El 11 de marzo, se celebrará la entrega número 43 de los Premios Razzies, dedicados a reconocer a lo peor del séptimo arte. En esta ocasión los miembros de esta curiosa “academia” han cometido un grave error al incluir a Blonde, el estupendo biopic de Andrew Dominik y protagonizado por Ana de Armas, dentro de varias de sus categorías. Esta es una equivocación tan garrafal como la cometida por Roger Ebert al catalogar a Terciopelo azul, la obra maestra de David Lynch, como una de las peores películas de 1986, o a la de Rex Reed, al incluir El toro salvaje, una de las mejores películas de la historia y la mejor de Martin Scorsese, dentro de su listado de lo peor de 1980. Lo anterior demuestra que el gusto es subjetivo y que, a veces, quienes tratamos de distinguir lo bueno de lo malo al interior del cine, a veces terminamos cegados y/o confundidos. Dichas afirmaciones también incluyen a los “porcentajes” de páginas como Rotten Tomatoes, que muchos siguen ciegamente creyendo que un 100% o un 97% de aprobación a una película, constituyen una verdad de a puño. Nada más lejano que la verdad.
Si los miembros de los Razzie estaban esperando generar controversia, debieron haber incluido dentro de sus categorías a la infantil secuela de Avatar o a la pretenciosa y sobrevalorada cinta de Kung Fu cuántico Todo en todas partes al mismo tiempo que, a propósito, posee once nominaciones a los Premios Óscar. Sin embargo, hay otras diez películas que se merecen más el título de lo peor del 2022, por encima del empaque bonito de Cameron y el “Dr. Strange para hípsters” de los Daniels. Estas son:
10. MORBIUS. Dir. Daniel Espinosa.
Jared Leto, el infame Joker del DCU, se traslada a Marvel para protagonizar una cinta basada en otro de los enemigos de El Hombre Araña. Esta vez se trata de un hombre vampiro que en su versión fílmica se trata como un flojo antihéroe, al peor estilo de Venom (o de Black Adam y Harley Quinn, si tomamos en cuenta a la empresa rival). Morbius, el vampiro anémico, es un argumento contundente que debería convencer a Leto de abandonar a los superhéroes de forma definitiva. Esta serie de películas mediocres de Marvel producidas por Sony (ya vienen Kraven el cazador, Madame Web y El Muerto), son la fisura por la cual las películas de superhéroes van a terminar saturando al público e implosionando en una especie de Crisis en Tierras Infinitas.
9. AGUAS PROFUNDAS. Dir. Adrian Lyne.
El legendario director de Flashdance, Nueve semanas y media, Atracción fatal y Lolita, se propuso resucitar el thriller erótico y regresarlo a la gran pantalla. El resultado no es tan horrible como las películas de 365 (unos productos tan deplorables que bien podrían ocupar los puestos -1 y -2 de este listado), pero constituye algo imperdonable si tenemos en cuenta al director y a sus estrellas. Ana de Armas (maravillosa en Blonde, así los Razzies digan lo contrario) y Ben Affleck (a quien muchos todavía recordamos por su papel en la magnífica Perdida) se hunden en esta cinta como si se tratara de arena movediza. Más que una resurrección del thriller erótico, lo que hizo Lyne fue darle una indigna sepultura.
8. LUCK. Dir. Peggy Holmes, Javier Abad
John Lasseter, el creador de Toy Story y Cars, y uno de los miembros fundadores del prestigioso estudio Pixar, fue despedido de Disney por sus múltiples acusaciones de acoso sexual. El realizador encontró refugio en Apple+, donde pudo presentar su nueva cinta animada, bajo el sello de un nuevo estudio (Skydance Animation). El resultado es un producto desafortunado: poco interesante, confuso, frenético, lleno de lugares comunes y con una animación irregular. En Luck no se encuentra el menor atisbo del Lasseter de antaño.
7. INVITACIÓN AL INFIERNO. Dir, Jessica M. Thompson
Los cinéfilos con edad avanzado y algo de buen gusto, saben perfectamente que la saga de Crepúsculo constituye una muestra del peor cine (inclusive sus protagonistas lo entienden). Fue toda una suerte que luego llegara True Blood para retomar la premisa basada en la novela de Bram Stoker y la llevara a la gloria. La cinta de terror Invitación al infierno hace todo lo contrario a la serie de HBO, ya quese roba a las Concubinas de Drácula, las cuales pertenecen a la fuente primaria original, para ofrecer lo que bien pudo haber sido una cinta escalofriante cargada de poder femenino, terror y erotismo, en una espantosa cinta que constituye algo mucho peor que Crepúsculo e inclusive más horrible que Vampire Academy, lo cual es llegar al fondo del sarcófago. Cualquier entrega de Hotel Transilvania es mucho más perturbadora que este esperpento vampírico.
6. FIRESTARTER. Dir. Keith Thomas
Hace poco, los premios Razzies fueron objeto de controversia al nominar a Ryan Kiera Armstrong, de tan solo doce años de edad, como peor actriz principal. Lo cierto es que ella es el menor de los problemas de este terrible remake basado en una historia menor de Stephen King sobre combustión espontánea. Kiera Armstrong hace un papel equiparable al de Drew Barrymore en la cinta original (en algunos momentos, mucho más creíble). El verdadero problema con esta supuesta cinta de terror, es que nunca llega a asustar, su dirección es inepta y si alguien se merece un Razzie por su actuación, es el malogrado Zac Efron, quien ya está grandecito para aceptarlo.
5. DESENCANTADA. Dir. Adam Shankman.
El título de esta secuela que nadie pidió, no puede ser más apropiado. La gran Amy Adams y la maga de la comedia Maya Rudolph, no logran capturar la magia que hizo de Encantada toda una delicia musical infantil. Por el contrario, las canciones insufribles y la historia que no va para ningún lado (porque desde el principio ya sabemos todo lo que va a suceder), nos hacen desear tener el Guante del Infinito de Thanos, para así chasquear nuestros dedos con frenesí y acabar con este universo no apto para diabéticos.
4. EL LIBRO DEL AMOR. Dir. Analeine Cal y Major.
Aunque se sabe que esta época de postpandemia ha generado en el mundo un ambiente de amargura y de depresión, esto no es disculpa para una comedia romántica tan horrible como esta, que defiende a las novelas rosas de pacotilla y que continúa defendiendo unos estereotipos mandados a recoger hace más de veinte años. Esta es una de esas películas que pretende alegrar al público y hacerle creer en el amor, pero que termina haciendo todo lo contrario.
3. HALLOWEEN: EL FINAL. Dir. David Gordon Green.
Es toda una pena que el director de las grandiosas George Washington, Pineapple Express y Joe, recicle una cansada franquicia de slashers y termine con una trilogía tan vergonzosa, que nos lleva a pensar que Halloween 6: La venganza de Michael Myers y Halloween 7: H20 no eran tan malas después de todo. La tercera entrega de la trilogía y, supuestamente, el final de la saga (esperemos que sea así), es la peor de todas. Ni siquiera la participación de Jamie Lee Curtis logra que se despierte nuestro más mínimo interés. El director ha anunciado que luego de Halloween va a reciclar la saga de El exorcista. ¡Qué Dios se apiade de nosotros!
2. JEEPERS CREEPERS: LA REENCARNACIÓN DEL DEMONIO. Dir. Timo Vuorensola.
Pregunta: ¿Qué es peor que una secuela de un slasher? Respuesta: ¡Una secuela “pirata” de un slasher! Por algún tipo de descuido legal, los creadores y productores de la saga de Jeepers Creepers (entre los que se incluyen un director acusado de pedofilia y el mismísimo director de El padrino), perdieron los derechos de su franquicia y eso llevó a que un director finlandés (conocido por hacer comedias con Nazis en el espacio), realizara una “cuarta parte” que acaba con cualquier buen recuerdo que se tenga de sus predecesoras.
1. PINOCHO. Dir. Robert Zemeckis.
Dos grandes directores adaptaron la novela de Carlo Collodi acerca de un niño de madera y sus correrías. El primero, conocido por cintas como El laberinto del fauno y La forma del agua, confeccionó una obra maestra del stop motion artesanal, una de las mejores piezas de su filmografía y, sin lugar a dudas, la mejor película del año pasado. El segundo, conocido por obras como Volver al futuro y Forrest Gump, nos entregó un producto sin alma, con un Tom Hanks exagerado y estereotipado, y tan alejado de la mano humana, que terminó manchando irremediablemente a la hermosísima versión animada de Disney de 1940 en la que se basó. Comparar las dos versiones de Pinocho, es algo que nos permite comprender en qué consiste lo mejor y lo peor del cine actual.