Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente
Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente

La fuerza imparable de Andrés Cepeda

El músico colombiano habla sobre su reciente colaboración con Reik, sus giras en Colombia y América del Norte, y su próximo álbum titulado Decimocuarto

Por  MELISA PARADA BORDA

agosto 23, 2022

Cortesía prensa

Si hablamos de artistas colombianos con carreras prolíficas, constantes y versátiles, no poner de ejemplo a Andrés Cepeda sería un error abismal. Cada semana el músico puede estar trabajando en por lo menos tres proyectos importantes a la vez, con altas probabilidades de que cada uno de ellos termine por ser una maravilla. Tan solo en el último año publicó su álbum en vivo Guitarra y voz, presentó su colaboración soñada con Reik en ‘Tu despertador’, grabó dos programas de televisión, anunció las giras Me importas Tour (Colombia) y La ruta púrpura (Norteamérica), y se está preparando para el lanzamiento de su siguiente LP, Decimocuarto.

En ROLLING STONE nos encanta su elocuencia y amabilidad, por eso en medio del terrible tráfico de Bogotá le preguntamos en qué anda por estos días, cómo van sus planes de volver a hacer rock y cuál es la magia del teatro.

¿Qué era eso especial que te llamaba la atención de Reik?

Para empezar, soy fan del proyecto de ellos desde hace mucho tiempo. Me siento muy afín a su posición frente al pop, se me hace que son un gran referente del pop mexicano y latino, y vengo siguiéndoles la pista hace muchos años. En todo este tiempo no habíamos tenido oportunidad de conocernos, hasta que nos conocimos con Jesús [Navarro] trabajando en el set de La Voz Kids. Nos hicimos amigos rapidísimo, teníamos una cantidad de referentes musicales en común, un norte artístico similar, entonces esto hizo que la colaboración se diera de manera muy natural y rápida. Siempre estuvo en mi mente poder hacer una colaboración con integrantes de un proyecto que admiro y que me parece que se han destacado no solamente por hacer pop romántico de muy alta factura, sino porque de los artistas pop, son estos de Reik quienes han logrado hacer una fusión muy interesante y digna frente al género urbano. Ellos fueron de los primeros que se atrevieron a hacer ese tipo de fusión y lo han hecho de una manera excelente. A mí eso me parece difícil, me parece que hay que tener una maleabilidad y una capacidad de aprendizaje y conexión con un género como el urbano, y hacer lo que ellos hacen me parece admirable.

La canción fue un éxito inmediato.

¡Sí! Estamos muy contentos. Cuando quisimos enfrentarnos al proyecto, queríamos hacer una canción que tuviera romance y despecho. Fue un proceso muy entretenido y muy grato que pudimos disfrutar, desde un principio, hubo una conexión muy bonita emocionalmente con la idea, con el tema y posteriormente con el resultado. Hemos disfrutado mucho y ahí me encontré con unos aliados que respeto, quiero y admiro y con quienes estamos haciendo planes para seguir haciendo música a futuro y empezar a pisar escenarios juntos. De hecho hay planes para que estemos juntos con mis amigos de Reik ahorita en lo que viene de la gira.

Tu carrera es larguísima y has trabajado junto a Fonseca, Ximena Sariñana y Monsieur Periné, entre otros. ¿Qué te has llevado de estas experiencias?

Ha sido muy interesante. Yo vengo haciendo colaboraciones más frecuentemente desde hace unos cuatro o cinco años, sobre todo con artistas de una generación mucho más joven desde que empezamos con el álbum Trece. La experiencia siempre ha sido muy chévere porque las he entendido como colaboraciones que me permiten hacer un intercambio de conceptos y de ideas. Yo traigo la experiencia que tengo en mi carrera y me refresco con las ideas que tienen estos artistas jóvenes. Es una cosa que me oxigena, me refresca, me permite encontrar nuevas herramientas a la hora de producir, componer e interpretar. Se convierten en unos pequeños talleres del oficio y que estilísticamente me brindan nuevas herramientas. Pienso que es ese elemento, junto con un interés de estar constantemente presentando música, lo que me permite hablar de una carrera larga y una vigencia que si no fuera porque me doy esa oportunidad, quizás no tendría. Se ha convertido en una práctica que al principio me asustaba un poco, pero que hoy en día me interesa mucho mantener porque me permite estar oxigenando mis producciones y mis ideas. Lo he tomado como un ejercicio de aprendizaje que me cuadra mucho.

Claro, al ser una persona tan activa eso debe servirte de impulso.

Por supuesto, se convierte en una gasolina que para mí es importantísima y me genera nuevas inquietudes e ideas. Y si fui capaz de hacer esto y aprendí esto, ¡puedo hacer esto otro también! Eso es una gran motivación para mí.

Ahora en septiembre inicia Me importas Tour, tu próxima gira en Colombia que ya ha agotado varias fechas. ¿Qué significa para ti que el público colombiano te quiera tanto?

¡Es increíble! Es una cosa super gratificante porque como dicen por ahí, “Nadie es profeta en su tierra”, pero logramos que la gente aquí respete y quiera mucho la carrera, y para mí eso es valiosísimo. Un día desayunamos con mi esposa pensando en cómo titular la gira y ella como broma dijo, “Ponle así, ‘Me importas Tour’”, y más allá del chiste, me parece que está buenísimo porque no solamente nos habla de un recorrido, sino que habla de esa relación que tengo con ese público de mi país, una relación muy directa y muy cariñosa. Y a mí sí me interesa mucho que mi público entienda que a mí me importa, que a mí me preocupa que sea feliz con la música que hago. Me gusta llegarles con mis canciones, me interesa cómo perciben la carrera y los shows a los que les tenemos muchísimo cariño y amor en términos de producción, arreglos y dinámica.

¿Por eso decidiste llamar ambas giras de forma diferente?

Sí, quise diferenciarlas porque son distintas en su contenido y forma. Me importas Tour es una gira con un formato gigantesco en arenas grandototas, con una banda gigante, una producción muy completa y muy grandiosa; la otra más intimista, en otro tipo de escenarios que son teatros muy icónicos. Son aforos mucho más pequeños a los que llego con un repertorio un poquito diferente y con un formato distinto en el que le doy más prelación a la parte artística de la filigrana musical. Obviamente canto las canciones pero también me hago acompañar de unos músicos que brillan mucho en el espectáculo. Tiene un sentido cultural más enfocado hacia lo artístico y el preciosismo de cada uno de los arreglitos y de cada una de las personas que está en el escenario.

¿Todavía te pones nervioso cuando te vas a subir a un escenario con un aforo enorme?

Me pasa una cosa curiosa: me producen mucha más ansiedad y nerviosismo los aforos pequeños que la arena gigante o el coliseo. No puedo entender muy bien por qué. Siento que es más anónimo en la masa gigante que ese público al que alcanzas a verle cada gesto, me pone más nervioso eso. Siento que entre más íntimo el concierto, mayor es el compromiso y la exposición aunque sea menos gente la que te ve. Es inversamente proporcional mi nerviosismo. Entre más chiquito el aforo, más culillo.

¿Tiene que ver con eso de que tu escenario soñado siempre fue el teatro?

Sí, a mí el teatro me produce una sensación de mucha magia. A diferencia de otros escenarios, el teatro es una cosa que está diseñada para percibir cada sutileza de una interpretación. Un teatro es prácticamente un instrumento musical que tú haces resonar por lo que llevas. Tiene además un elemento de performance que la gran arena no tiene; si no es por las pantallas, tú estás viendo una pulguita allá que te canta. Aquí es una cosa muy directa, el flujo de energía que se comparte con el público es mucho más intenso y mucho más directo. En lo otro se alcanza a disipar la gran amplificación, las pantallas gigantescas y todo esto hace que no sea tan personal el contacto. Uno se esfuerza porque lo sea pero al final es un evento masivo entonces no hay ese contacto tan directo y ese compromiso artístico tan real como el que hay en un teatro. Y yo desde chiquito siento, de mis primeras experiencias yendo a ver conciertos o en el colegio haciendo las obras de teatro, que para mí el teatro tiene una magia muy especial y eso es una cosa que todavía me pesa y siento con mucha intensidad.

¿Te acuerdas de cuál fue tu primera presentación en un teatro ya establecido como Andrés Cepeda?

La primera vez que estuve en un teatro haciendo una presentación debía tener unos cuatro o cinco años, era parte del coro y era un arbolito. Pero ya establecido… Mi primera presentación en público abierto, me acuerdo que fue aquí en Bogotá en unas murgas en las que participé primero como solista, pero debía tener unos 12 o 13 años, y después con Poligamia cuando tenía por ahí unos 15 o 16. Las dos fueron en teatros, a mí me parecía que era gigantesco, claro que no eran tan grandes pero me parecía una cosa abrumadora, pero siempre con esa sensación de que era un recinto muy mágico y que había una cosa un poquito inexplicable que era ese encuentro con el público. A mí eso me marcó mucho, me enganchó y me hizo adicto a esa sensación de estar en un escenario. Rico estar en el estudio, buenísimo grabar canciones, pero el hecho de estar en un escenario es lo que a mí me atrapó y me hizo seguir esta carrera.

Ahora estás alistando el lanzamiento de tu próximo álbum de estudio, me gustaría que me contaras más de Decimocuarto.

El disco sale completo en octubre, es un álbum de 12 canciones. El 60% o 70% son colaboraciones, hay canciones en solista también. Es un álbum de un sonido muy pop, hay baladas, hay música un poquito tirando hacia el pop rock, hay una mezcla de fusión con música latina y pop. Tengo una serie de invitados bien interesantes, es un disco que se ha hecho con la participación de diferentes productores. En ese orden de ideas, es una prolongación de lo que fue el álbum anterior, siento que han sido parte del mismo proceso, que han tenido un método similar, por eso los he querido bautizar con números que tienen que ver con los discos que he publicado desde el estudio. Tengo ese juego con los números porque pienso que están muy emparentados y hacen parte de la misma etapa artística. Pienso lanzarlo en octubre, sin embargo, ya estoy haciendo en mis conciertos anticipos de canciones de ese álbum.

¿Cómo vas con tu plan de volver a hacer rock?

Un poquito colgado, no he podido realizar todo lo que quiero. Acabo de hacer una canción rockera, aproveché un espacio que me dieron para participar en la banda sonora de una película y escribí una canción que se llama ‘¿Qué corre por tus venas?’, ahí me doy un poquito de licencia de volver a explorar estos sonidos. Pero es algo que tengo debajo de la manga y estoy todavía tratando de reclutar a mis cómplices de turno para poder hacer esto a una escala un poquito mayor y de pronto presentar un álbum así. Ya estoy dando las primeras puntadas para lograr hacerlo.

Debe ser muy interesante escucharte hacer algo un poco más pesado luego de tantos años dedicándote a la canción romántica.

Sí, es algo que me sueño hacer. Quiero regresar un poquito a la época de Poligamia y de La Banda del Gusano, que era un experimento bastante rockero. Me gustaría regresar un poquito a ese sonido, creo que me merezco darme ese gusto después de tantos años de carrera. Volver a algo que aún vive dentro de mí, que pulsa en mi pecho y que no le he dado la oportunidad hace rato de hacerlo. Es algo que espero de mí mismo.

Tú eres una máquina para componer y para hacer proyectos en general, ¿cómo lo logras?

No sé, tengo esta sensación de que la vida es cortica, de que la oportunidad de hacer música es un privilegio y que hay que aprovechar la oportunidad de ser escuchado, de poder grabar, de poder convocar artistas y músicos para que me apoyen. Siento que no hacerlo es un pecado muy grande, hay que aprovechar cada minuto y oportunidad para hacer proyectos nuevos. Siento que el tiempo pasa muy rápido y hay que aprovecharlo.

CONTENIDO RELACIONADO