Desde marzo de este año se sabía que la partida de Ozzy y Sharon Osbourne de Los Ángeles era un hecho inminente. En ese momento, la pareja mencionó que una de las razones detrás de su decisión eran los “altos impuestos” de la ciudad, pero ahora ambos han revelado que la violencia en Estados Unidos también los impulsó a regresar a Inglaterra.
“Estados Unidos ha cambiado de forma tan drástica. Ya no son los Estados Unidos de América en lo absoluto”, reflexionó Sharon en una entrevista con The Observer, en donde aseguró que la decisión no tenía que ver en absoluto con la salud del músico. “No hay nada unido allí y es un lugar muy extraño para vivir en este momento”.
Ozzy se mostró disgustado por la cantidad de asesinatos que hay a diario en ese país, tildando de “absurdo” todo lo que ha sucedido allí en materia de tiroteos, poniendo de ejemplo el ocurrido en el festival Route 91 Harvest en 2017, Las Vegas, donde 60 personas fueron asesinadas y más de 500 resultaron heridas.
“No quiero morir en Estados Unidos. No quiero ser enterrado en Forest Lawn [cementerio de celebridades en L.A.]”, agregó. “Soy inglés, quiero regresar. Dicho eso, si mi esposa me dice que tenemos que ir a vivir a Timbuktú, lo haré. Pero no, es mi hora de ir a casa”.
El músico discutió sobre sus problemas de salud que lo han mantenido fuera de los escenarios desde 2020, pero a pesar de las lesiones en su cuello o la enfermedad de Parkinson que padece, afirmó que dará lo mejor de sí mismo en su próxima gira (la nueva etapa de No More Tours II inicia en mayo de 2023). “No han visto lo último de Ozzy Osbourne, se los prometo”, sostuvo. “Si tengo que subir allí y morir en la primera canción, igualmente estaré de vuelta al día siguiente”.
El Príncipe de las Tinieblas se encuentra preparando el lanzamiento de su próximo álbum de estudio, Patient Number 9, que llegará el próximo nueve de septiembre. El disco incluye una colaboración con su amigo y excompañero de Black Sabbath, Tony Iommi, con quien se reunió hace un par de días para interpretar el clásico ‘Paranoid’ en el cierre de los Commonwealth Games.
