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La isla de Bergman

Más que un homenaje a Bergman, la cinta de la francesa Mia-Hansen-Løve explora la naturaleza del amor

Mia-Hansen-Løve 

/ Tim Roth, Vicki Krieps, Mia Wasikowska, Anders Danielsen Lie

Por  ANDRÉ DIDYME-DÔME

Cortesía de Cine Colombia

En el 2013, los directores Jane Magnusson y Hynek Pallas nos entregaron un precioso documental llamado Trespassing Bergman, el cual parte del siguiente hecho: Bergman, luego de fallecer en el 2007, dejó en su casa ubicada en la isla de Fårö, una gran colección de películas en formato VHS, las cuales veía y calificaba de acuerdo a su gusto.   

Los documentalistas invitaron a algunos de los autores de las películas que coleccionaba Bergman, como Alejandro González Iñárritu, Lars Von Trier, John Landis o Nicholas Wendig Refn, para que desde Fårö, hablaran sobre la influencia e impacto de la obra de Bergman en sus vidas y que lanzaran hipótesis acerca del gusto del director sueco hacia sus propias películas.

La francesa Mia Hansen-Løve, quien a los dieciocho años protagonizó la cinta de Olivier Assayas Finales de agosto, principios de septiembre, y quien luego se convirtiera en crítica de cine para la revista Cahiers du cinema, para terminar impresionando a los críticos como directora de las películas Todo está perdonado, El padre de mis hijos, Adiós al primer amor, Eden, El porvenir y Maya, nos presenta una película que utiliza a Bergman y a la isla de Fårö como pretextos, para hacer un estudio sobre las dinámicas de las relaciones. 

Los detractores de Hansen-Løve tienden a calificar su cine como simplista. Que sus películas aparenten ser cándidas y sencillas, no significa que no posean profundidad y complejidad. Al igual que con Eden, en donde la directora usa la movida de la música electrónica francesa de comienzos del 2000 (conocida como “el toque francés”) para explorar los modos de vida y las actitudes de la juventud francesa del nuevo milenio, en La isla de Bergman, ella toma elementos personales (su amor por el cine de Bergman, su relación sentimental con Assayas) y pone en el contexto de dos historias paralelas (usando la misma estrategia usada por Tom Ford en Animales nocturnos), para hablar sobre la naturaleza del amor. 

En esta cinta, dos cineastas llamados Tony (Tim Roth) y Chris (Vicki Krieps), los cuales constituyen una pareja, visitan Fårö con el propósito de escribir los guiones para sus respectivos proyectos cinematográficos y, a la vez, encontrar inspiración en el lugar donde Bergman escribió y dirigió sus más grandes películas. 

La isla de Bergman cuenta dos historias. La primera es la de la Tony y Chris, y la segunda es “El vestido blanco”, la cual constituye el guion que Chris escribió y que le describe a Tony. En él, Amy (Mia Wasikowska), una cineasta norteamericana llega a una isla para participar de la boda de una amiga. Allí se encuentra con Joseph (Anders Danielsen Lie), un antiguo novio y la pasión se revive, pese a que cada uno ya tiene una pareja establecida. 

Los amantes del cine de Bergman establecerán relaciones entre esta película y Secretos de un matrimonio o Persona (de hecho, ambas cintas se citan aquí de manera explícita). Pero lo cierto es que Mia-Hansen-Løve está interesada en ir más allá de un simple homenaje a uno de los más grandes directores de todos los tiempos para hablarnos de las relaciones humanas, algo que a Bergman le interesó explorar durante toda su carrera. La diferencia radica en que ella lo hace desde una perspectiva femenina, desenfadada y sin tanta solemnidad. 

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