Sin duda, Jack white es uno de los exponentes más importantes para el rock de las últimas décadas. El guitarrista y cantante ha demostrado que puede ser innovador, creativo, prolífico, exitoso, carismático, y puede luchar desde diferentes trincheras por lo que cree y por lo que le interesa preservar. White nunca toma el camino fácil, siempre se fuerza a salir de su zona de confort, y eso lo ha convertido en una de las personalidades más interesantes e inagotables de la industria.
Es innegable el impacto que tuvo The White Stripes a inicios de la década de los 2000. La banda que creó Jack con Meg, su supuesta hermana, quien en realidad era su esposa (después exesposa), fue una de las más icónicas y representativas del género en una época en la que el rock se había alejado de los reflectores, trayendo de vuelta ese sonido crudo y poderoso, característico de la ciudad de nacimiento de White.
Desde 1999 hasta 2007, la banda lanzó seis álbumes de estudio. Con canciones como ‘Seven Nation Army’ –que ha llegado a ser tan grande que aficiones enteras la han coreado en estadios deportivos–, ‘Fell In Love With A Girl’, ‘Ball and Biscuit’ y muchas más, el dúo dejó un legado importante para futuras generaciones. El riff de la canción que abre su disco Elephant está cercano al de ‘Satisfaction’ de los Rolling Stones, como uno de los más populares e identificables de la historia; se ha convertido en un himno.
Pero el genio de White va mucho más allá de eso. Y por si fuera poco, de The White Stripes, Jack ha formado parte de otras bandas importantes, y ha colaborado con los músicos más grandes del género. En The Death Weather se unió a Alison Mosshart de The Kills, a Dean Fertita de Queens of the Stone Age y a Jack Lawrence, baterista con el que también comparte banda en The Raconteurs, proyecto del que además forman parte Brendan Benson y Patrick Keeler. Y por si fuera poco, ha consolidado una exitosa carrera como solista.
Con sus diferentes proyectos ha ganado 12 premios Grammy, 33 nominaciones y ha vendido millones de álbumes. Es compositor, productor, guitarrista, empresario, amante ferviente del vinilo e incluso diseñador y restaurador de muebles.
En 2001, Jack White creó su propia compañía discográfica, Third Man Records. En 2009 abrió la sucursal de Nashville, su lugar actual de residencia, y en 2017 estableció su propia planta para prensado de vinilos, presentando en 2021, una sucursal en Londres. White ha hecho de Third Man un paraíso para los amantes de la música, especialmente en vinilo. Además de tener sus oficinas, una tienda de discos, un estudio de fotos, un estudio de masterización y un lugar para imprimir grandes cantidades y variedades de vinilos, el lugar alberga varias joyas y antigüedades que White ha logrado recolectar con el tiempo.
Una de las más destacadas es la cabina que se asemeja a cualquier photo booth, pero que graba directamente en discos de acetato, fabricada en 1947. Los visitantes pueden entrar y grabar hasta dos minutos de audio. El íntimo escenario del lugar, que ha sido visitado por músicos como Billie Eilish, The Hives y Pearl Jam, entre muchos otros, también tiene la capacidad de grabar directamente en ese formato de alta calidad. Third Man Records se ha vuelto un destino obligatorio en una de las ciudades más importantes para la música en Estados Unidos.
El catálogo de TMR es sumamente amplio, e incluye reediciones de antiguas grabaciones de blues, material de los distintos proyectos de White, música de bandas reconocidas de la escena de Detroit, las sesiones grabadas ahí mismo o cualquier sonido que White y su equipo busquen preservar. Un ejemplo reciente es el lanzamiento de Camille, un álbum inédito de Prince grabado en 1986, que llegará oficialmente al público por primera vez gracias a la compañía discográfica. “Finalmente lo publicaremos. El equipo de Prince estuvo de acuerdo, casi con mucha facilidad”, dijo Ben Blackwell, cofundador de Third Man, en una entrevista.
White se encuentra “en una campaña de un solo hombre” para que las grandes disqueras vuelvan a producir vinilos, esto debido a la alta demanda que se ha presentado en los últimos años; así nos lo dijo desde su hogar en Nashville, en una entrevista exclusiva para Rolling Stone en Español: “Es hora de que los grandes sellos, Warner, Universal y Sony, construyan sus propias plantas de prensado. Ya es suficiente, ya no es una moda, esto es real y tienen que contribuir. No sería ningún esfuerzo significativo para ellos. Son empresas de miles millones de dólares, pueden gastar unos cuantos y hacer plantas de prensado geniales. Voy a intentar seguir insistiendo en eso todo el año”.
“Me preocupo un poco cuando una canción se me da muy fácilmente. Siento que si es fácil no es lo suficientemente buena o interesante, así que intento exigirme un poco más”.
Como parte de esta campaña que menciona, el artista compartió recientemente un video en redes sociales en el que públicamente llama a estas compañías a construir sus propias plantas de prensado de discos, debido a la enorme demanda. “He hecho todo lo que estaba a mi alcance para ayudar”, dice en el mensaje.
“Third Man Records comenzó un enfoque concentrado en vinilo en 2009 con la esperanza de exponer su potencial más amplio a los confines más lejanos de la industria de la música. En 2017, amplié mi compromiso al abrir Third Man Pressing, una planta que siempre ha estado abierta para cualquiera que quiera imprimir un disco, desde artistas de hip hop pequeños hasta documentalistas. Y en el último año, dupliqué mis esfuerzos e invertí en aún más prensas de discos, más empleados para operarlas y más turnos para tratar de satisfacer la creciente demanda de productos de vinilo”.
La creciente demanda del formato de vinilo, sumada a la actual escasez de materiales para fabricarlos, han provocado que las plantas no den abasto y se produzcan retrasos de meses y meses en las entregas. “A largo plazo, en últimas instancias, perjudica a todos los involucrados en el ecosistema del vinilo por los cuellos de botella y las demoras. Algo se tiene que hacer”, dice en el comunicado. “Una pequeña banda de punk no puede obtener sus álbumes hasta en ocho o diez meses”.
Jack White quería lanzar sus próximos dos álbumes el mismo día: Fear of the Dawn y Entering Heaven Alive, pero gracias a la demanda de discos en ese formato, ni él mismo cree poder lograrlo. “No hay manera de que podamos prensar esa cantidad de vinilo para dos álbumes diferentes y tenerlos el mismo día. No hay manera, especialmente en 2022, donde la demanda es gigantesca. Es decir, tenemos una planta de prensado y no podríamos hacerlo. Así de grande es la situación ahora mismo”.
Durante la pandemia se tomó un rato alejado del estudio y su guitarra para concentrar sus esfuerzos creativos en otras disciplinas, como la creación y restauración de muebles, algo que ha hecho desde joven. También se enfocó en hacer posible la apertura de Third Man Records en Londres, pero sobre todo, se concentró en encontrar una nueva perspectiva sobre la vida. “Me propuse a mí mismo que, sin importar cuánto durara, saldría con un escenario totalmente diferente para ver la vida”, dijo Jack White durante otra entrevista reciente.
Hasta el año pasado retomó su guitarra y su pluma, y “fue un proceso increíble”, dice Jack emocionado. “Cuando llegó el 2021, empecé a escribir algunas canciones de nuevo y así floreció mucho material. Estalló el dique, empezaron a nacer todas estas canciones, y me dio mucho gusto grabarlas. Había muchas canciones fluyendo. Ya cuando tenía como 15 o 20 canciones me di cuenta de que no era un solo álbum, empezó a verse como dos discos, o uno doble. No sabía qué hacer, pero pienso que a la gente ya no le gustan mucho los álbumes dobles, así que no quería hacer eso. Fue ahí cuando se me ocurrió que podría sacar dos álbumes el mismo día, pero eso no fue posible al final”.
Fue así como, sin darse cuenta, empezó a colocar las canciones tranquilas y emocionales en una lista de reproducción, y las canciones más pesadas en otra. “Se iba cada una a su propia caja, así que creo que los temas de cada álbum se escogieron solos, ni siquiera tuve que razonarlo mucho”, recuerda. “Es mejor escuchar a la canción y que ella misma te diga en dónde quiere estar”.
En cuanto a la temática de sus nuevas canciones, Jack admite que hubo algunos conceptos que dieron vueltas en su mente durante la creación de estos nuevos materiales. “No culparía a alguien si pensara que Fear of the Dawn es un álbum conceptual”, dice. “Hay muchas temáticas, como la luna, el atardecer, el amanecer, la oscuridad… hay tantas cosas que toca el álbum, definitivamente hay un hilo ahí, no puedo aparentar que me senté y lo planeé como un álbum conceptual, pero estos temas seguían apareciendo en mi cabeza mientras lo creaba, podría entender que alguien viera el material como un álbum conceptual”.
Además, los dos discos tienen algunos guiños que expresan que todas estas canciones fueron creadas durante la misma etapa de su vida; “Existen algunas decisiones que tomé para relacionar los dos álbumes, como llamar las canciones de manera similar en cada disco para mostrar a la gente que todo esto está escrito en el mismo periodo de tiempo, la más obvia sería ‘Taking Me Back’ y ‘Taking Me Back (Gently)’”, señala.
“Me preocupo un poco cuando una canción se me da muy fácilmente”: Jack White
Esta es una frase que describe perfectamente la manera de abordar su música y su trabajo. Constantemente busca retos para mantenerse en el punto de exigencia creativa más alto. “Siento que si es fácil no es lo suficientemente buena o interesante, así que intento exigirme un poco más. A veces forzarme a ver otros ángulos es una buena idea, y a veces es una muy mala idea. No sé qué canciones se dieron más fácil, si las de Fear of the Dawn o las de Entering Heaven Alive, diría que todas fueron igualmente difíciles”.
Esto se remonta hasta sus épocas de The White Stripes. En el documental Under Great White Northern Light, el músico ofrece una mirada hacia sus maneras de restringirse para forzar su creatividad. “No todos los días vas a despertar, las nubes se van a apartar y ese rayo de luz te va a iluminar para que escribas una canción sobre eso, a veces te tienes que forzar a trabajar, y tal vez va a nacer algo bueno”, dice el músico en la cinta, dando algunos ejemplos sobre las técnicas que usa desde ese entonces para no caer en su zona de confort, como solo reservar algunos días limitados en el estudio. “Las fechas límite te hacen creativo, si tienes todo el tiempo del mundo para crear algo y tienes todo a la mano, eso mata la creatividad”, agrega White. “Es importante hacerlo, cuando sales a tocar y todo está planeado y organizado perfectamente, nada pasará, saldrás y harás algo aburrido, eso siempre ha sido importante para The White Stripes, las limitaciones que nos obligan a crear”.
Otra práctica que con el tiempo se ha vuelto reconocida es la de tocar sin un setlist, algo que White sigue haciendo hasta la fecha. “Me encanta, porque es peligroso y te hace sentir vivo. A veces quiero tener un letrero hacia el público que diga ‘no planeamos lo que está sucediendo’, porque muchas veces la gente no sabe que lo que está pasando, no es algo que planeamos o ensayamos. Creen que todo está programado y organizado así, pero es algo que se está dando en el momento. Creo que por eso es mejor tocar así”, nos dice Jack, quien además durante sus presentaciones ha prohibido el uso de teléfonos móviles, lo que hace que la gente viva en el momento, llevando sus conciertos a otro nivel.
Cuando The Raconteurs salió de gira para promocionar su más reciente material, Help Us Stranger, también tuvimos oportunidad de platicar con White, junto con su compañero y mancuerna creativa en la banda, Brendan Benson. En esa ocasión, algo que mencionó Jack nos llamó mucho la atención: “A veces, cuando estoy colaborando con alguno de mis proyectos, les digo que tengo una canción preparada, pero en realidad la estoy inventando en el momento, esa presión de que los demás crean que es algo que escribí con tiempo hace que nazcan cosas muy interesantes”, dijo Jack, otra prueba de que al exigirse y ponerse retos, la música llega a él.
“Uno de los músicos que están haciendo cosas más interesantes con la guitarra eléctrica es Jack White”, dijo Tom Morello a Rolling Stone, uno de los grandes referentes e innovadores del instrumento en el rock, durante una plática el año pasado. Jack White se ha ganado el respeto de las mayores figuras de la música contemporánea. No es cualquier cosa que el documental It Might Get Loud explore su carrera junto a The Edge, de U2, y Jimmy Page, de Led Zeppelin; el simple hecho de ser mencionado junto a ellos es un gran logro.
White también ha compartido escenario con los más grandes, una de sus grandes presentaciones es la que hace junto a los Stones en Shine A Light, cinta de Martin Scorsese, en la que invitan a Jack a tocar ‘Loving Cup’ en el Teatro Beacon de Nueva York. El listado de sus colaboraciones sería tan extenso como abrumador. La pasión y ética de trabajo de Jack White son infinitos. Sus dos próximos lanzamientos discográficos, su legado en la música contemporánea con himnos como el ya inmortal ‘Seven Nation Army’, sus esfuerzos para que las discográficas se sumen a la producción de música en vinilo en un contexto de altísima demanda, y todo lo que hace para mantener la música que le gusta viva, lo demuestran.