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Los 15 años más raros de Roberto Musso

El líder y vocalista del Cuarteto de Nos habló sobre Raro, el álbum con el que conquistaron Latinoamérica y que hoy es más vigente que nunca

Por  MARTÍN TORO

marzo 15, 2021

Guzmán Infanzón

Eran los comienzos de 2005 cuando el Cuarteto de Nos se encontraba pasando por uno de los puntos más críticos de su carrera. “Yo sentía que había llegado a una especie de pared con la que me chocaba y pensaba que ya no podía competir conmigo mismo en las canciones anteriores, ya que usaba esa fórmula de los 90, que parecía estar un poco gastada”, dice Roberto Musso desde su hogar en Montevideo. Sin embargo, pese a esto, la banda era muy popular en Uruguay y estaba comenzando a asomarse tímidamente en territorio argentino, barrera que necesitaba sobrepasar para explorar otros sonidos. De esta manera, la agrupación decidió buscar al productor Juan Campodónico [conocido también como uno de los cerebros de BajoFondo], quien al ser una persona ajena al proyecto ayudó al Cuarteto a encontrar esa fórmula que le daría origen a Raro.

En efecto, Musso deseaba encontrar una nueva óptica, una visión que le permitiera describir personajes y situaciones de una manera distinta. Para lograr esto, desempolvó a un viejo amigo; un género musical que siempre lo había acompañado, pero que pocas veces había aparecido en los temas del Cuarteto: el rap. “Me pareció bien raro el utilizar el hip hop junto con el rock como una herramienta para poder decir muchas cosas en pocos minutos, cosa que un formato más pop no me dejaba hacer, y esa búsqueda está muy bien plasmada en varias de las canciones”, comenta el músico, que inspirado en los primeros trabajos de Eminem, como The Slim Shady LP, en conjunto con su gusto y el de sus compañeros por el lenguaje español, enriqueció los versos de cortes legendarios como Ya no sé qué hacer conmigo.

“Siempre nos gustó muchísimo lo del lenguaje, el juego de palabras. Somos fanáticos del idioma español. Nos encanta aportarle a las canciones con el concepto y toda riqueza que tiene el lenguaje”, añade Musso. “De los nervios me vino un tic / En el fondo siempre fui un freak / Les di fuego con yesquero Bic / Pero me pareció poco chick”, reza uno de los versos de Yendo a la Casa de Damián.

LA HERRAMIENTA NECESARIA: “Me pareció bien raro el utilizar el hip hop junto con el rock como una herramienta para poder decir muchas cosas en pocos minutos”, comenta Musso.
ZTA multimedia

Aun así, el cantante recuerda la pequeña inseguridad que sintió cuando le mostró los demos de las canciones que compondrían este nuevo disco a los demás miembros del Cuarteto. “Tenía muchas canciones que estaban más en la zona de confort de la banda y tenía estas otras… Así que les dije: ‘No le pongan mucha atención a esas que están raras, las que duran como 5 minutos y dicen muchas cosas’. Para su sorpresa, esos patitos feos fueron las piezas que más gustaron entre sus amigos y las que se convirtieron en piezas fundamentales para terminar el resto del disco.

Durante la grabación del álbum la banda se encontraba animada por el nuevo sonido que habían logrado junto a Juan Campodónico. “Fue raro para nosotros trabajar con un productor musical. Siempre lo habíamos hecho solos y nos encantó en su momento, pero ya era hora de tener una vista externa. Y Juan en ese entonces estaba produciendo discos de Drexler y con Gustavo Santaolalla con BajoFondo”, dice el cantante. “Lo bueno es que Juan era fan del Cuarteto desde adolescente, conocía nuestra discografía e hizo una labor genial, las canciones de Raro las pulió, las arregló y les dio un sonido súper competitivo y una visión joven y renovada”, agrega.

No es fácil convertirse en una de las bandas de rock más escuchadas de Latinoamérica de la noche a la mañana, y mucho menos en un año como 2006, cuando el pop de Shakira y Beyoncé inundaban las emisoras y sin herramientas esenciales que obviamos hoy en día como las plataformas digitales. Pero al parecer los astros se alinearon para Musso y compañía; el sonido guitarrero, los ritmos de batería potentes, los coros beatlescos y las buenas melodías que transportaban las imágenes cotidianas que componen los temas de Raro, lograron calar a lo largo y ancho del continente latinoamericano y del otro lado del Atlántico, en España. “La verdad es que no pensábamos que fuera a suceder algo especial con ese disco y esas canciones. Después que salió y cuando tocamos los primeros conciertos, nos comenzaron a llamar sellos internacionales que querían que fuéramos a tocar a otros países. Pero no fue sino hasta un par de meses después de que lo publicamos”.

EL SONIDO DEL PRESENTE: “El disco quedó quieto en el tiempo pero eso no significa que sea anacrónico. Creo que muchas de las canciones del disco no tienen espacio ni lugar”.

La agrupación mejoró su puesta en escena, grabó varios videos musicales que superaron sus expectativas y las del público, se esmeraron en ponerle la cereza al pastel con la portada del disco, que muestra un rostro formado por partes de las caras de los miembros del Cuarteto, y resume muy bien la temática general del álbum: momentos del día a día vistos por alguien que ya está cansado de perder.  Estos elementos son los que le otorgan esa sensación de atemporalidad y vigencia al LP. Podemos estar seguros que muchos no sabíamos qué hacer con nosotros mismos después de agotar las fuentes de entretenimiento durante la cuarentena. “El disco quedó quieto en el tiempo pero eso no significa que sea anacrónico, creo que muchas de las canciones de ese disco no tienen espacio ni lugar y por eso siguen gustando tanto”, añade el músico uruguayo.

Las letras de Musso, la cohesión de la banda, ese deseo por reinventarse, y toda esta avalancha de buenas ideas crearon ese cóctel para consolidar la mezcla sonora de Raro. Los sencillos Yendo a la Casa de Damián y Ya no sé qué hacer conmigo se convirtieron en su carta de presentación y en canciones infaltables en sus setlists. Cuando comenzaron a girar el disco por el continente y fueron dejando nuevos fanáticos en cada lugar que pisaban, el Cuarteto de Nos se convirtió en un fenómeno que fue creciendo como una bola de nieve que sigue en movimiento hasta el día de hoy. “Yo siempre digo que, por lo general, un artista coincide su pico de popularidad con su disco más famoso, pero el momento de más popularidad para nosotros es ahora, yo creo que todo lo que vino después de Raro, y muchas canciones que se pusieron en los setlists de los shows ayudaron a que el creciera mucho más”.

“El Cuarteto desde siempre nos hemos ganado a nuestros seguidores por los shows en vivo, somos una banda que va mucho más allá de lo virtual. A la gente le gusta vernos en el show y generalmente nos ha pasado que en cada país que hemos ido, se va juntando gente que le va recomendando a otros para que vayan a ir a vernos”, comenta el vocalista. “Se va a cumplir ya casi un año de que tocáramos ese último show que quedó en nuestras retinas y nuestros corazones”, dice Roberto Musso mientras recuerda los últimos momentos de su gira mundial en la que presentaban Jueves, su más reciente álbum de estudio antes de que las vidas de todos se pusieran bien raras por la pandemia. “Después de eso llegamos a Uruguay y nunca más hubo shows, ni para el Cuarteto ni para nadie en realidad”.

EXTRAÑANDO LA TARIMA: “Se va a cumplir ya casi un año de que tocáramos ese último show que quedó en nuestras retinas y nuestros corazones”, recuerda el cantante.
Guillermo Gross

El Cuarteto aprovechó estos últimos meses para escribir nuevo material y preparar la edición especial en vinilo con la que piensan celebrar los 15 años de este disco a pesar de que hayan quedado con el sin sabor de dejar una gira a medias. Esta nueva edición presentará por primera vez las 12 canciones de Raro en acetato y la agrupación ofrecerá experiencias exclusivas para sus más grandes fans en países como Uruguay, Argentina, México y Colombia.

Sin lugar a dudas, el mundo en el que vivimos cada vez está más raro, y lo mismo siente Roberto Musso, pero ese pequeño engendro que nació hace 15 años sigue sonando cada vez con más fuerza y con más ansias de conquistar nuevos lugares, y aunque no sea muy agraciado físicamente, sabemos que lo que más importa es lo de adentro.

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