Quiero rayar su auto / quiero hacerle de comer / quiero romper su corazón y ser la que lo repare”.
Pero los mejores momentos de Guts son sus emotivas baladas de piano como ‘Logical’, ‘The Grudge’ y ‘Teenage Dream’. ‘Logical’ es el momento más conmovedor y poderoso del álbum. Como muchas de estas canciones, es la historia de una joven manipulada y humillada por un hombre mayor.
Un triunfo de baladas y pop-punk
‘The Grudge’ es igual de poderosa, se atormenta por una ruptura y discute con él cuando está sola frente al espejo de su habitación. Mientras canta, “Soy muy fuerte cuando estoy sola / Y te hago sentir culpable / Y tengo fantasías de cuando te lamentes”. Pero se pregunta por qué no podía defenderse y confiesa: “Perdonar requiere de fuerza, pero no me siento fuerte”.
‘Lacy’ es un lamento melancólico sobre haber caído en el hechizo de un ideal de mujer de fantasía. (‘Lacy’ será ampliamente interpretada como un comentario sobre supuestos dramas personales que podría estar teniendo o no con otra estrella de pop, y Olivia no trata de minimizarlo cantando: “Lo intento”).
‘Pretty Is not Pretty’ es un ejercicio sincero y devastador sobre lidiar con una imagen corporal negativa y la forma en que daña todos los niveles de la vida. Mientras canta, “compré la ropa que me dijeron que comprara / Perseguí una estúpida idea toda mi vida”. Olivia sufre un tipo diferente de dolor en ‘Making the Bed’, en la que está “emborrachándose en un bar”. La ex princesa de Disney ya tiene edad suficiente para salir de fiesta, pidiendo diferentes bebidas en los mismos bares, “otro día pretendiendo que soy mayor”. Pero se pregunta por qué esta versión de la edad adulta no es divertida. También confiesa haber tenido pesadillas mientras conduce por la ciudad. Curiosamente, es uno de los únicos momentos del álbum en los que la señorita usa su licencia de conducir.
La producción de Nigro tiene toda la fuerza y el brillo de Sour, pero también la habilidad para crear ganchos de tensión y liberación que ha demostrado desde su banda emo As Tall As Lions. Hay canciones que buscan un sonido new wave con sintetizadores y guitarra de los años 80 al estilo de The Cars o The Go-Gos, aunque se pueden escuchar ecos sorprendentemente detallados de Missing Persons (‘Love Is Embarrassing’) o The Motels (‘Pretty Isn’t Pretty’).
‘Teenage Dream’ cierra Guts con una balada de piano increíblemente poderosa. El título podría ser un homenaje a Katy Perry, pero Olivia canta sobre un tipo de sueño adolescente muy diferente. Ella confiesa que es ingenua y problemática, que se acerca a los veinte años, pero se pregunta por qué sigue trayendo consigo las mismas dudas y confusión. ‘Teenage Dream’ evoca el tono pensativo de ‘Nothing New’, el dueto entre Taylor Swift y Phoebe Bridgers de Red, con una serie de preguntas. Olivia pregunta: “¿Cuándo dejaré de ser sabia dentro de mi cabeza, apara solo ser sabia? ¿Cuándo dejaré de ser simplemente una cosa joven y bella para los chicos?”
La canción nunca se decide por una respuesta, pero se eleva hacia un crescendo de piano digno de Oasis. Es posible que Olivia Rodrigo aún no haya resuelto su incómoda tristeza adolescente, pero en Guts, demuestra que es una voz y una compositora que llegó para quedarse.
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