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La Odisea punk funk de Arcade Fire

La banda de Montreal abarca desde Nueva York hasta Jamaica y Haití para ‘Reflektor’

abril 14, 2021

Eric Kayne

EXTRAÍDO DE RS126, NOVIEMBRE 2013

En 2011, ya casi al final de la gira mundial de Arcade Fire por el impactante ganador del Álbum del Año The Suburbs, los integrantes necesitaban un cambio. Viajaron a Haití devastado por el terremoto, donde los padres de la cantante Régine Chassagne crecieron, visitaron hospitales e hicieron un show en la remota villa de Cange. “Nos cambió la vida”, dice el esposo de Chassagne, el vocalista Win Butler. El siguiente año, regresaron para el Carnaval Anual de Port-au-Prince. “Hay gente disfrazada de esclavos con cadenas y aceite negro de motor en la cara”, comenta Butler. “Hay dragones que exhalan fuego lanzándolo de verdad a la audiencia y todo el mundo intenta esconderse. Usando máscaras y bailando, sentí disminuir la ruptura entre el espíritu y el cuerpo. Realmente puedes llegar a sentir la grieta al estar en una banda de rock”.

Los viajes encendieron la chispa de lo que sería Reflektor, el cuarto álbum de Arcade Fire, un sudoroso y épico disco doble. Para el verano, tenían poco más de 60 canciones, escritas durante más de dos años en estudios y espacios temporales en Montreal, Nueva York, Louisiana y Jamaica. Reflektor afila los clásicos himnos que hacen temblar coliseos de la banda con dub reggae, ritmos punk funkal estilo The Clash y el ritmo ochentero de sintetizadores. Hay imágenes de los recorridos por el carnaval que se reflejan en el álbum, especialmente en la escalofriante “Here Comes the Night Time” (que aparece dos veces con diferentes arreglos). “Se me abrieron las puertas hacia una nueva influencia”, comenta Butler respecto a la música haitiana. “Probablemente Bob Marley se sintió de la misma forma cuando escuchó a Curtis Mayfield”.

El tema que da el nombre al disco, presenta congas furiosas, fríos sintetizadores y coros a todo pulmón, se convirtió en una misión de declaración para el álbum. “Al principio dije: ‘Congas, en estos días, ¿de verdad?’” dice Markus Dravs, colaborador de hace tiempo quien coprodujo el disco con el líder de LCD Soundsystem, James Murphy. “La última vez que utilicé congas fue, creo que en un remix que hice a finales de los años noventa”. David Bowie ­–fan y amigo de la banda– pasó a tomar el té una tarde durante una de las sesiones de mezcla en Nueva York y le gustó tanto la canción, que agregó algunas voces.

Con docenas de canciones escritas, la banda viajó a Jamaica en junio del 2012 y conoció a Chris Blackwell, el fundador de Island Records que firmó a Bob Marley y a U2. “Él es probablemente el tipo más interesante con quien hablar de música”, dice Butler. Los miembros de la banda rentaron el Castillo Trident; un blanco palacio estilo Disney a escala completa en el mar, construido por una excéntrica baronesa alemana en 1971 en el precioso y selvático Port Antonio. Instalaron un estudio en la recámara principal y experimentaron con ritmos dub reggae. “Había un número limitado de instrumentos”, dice Dravs. “Pero una gran cantidad de inspiración”.

Uno de los temas hechos en  Jamaica –“Normal Person” al estilo stomper– fue inspirado por un hotel de paso que Butler y Chassagne visitaron, que era administrado por una pareja Británica. “La señora dijo: ‘Oh, ¿no estás en una de esas banda raras? ¿Ustedes son gente normal, verdad?’”, cuenta Butler. “Era extraño porque ellos eran gente anormal en el contexto jamaiquino”.

De regreso en Estados Unidos, Murphy y Dravs, más dos ingenieros, sacaron varias mezclas en diversos estudios de Nueva York… Pero la banda se negaba a dejarlo ir. “Sucedió con casi cada canción”, dice Murphy. “Nosotros mezclábamos y la poníamos aparte, y ellos regresaban a Montreal agregaban algo, la cambiaban y la mezclaban otra vez. Fue un proceso bastante ambicioso”.

En abril, Chassagne y Butler tuvieron a su primer hijo. (¿Cómo es la paternidad? “De locos”, dice Butler). El próximo año, Arcade Fire dará inicio a una gira masiva, se unirá el percusionista haitiano que tocó con ellos en la premier de la temporada de Saturday Night Live. “Estoy muy emocionado de escuchar el sonido de la banda en un año, después de haber metido un montón de conciertos bajo el cinturón”, dice Butler. “Realmente nos cambiaron esas experiencias en Haití y Jamaica. Fue como ‘Oh, mierda, podríamos ser realmente buenos. Podemos volvernos buenos en este asunto de la música’”.

Escucha la edición de lujo de Reflektor: