“Todos tenemos una armadura”, dice Miranda Santizo a ROLLING STONE en Español. “Esa armadura te cuida, es tu burbuja de energía, y cuando conoces a las personas, te la quitas y muestras tu vulnerabilidad”. Hasta hace unos meses, la cantautora y DJ mexicana desconocía la transformación que iba a experimentar, a través de la música, para darle vida a Armadura, su álbum debut, y desde entonces, todos los caminos la han llevado a reconocer un solo hecho: su voz es su blindaje y, al mismo tiempo, su arma más poderosa.
En 2020, Miranda se adentró en la escena musical con “Cuéntame de Ti” y, dos años más tarde, presentó Femme Fatale, su primer EP. “Yo no sabía quién era en ese momento”, confiesa. “Estaba en una situación rara, tenía muchas preguntas en la cabeza y cambiaba de look cada dos días. Siempre he tenido muy claro a dónde quiero llegar, pero en esa ocasión todo era difuso, así que tuve que encontrarme en medio de muchas situaciones, entre ellas, una ruptura y una mudanza”.
En Femme Fatale, Miranda plasmó una fusión de pop, R&B, funk y disco para hablar sobre empoderamiento, la superación de un desamor y la libertad de encender nuestro propio brillo. “Mi visión era ser una pop star inalcanzable, alguien que nunca muestra sensibilidad, vulnerabilidad o que tiene problemas. Un día, me di cuenta que no era ese tipo de persona, porque toda la vida he sido muy sensible y he conectado con mis emociones. Quería hacer otra cosa, otro álbum y, entonces, fui a Coachella para ver a Rosalía”.
Luego del lanzamiento de este material, la cantautora comenzó a componer y a incorporarse a distintas sesiones de trabajo junto a otros artistas, lo que la llevó a formar un nuevo disco, inspirado en los sonidos de Dua Lipa y L’Impératrice. Sin embargo, en abril de 2023, el destino de esta producción tomó un rumbo radical con el performance de la artista española, de su más reciente álbum Motomami, en aquel festival. “La primera vez que la escuché, me di cuenta de lo que significaba ser una artista con una conexión muy profunda”, recuerda.
“Me metí entre el público para verla hasta adelante, yo sola. De pronto, comencé a pensar mil cosas, sobre todo, en cómo se logra revolucionar la música y qué es lo que puedes hacer diferente con todo lo que ya hay en el mundo. Veía el escenario, el show, cantaba sus canciones, y todo se convirtió en un proceso creativo y mental. Salí de su presentación, me encontré con un amigo y lloré. En ese momento, tuve claro lo que quería hacer; lo sentí en la sangre, en mi ser. No quiero hacer lo que todos esperan de mí, sino todo lo contrario. Quiero estar en un escenario, revolucionar, mostrarme tal y como soy, cantar, transmitir. Todo cambió; yo cambié”.
Así, rodeada por los áridos valles de California, Miranda Santizo reconoció que la vulnerabilidad era una de sus más grandes virtudes y, a su vez, decidió modificar abruptamente su sonido. “Regresé a México y le dije a mis productores que íbamos a empezar de cero; ya casi teníamos todo el disco, pero me mantuve firme. Guardaron las rolas por si en algún momento yo cambiaba de opinión – ríe -, pero no sucedió”, señala.
“Comencé a buscar lo que yo quería, porque el punto no era sonar como alguien más. No puedo explicar la cantidad de documentales y entrevistas que revisé, de artistas que amo y admiro, para darme cuenta que casi todos han pasado por esta transición antes de sacar un disco”, agrega.
Durante un año, la artista se introdujo en un proceso exhaustivo, que desembocó en más de 30 canciones. “La verdad es que descarté muchísimas, porque las escribía, pero si no me despertaban una emoción genuina, simplemente no iban. Yo tenía que decir: ‘Esta es la canción’, porque quería que tuvieran un momento especial en el álbum, no que completaran un espacio. Todas están ahí por algo y cada una se formó a su tiempo. Un día, mi pareja me dijo que todo el concepto era como una armadura y eso le puso nombre al álbum”.
Las raíces de Armadura
“Si me pierdo, encuéntrame en mi voz”, canta Miranda, entre sonoridades etéreas, para adentrarnos en el universo de Armadura. A lo largo de diez temas, la compositora logra conceptualizar reflexiones personales y, además, plasmar una guía que nos transporta por sus distintas etapas emocionales; todo, a través de una fusión experimental de funk brasileiro, pop y electrónica, así como arreglos minimalistas de flamenco, dembow y trap.
En febrero, Miranda lanzó ‘Boomerang’, el primer adelanto de este material y una catarsis en torno a una relación fallida. “Ahora que la escucho, veo que sí estaba muy enojada”, comparte entre risas. “Entiendo ese sentimiento. No hay una sola persona que no haya estado enojada con alguien, hasta el punto de pensar que el karma le va a llegar. Fue la primera canción triste que hice en mi vida. Llegué a la sesión, pedí acordes tristes y así surgió”.
Los sonidos de Armadura son una de sus más grandes apuestas. En ‘OTM’, Miranda introduce una fusión de funk con techno, para representar una transición entre su era anterior y la actual. Así, mientras en ‘peace full’ integra funk brasileiro con una ligera modificación de trap, en ‘KR1MIN4L’ revela elementos de flamenco con un sorpresivo toque de dembow.
“Todos los sonidos del disco se conectan”, afirma. “Tratamos de jugar muchísimo, por ejemplo, con las velocidades de las rolas o el Auto-Tune en la voz; me encanta usarlo como una herramienta para las canciones que son muy duras, porque siento que les da otro feeling o algo distinto. Gero, uno de los productores, me agradeció porque experimentamos demasiado. Yo no produzco, pero siempre supe qué quería meter. Por eso, ‘BLINDADO’ es mi canción favorita, porque reúne cuatro beats diferentes y, en general, todos los sonidos de Armadura”.
En ‘BLINDADO’, Miranda muestra su proceso de sanación, a través de un mantra lírico que le permite reconocer su propio poder. “Cuando estás triste, te das cuenta que todo lo que has vivido sucede porque estás aprendiendo. Entiendes que las respuestas están en ti y que todo lo que necesitas ya lo tienes. No necesitas ver a los demás y compararte, sino concentrarte en tu camino. Esta canción llegó a la mitad de todo este proceso; tiene una letra muy profunda y una intensidad musical enorme. Representa lo mejor de los dos mundos: algo súper de corazón y algo para bailar. Cuando la hice sonaba tan experimental, que no sabía si le iba a gustar a la gente, pero les ha encantado”, menciona, mientras evoca una de sus canciones más personales.
“Por ejemplo, se sintió muy bien sacar algo como ‘los ángeles cantan’. Esa canción es muy dura. La escribí para mi abuelita y un amigo; ella falleció y, al poco tiempo, él. Yo no podía pensar en absolutamente nada más y la compuse un año más tarde, en octubre. Hablo sobre el duelo, pero visto desde un lugar bonito, desde la idea de que ellos están felices porque yo lo estoy. Es una rola que me sanó muchísimo y creo que a muchas personas les va a ayudar. Hace poco, recibí el mensaje de una psicóloga y me dijo que les ponía la canción a los niños que toman terapia de duelo. ¡Por eso hago música!”
“Armadura es fortaleza frente a la industria, frente a la superación de un desamor; pero también es una parte de mí llena de valentía”.
Para Miranda, Armadura representa la dualidad entre la fortaleza y la vulnerabilidad. “Te quitas la armadura, pero al mismo tiempo la traes puesta”, asegura. Durante el transcurso de la producción, la mexicana no solo conectó con su valor personal, sino también, dentro de la escena musical. “Si miro hacia atrás, me veo con ternura; sabía menos y también tenía menos miedo. Ahora, soy más fuerte, sé lo que quiero, a dónde quiero ir y estoy dispuesta a hacerlo. No me importa lo que me suceda dentro de la industria”.
“Estoy recuperando mi brillo, caminando entre serpientes, esquivando que me muerdan, que me quieran jalar a su bolsillo”, interpreta en ‘no me vas a tirar (intro)’, una reflexión sobre la industria musical. “Escribí esta canción mientras atravesaba un momento difícil. Estaba a punto de romperme y quería dejarlo todo. Nunca comparto situaciones así con los demás, más bien, las transformo en canciones”, confiesa.
“Me cerraron una puerta y yo estaba súper enojada. Pensaba en lo cabrón que es ser una morra dentro de la industria, porque si no permites ciertas cosas, entonces te dejan de considerar. Solo estamos haciendo música y me parece algo muy loco que como mujer tengas que hacerte un espacio y no permitir que te tiren. Sí es un mundo de hombres, todas lo podemos confirmar. Es como un juego, por eso digo: ‘Puro dinero, número, fakear’. No todo ha sido malo; he conocido gente muy chida que me ha abierto las puertas porque creen en mí. Por eso decidí iniciar el disco con ese punto porque, aunque sé que así funciona esto, le voy a dar la vuelta y no voy a dejar mi sueño, voy a seguir y no me voy a rendir”, añade.
De esta forma, Miranda plasmó esta determinación en ‘ARMA DURA (outro)’, un tema que se desarrolla como una respuesta, ante cualquier duda – personal o externa –, del lugar que ocupa en la música. “La realidad es que voy a estar en todos lados y en todos lados me vas a ver; aunque se me cierren todas las puertas, yo las voy a abrir otra vez”, declara. “Hablo de esquivar, como si se tratara de un ring, pero, más que cualquier cosa, esta canción es un agradecimiento a las personas que me escuchan; es para ellos”.
A la par, la artista dejó entrever uno de los elementos clave para entender los orígenes de Armadura: la escena alternativa española. “Y como dice Sen: ‘Antes que me rompas, me pincho yo”, canta como referencia a ‘Globo’, de Sen Senra. “Durante esta búsqueda, comencé a conectar con otros artistas y con sus letras. Yo agradezco, lloro, sano y me pongo feliz con su música”, narra.
“En general, escuché mucha música, desde Kanye West, hasta Billie Eilish; sobre todo, para adentrarme en los beats y las letras, pero también en su esencia como artistas. Mi inspiración total llegó con Rosalía, Sen Senra, Judeline, Ralphie Choo y cada artista español que escuché. Tienen un trip enorme. Allá, la música experimental es muy fuerte, está tomando el peso que merece y tienen muy claro de qué va, por eso son la base de lo que escucho a diario. Aquí falta abrazar un poco esa experimentación. No solo somos reguetón, hay mucho más. Nicole Horts es un muy buen ejemplo de lo que es la música en México, es una gran inspiración para mí. En general, hay artistas haciendo cosas súper chidas”.
El futuro de Miranda Santizo
Luego del lanzamiento de Armadura, Miranda se adentró en nuevos procesos creativos para extender su narrativa. “Hicimos un cortometraje. Tuvimos un llamado de cuatro días y logramos una locura audiovisual con cinco canciones. Cada una cuenta una historia y, al final, se conectan. Lo mismo sucede en el álbum”, explica. Así, arropada por escenarios enigmáticos y paraísos naturales, y ataviada con elementos que van desde una mantilla, hasta una cota de malla, nos lleva por un viaje que revela sus momentos más luminosos y oscuros.
“Justo ahora, me siento en paz. ¡Estoy feliz!”, admite la cantautora. “Armadura me ayudó a reconocerme, incluso, a encontrarme. A veces, pueden cegarte ciertas cosas y, entonces, crees que no eres suficiente. Hoy, reconozco lo valiente que soy y el amor que le pongo a las cosas. Estoy aquí, luchando, haciendo que todo suceda. Cuando lancé Femme Fatale, sentí que no estaba ofreciendo una propuesta, pero con este álbum me di cuenta que hice algo que no se escucha todos los días, algo nuevo, experimental, con todos los sentimientos que puedas imaginar. Siento que eso me pone en otro lugar”.
“Sacar tu primer álbum es lo más vulnerable que puedes hacer, porque le muestras al mundo quién eres”.
La nueva etapa de Miranda Santizo está enmarcada en la producción y composición de nueva música y, al mismo tiempo, en su apuesta por redefinir la escena alternativa en México. “Siempre estoy escribiendo canciones. Me gusta aprender de los demás, entonces, normalmente invito a amigas para escribir e intercambiar procesos. Ahora, empecé a escribir para otros artistas y eso me enorgullece mucho. Para lo que viene, quiero retomar mis raíces, muy en plan México, por ejemplo, llevar el bolero a un lugar experimental porque, ¿por qué no? Con Armadura, me di cuenta que la música no tiene reglas. Voy a sacar canciones con la expectativa de que ya hice algo muy chingón y pienso que arriesgarme vale mucho la pena”.
Por ahora, la cantante ya planea distintas colaboraciones con artistas de México, Chile y Colombia. “Quiero que nos unamos, principalmente la industria mexa, porque nos hace falta. En Argentina, por ejemplo, todos los raperos crecieron porque se juntaron; Bad Bunny subió a todos los puertorriqueños a sus rolas. Eso no sucede en México. Nicole Horts y yo lo hemos platicado muchísimo; si está en nuestras manos, trataremos de unir a la escena”, expone.
Hoy, con una esencia enmarcada en la valentía, la vulnerabilidad, la magia y la fortaleza, Miranda continúa trazando un camino certero que le permita inmortalizar su voz. “Estoy planeando mi segundo concierto en solitario, será el próximo año, en febrero. Pienso mucho en el concepto, porque quiero que todo sea difuso después de vivirlo, pero que se quede por siempre en la mente”, revela, como una reafirmación de la promesa infinita que plasmó en Armadura: “Si alguna vez yo me pierdo, en todos lados me vas a encontrar. En canciones, en tiempos, en el bosque, ahí voy a estar”.