Una de las novelas más populares de Agatha Christie es Muerte en el Nilo, publicada en 1937 y protagonizada por Hércules Poirot, el detective belga que se equipara a Sherlock Holmes en términos de su importancia para el género policíaco (Poirot llegó a aparecer en treinta y tres novelas y cincuenta relatos cortos).
En 1978, la novela se adaptó al cine con Peter Ustinov encarnando a Poirot (el actor británico lo interpretaría en seis ocasiones). La cinta contó con un elenco de lujo, entre los que se contaba a Mia Farrow, Jane Birkin, Bette Davis, Angela Lansbury, David Niven y Maggie Smith, entre otros. Sin embargo, no llegaría a recaudar lo mismo que Asesinato en el Expreso de Oriente, la anterior adaptación cinematográfica de una novela de Christie estrenada en 1974 y protagonizada por el también británico Albert Finney como Poirot.
Aunque David Suchet lleva interpretando por décadas a Poirot en las trece temporadas de la serie realizada para la televisión inglesa, Kenneth Branagh decidió regresarlo al cine en el 2017 con una nueva versión de Asesinato en el Expreso de Oriente protagonizada y dirigida por él mismo. Esta cinta tuvo una recaudación decente en la taquilla, pero la verdad sea dicha, su versión dejó mucho que desear y dista mucho de la calidad de la película de 1978 dirigida por el gran Sidney Lumet.
Ahora, Branagh regresa con una segunda versión de Muerte en el Nilo y la ecuación se invierte. Mientras que la cinta de John Guillermin es inferior a la de Lumet, la nueva versión de Branagh es definitivamente superior a su anterior incursión en el universo de crímenes y misterio de Agatha Christie.
Esta película, cuyo estreno fue postergado en varias ocasiones (primero debido al cierre de las salas de cine por la pandemia causada por el COVID-19 y luego por las acusaciones en las que se vio envuelto el actor Armie Hammer), comienza con un poderoso prólogo que nos muestra a Poirot en el escenario de la Primera Guerra Mundial y que le otorga un origen a su peculiar bigote, así como una dimensión más humana al icónico personaje, cortesía del guionista Michael Green (Blade Runner 2049, Logan).
Como los tiempos han cambiado, Green también introduce a dos personajes afroamericanos en la ecuación (efectivamente interpretados por las talentosas Sophie Okonedo y Letitia Wright, como la cantante de Jazz Salome Otterbourne y su sobrina Rosalie, respectivamente). Asimismo, le otorga una mayor simpatía a un personaje que, por sus orientaciones sexuales y políticas, se percibe en la novela como un personaje terriblemente odioso (no se puede revelar quién es).
La trama de Muerte en el Nilo tiene que ver con Poirot asistiendo al matrimonio de la millonaria Linnet Ridgeway (Gal Gadot), quien se casa con Simon Doyle (Armie Hammer), el exnovio de su mejor amiga, Jacqueline de Bellefort (Emma Mackay). Jacqueline, quien no ha podido olvidar a su amado, acosa a la pareja, la cual se embarca en un crucero por el Nilo, en el que todos los pasajeros, salvo el detective, tienen motivos para matar a Linnet.
Entre los pasajeros encontramos, entre otros, a Katchadourian, el abogado y primo de Linnet (Ali Fazal); Louise Bourget (Rose Leslie), la criada de Linnet; Windlesham (un irreconocible Russell Brand), el médico que rechazó Linnet como su esposo; Bouc (Tom Bateman), el joven aventurero y amigo de Poirot, a quien ya habíamos visto en Asesinato en el Expreso de Oriente; y a Euphemia (Annette Bening), la sobreprotectora madre de Bouc ¿Quién será el asesino?
Solo aquellos que han leído el libro, han visto la película de 1978 o han averiguado por internet, saben la respuesta. Pero más allá del misterio por resolver, la película de Branagh es todo un placer gracias a la magnífica fotografía de Haris Zambarloukos (Cenicienta, Locke, Belfast), a los estupendos vestidos de Paco Delgado (La chica danesa, Los miserables) y a unas muy buenas actuaciones, especialmente de Branagh (menos sobreactuado que en la película previa), Gal Gadot (quien nos vuelve a sorprender) y del infame Hammer (en quizás la última actuación de su carrera, manchada de forma irreversible por el escándalo).
El mayor misterio ahora está en saber si Branagh volverá con una tercera película de Poirot. Antes de pensar en nuevos asesinatos, lo mejor es dejarse llevar por los misterios que rodean a este.