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Mauro Castillo: La cualidad de saber elegir las palabras

El actor y músico colombiano habla sobre la salsa, sus nuevos proyectos y el ser un artista afrolatino con reconocimiento internacional

Por  MELISA PARADA BORDA

marzo 8, 2023

Mauro Castillo, actor y salsero caleño.

Corey Nickols

Mauro Castillo lleva más de dos décadas dedicándose a las artes. Empezó cantando durante el servicio militar, ganó tres premios en el Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez, fue parte del Grupo Niche y su voz inmortalizó uno de sus más grandes hits de los 2000, ‘Ganas’. Entrados los 2010, actuó en la telenovela El Joe, la leyenda y poco después lanzó oficialmente su carrera como solista con su LP Baila salsa, cuyos sencillos ‘Te equivocas’ y ‘Viene y se va’ no han parado de sonar en las emisoras colombianas desde la fecha.

Aunque su carrera como salsero lo había llevado a sonar en diferentes lugares de América Latina, fue en 2021 cuando ganó mayor reconocimiento en más países de habla no hispana gracias a su papel de Félix en Encanto. Desde entonces, no ha parado de cosechar éxitos y a más de un año del boom que significó ‘We Don’t Talk About Bruno’, ya anda preparando varios EP con los que desea perpetuar el legado del género musical que representa.

Hace poco, su estudio en Florida recibió una nueva adquisición, un micrófono que describe como “muy tradicional de los años 50. Tipo Sinatra, pero Miles Davis, con un sonido mellow”. Lo está utilizando para grabar sus próximos discos, pero cada uno tiene un abordaje diferente de la salsa, yendo desde el formato Big Band y un ritmo más bailable, hasta lo experimental. “El salsero per se es muy romántico. Se hace el rudo pero finalmente es muy blandito por dentro”, explica sobre la razón de ser de su EP más comercial, mientras sostiene que el tercero tendrá un contenido más social. “Va a tener instrumentistas invitados internacionales y va a hablar un poco más del día a día, de sentirse como que todos estamos dentro de un lugar pero no eso no hace que seamos ajenos a ser excluidos de algo”.

La siguiente entrevista pudo haber tomado una dirección distinta, pero esta vez fue Mauro quién dirigió la conversación y el resultado es fascinante.

Empezaste el año con toda porque hacer más de un disco requiere de mucho esfuerzo.

Mucho esfuerzo pero vale la pena. Siento que uno lo tiene que dar todo cada vez, en cada paso para estar contento y sentirse satisfecho. Cuando das lo mejor de vos, no hay lugar para sentirse frustrado o arrepentido.

A veces las diferentes cosas que hago me ponen en lugares muy bonitos para efectos del mainstream y del entretenimiento mundial, pero la música es más importante porque es algo que se queda. Las noticias, los premios y todo eso es algo interesante para la comunicación y el posicionamiento como artista, pero finalmente lo que se queda es la música. Sabemos de grandes artistas de nuestra cultura que nunca se ganaron un premio, pero la música sigue sonando. Entonces para mí es importante cada que tengo un espacio, ponerme a hacer música y a desarrollar cosas que tengo en el tintero.

¿El disco experimental tiene que ver con salsa? ¿Qué sonoridades estás explorando?

¡Sí! Salsa. La ventaja de lo que conocemos como salsa es que esa música cubana tiene ese montón de variaciones desde el danzón, el chachachá, la rumba, el guaguancó y el bolero. Con todos esos se puede contar una historia poderosa, entonces a veces me preguntan que si he pensado en explorar otros sonidos y lo he hecho con sonidos colombianos. Hice la primera salsa con marimba, ‘Tumbao marimba’, una canción en la que sacamos el piano tradicional y metimos el piano de la selva.

Quiero pasar a los sonidos electrónicos, pero este mundo de lo que conocemos como salsa es tan extenso que casi siempre que pienso en hacer algo diferente, encuentro algo dentro de la misma sonoridad. Hay una riqueza importante y a veces por seguir las tendencias o lo que creemos que la gente consume… Haciendo un paréntesis, el salsero no es tan digital, entonces a veces cuando vemos esfuerzos de las grandes disqueras con los artistas de salsa, a algunos creadores les pasa que de alguna manera sienten que ese es el camino y en realidad no es. En ese momento la salsa se vuelve un elemento que le da más AirPlay a las versiones pop, reggaetón y regionales. Entonces dentro del ejercicio comercial, la salsa termina siendo como la Cenicienta de otros géneros. No tiene nada de malo, pero por eso es que estoy haciendo dos álbumes, porque se acerca un poco al pop pero bacano hacer salsa también.


“Sabemos de grandes artistas de nuestra cultura que nunca se ganaron un premio, pero la música sigue sonando”.


Salsa para azotar baldosa o para bailar pegadito con el ser querido.

Exactamente. Las mejores canciones que se me han dado orgánicamente en las plataformas digitales han sucedido cuando, por ejemplo, todo el mundo estaba haciendo salsa con reggaetón. Entonces yo decía que bacano y todo, pero hay otras formas y al final es una forma de protestar también. De protestar con el sonido de la salsa acercándolo a lo que estamos acostumbrados a recibir con ese nombre y, por otro lado, una protesta también diciendo que hay otro tipo de seres humanos. La música finalmente es el reflejo de una cultura, yo reflejo algo de la cultura de dónde vengo, entonces a veces todo este tema del Big Data y de los números termina, en cierto modo, empujando hacia un lugar más desigual de la misma sociedad. En realidad, lo que siento es que es más fácil juntar 20 peras en un cajón para salirlo a vender, que tener diferentes frutas en la misma canasta y lo más triste es que funciona. Las mediciones y todo eso reflejan unos hábitos de consumo, pero yo no quiero dejarme empujar hacia allá porque finalmente no está en mi esencia, sobre todo porque yo vivo de la música. Ahora afortunadamente sí hay otros proyectos y pasan cosas maravillosas, pero yo he vivido de esa música que en el algoritmo no existe, prácticamente. 

Yo soy un man digital, pero también siento que el salsero no ha llegado allá porque siente excluido de ese parche. Es interesante porque en la salsa vos tenés que hacer mucho trabajo de campo como si estuvieras en el 2000. Lo chévere es que la salsa sí tiene una cosa muy interesante y muy bonita, y es que la salsa sí hace catálogo.

¿Qué quieres decir con eso?

Como las canciones de otros géneros salen tan rápido y el oyente está acostumbrado a escuchar una detrás de la otra, no se genera un catálogo como tal. Tú no quieres volver a canciones que le dieron durísimo hace dos meses porque ya no las queremos oír más. La salsa sí tiene esa cualidad. Si vos ves canciones mías de hace cinco o 10 años, son interesantes tanto para la gente que las busca y las quiere escuchar, como para los que quieren sincronizar una película, un comercial, o los que quieren un concierto y quieren escuchar las canciones viejas. Es otro tipo de ser humano el que está al lado de eso y el que genera que eso se vuelva un catálogo.

No puedo decir que hay algo que me parezca totalmente antagónico a la vida y a los principios, son formas de comunicar y es válido, sino que en mi carrera me ha costado mucho ganarme espacios. Hablo es desde eso porque conozco qué hace que te digan que no en ciertos lugares, dónde no te abren las puertas. Con decirte que la primera portada de mi vida me la dieron hace ocho días.

¿A qué crees que se deba que hasta ahora te hayan dado tu primera portada?

Todavía seguimos siendo clasistas. Eso es. El clasismo es muy duro, pero igual yo lo que entiendo es que hay ciertos comportamientos que al repetirse se vuelven ley. Es muy difícil que vos veas cuatro afros o cuatro indígenas juntos en una serie de televisión que no tenga algo que ver con que esos cuatro, o por lo menos dos de esos cuatro, hicieran algo importante en el deporte, en la política, en la música. El casting pide que sean afros o pide que sean indígenas, entonces siempre es complicado y hay que aprender a lidiar con eso. Lo que yo siento es que a mí quejarme nunca me ha gustado, me da como pereza. He sido más proponente de cosas diferentes y siento que lo que hay que hacer ahora mismo es, ya que hay tantos generadores de contenido, emplazarte en las ciencias y en todo lo que pasa en nuestro territorio. Que se fortalecieran los espacios donde pudiera circular ese tipo de contenidos como lo hacen en otros países, como en [EE.UU.] que están Black Entertainment Television (BET). En vez de estar peleando con eso, es mostrar el valor para poder inspirar a las comunidades que vienen y lo digo porque para mí es inspirador. No es necesario que estemos detrás desgastando nuestra energía con cosas que finalmente no hacen parte de lo esencial, de lo importante que es hacer las cosas bien, estar bien educado con las herramientas y las destrezas necesarias para poder hacer lo que hacés. Es un camino con espinas, pero que se disfruta mucho. 

Es algo que llena mucho de alegría y sobre todo que inspira. Yo siento que he inspirado a mucha gente, a muchas mamás, peladitos chiquitos, gente más grande. A alguien le tiene que servir y eso también me llena mucho de alegría, saber que he hecho las cosas bien, lo he dado todo siempre.


“No negar quiénes somos es bonito, reconocer lo que somos es importante, sobre todo en estos días que hay tanta desigualdad”.


Lo importante de los artistas que tienen plataformas como tú es ese poder que tienen de hacer que las personas se inspiren y se sientan representadas.

Sí, mientras haya vida, habrá esperanza. Eso es lo que siempre he querido mostrar a través de lo que hago. Con todo el cariño, el respeto, siendo rebelde en el sentido más musical que me permita la vida. Eso es lo que siempre he querido hacer y siento que lo estoy logrando.

Sí. También te muestras muy auténtico y es por eso mismo que la gente conecta mucho contigo.

Sí. Antes era bien interesante porque la industria como tal y las mesas de trabajo lo que hicieron fue crear un perfil de un ser humano que se volviera interesante para otros. Volvemos al bello dicho africano que dice que las costumbres se vuelven leyes, y entonces no solo esa idea de ese artista se queda ahí dentro de lo que ellos quieren para proyectar sus ventas y su ejercicio comercial, sino que se queda también en la gente que lo está viendo. A veces el artista que llega o que empieza a desarrollarse también se transforma en eso, empieza a meterse en un molde que finalmente no tiene nada que ver porque no es real. Es una es una construcción de la ficción. Hay muchas repeticiones en las novelas biográficas de los grandes artistas, pero es porque finalmente eso está dirigido a un público que cree que eso es así. Pero cuando llegas a Hollywood, cuando empezás a contactarte con las personas, el interés es otro, el interés es contrario a estar mostrando “yo soy esto. Yo soy no sé qué”, ellos quieren saber es quien sos vos, ver cosas tuyas para entender el mundo y ampliar cada vez más la visión alrededor de él.

En Hollywood decía yo que era uno de los 5.5 millones de afrocolombianos reconocidos y no lo podían creer. Yo creía que ya estaba todo hecho porque ya habían pasado grandes artistas como el Joe [Arroyo] que habían tenido incidencia en escenarios de acá, pero no. Para el público estadounidense o el mercado general que llaman, los negros en Colombia no existen. Es heavy, pero entonces apenas se dan cuenta, empiezan a hacer un montón de preguntas, de verdad quieren saber cosas. Es otro tipo de dinámica. Sí, no faltan los pendejos por ahí, pero en realidad, en general, la energía es más hacia compartir que hacia mostrar qué tenés, qué tan importante sos para el mundo y que tanto el mundo no puede vivir sin vos.

Me gustaría que me contaras un poco más cómo ha sido tu experiencia siendo un artista afrolatino en Estados Unidos, ya que llevas cinco años viviendo allá. ¿Qué tan diferente es hacer música estando allá de hacerlo estando en Colombia?

Bueno, hasta antes de Encanto, el objetivo siempre fue el público latino, entonces no hubo mucha diferencia, digamos que lo que hago es conocido aquí en Estados Unidos y a la gente le gusta la manera en la que el proyecto ha evolucionado. Pero para el mercado estadounidense sí ha sido una novedad. Sí he tenido conversaciones importantes con artistas como Letitia Wright, que es la protagonista de Black Panther; [Sheryl Lee Ralph], quien cantó el Himno Nacional de los Afroamericanos en el Super Bowl; también con Serena Williams y con una coreógrafa súper reconocida de artistas como Dua Lipa y Rihanna. Un montón de gente, y en lo que coinciden todas finalmente es en que hay que contar la historia. Lo último que me decía [Sheryl] es que un afro que hablara español en Estados Unidos prácticamente no existía, y entonces que eso tenía una implicación para el tema de las grandes mediciones de la población y el Big Data. No existe, entonces hay que contarlo y hay que hacer mucho ruido. 

Espero que ese segundo EP que estoy haciendo haga mucho ruido precisamente por eso. Que diga, “Aquí estamos”, y que explore otros sonidos precisamente para que llegue hasta la gente que se va a deleitar descubriéndonos y los lugares que nosotros también vamos a disfrutar. Es un es un gana-gana.

¿Cuál crees que es la responsabilidad que tenemos nosotros como medios a la hora de destacar los aportes a la cultura que hace la comunidad afrolatina?

[Hace una pausa] Yo no soy muy bueno para reclamarle cosas a las personas, la verdad no tengo muy desarrollada esa capacidad. Pero lo que siento es que cuando yo me siento a hacer música y a tratar de reflejar algo de la cultura a la que pertenezco como colombiano, como latino, como amante de la música y como músico, es que tengo que hacerla de la forma más profesional posible. Yo siento que uno siempre está negociando con la cultura que representa y con lo que uno quiere poner en los discos. Siento que si se va a establecer una conversación, que se escuche un poco más, que se pueda leer más. Los medios deberían dejarse  afectar más por nuestra misma composición, por lo que estamos hechos como sociedad, que es un montón de cosas.

La música finalmente viene del África, hay una historia ahí en muchos géneros.  Y sabemos que dentro de la historia hay artistas afro que han sido desplazados por ejercicios comerciales con gran músculo y gran poder. Entonces siento que no solo el periodista que cubre orden público o el que cubre política tiene la responsabilidad de denunciar y de hablar de lo que está pasando en nuestro entorno, sino el del arte también y lo tiene más fácil porque está ahí. Y no se trata de hacer beneficencia.

Sí me parece que debería haber un poco más de igualdad en cuanto a cómo se comparte la información. Y es que finalmente vivimos en una burbuja, pero falta más representación de nosotros. Es reconocer un poco más nuestra composición y de lo que estamos hechos, que somos un sancocho muy sabroso. No negar quiénes somos es bonito, reconocer lo que somos es importante, sobre todo en estos días que hay tanta desigualdad.

Uno a veces como periodista musical suele irse por lo que es más mainstream y olvida otro tipo de voces que también son importantes.

Es que hombre, pa’ uno estar en esto de verdad que tiene que cuidar mucho el corazón porque si no, entrás en una guerra que no tiene sentido. Se trata es más de pensar en esa idea inicial, de irte a la raíz, a lo que hizo que tomaras esta decisión de entrar en este camino y entender el mundo como es. Pensar en que de alguna forma uno lo puede transformar o por lo menos puede generar cierta inquietud para alguien que decida hacer cosas diferentes.

Sí, ir sentando las bases.

¡Exactamente! Y más que sentando las bases, es seguir construyendo un camino que viene de mucho tiempo, de mis padres, de los padres de mis padres. De mucha gente que ha pasado también por aquí por la industria del entretenimiento, por las artes, por las ciencias y siempre ha buscado un espacio y un lugar para todos los colombianos, los latinos, los seres humanos.

Mauro, no me puedo despedir sin preguntarte, ¿qué tanto ha cambiado tu vida desde Encanto?

¡Imagínate! Hace 15 días  Encanto ganó tres Grammys, pues claro que ha cambiado mucho. Para mí es una gran carta de presentación para lo que tengo planeado hacer aquí en estos territorios nuevos, en Estados Unidos y en Inglaterra porque estuvimos nominados también a los Brit Awards como Mejor canción internacional. Todo esto abre una nueva posibilidad de seguir comunicando a través del arte y contando la historia de dónde vengo, eso es.

Seguramente van a pasar más cosas con Encanto, pero como cultura tenemos tanto que mostrar que esto va a ser la punta del iceberg y vamos a mostrar muchas cosas. Digo vamos porque esto sé que le va a abrir las puertas a más talento colombiano, y también digo vamos porque yo no ando solo, esto es un equipo de trabajo de gente que ha estado siempre conmigo comprometida. Soy muy amigo de las relaciones duraderas. Tengo equipo que ha estado conmigo desde hace 10 años. Es bonito poder encontrar personas que siempre van a querer estar ahí al lado tuyo.

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