La fiesta de Esteman, y un año de caótica alegría

En medio de las adversidades y la autogestión, el proyecto del músico bogotano brilla con alegría y pasión

Por  IGNACIO MAYORGA ALZATE

septiembre 7, 2016

Cortesía

Solo a un personaje tan particular como a Esteman se le ocurriría empezar una celebración de vida —el nacimiento de su segundo álbum de estudio, Caótica belleza— con una canción sobre la muerte. Después de una teatral introducción con máscaras, juegos de luces y coreografías, el bogotano y su banda abrieron su concierto en el Julio Mario Santodomingo el 23 de septiembre de 2015 con Los que fueron, un tema que reflexiona de una manera muy humana sobre la inevitable finitud de nuestros días. Sin embargo, como todo con el proyecto de este artista, cualquier tema es una excusa para cantarle a la vida, al amor y a las historias que construyen recuerdos. A casi un año del lanzamiento de su disco, el cantante bogotano reflexiona sobre este primer ciclo de su segunda larga duración, un recorrido lleno de colaboraciones, aprendizaje, alegría y color. 

“Para mí la lección más grande es crear una conexión con mi banda y conmigo mismo para que, cada vez que me suba un escenario, pueda compartir más con la gente”, explica. “No hay nada más bonito que ese momento en que tú estás desnudo del alma y la gente te está oyendo y te está viendo como lo que eres. Eso lo sentí en esta gira: ese momento en que tú estás de frente y la gente está cantando a grito herido o aplaudiendo efusivamente porque se conectó contigo”. Esto es cierto y posible gracias al apoyo de una familia, su banda y sus fans, que se ha venido cimentando con fuerza a través del contacto con su público y el aprendizaje del trabajo en equipo, oportunidades que le han permitido encontrar la forma de crear magia desde la independencia, la autogestión y el esfuerzo apasionado que ha caracterizado su carrera musical. Auxiliado por su banda y siempre acompañado por Nicolás Mateus, el hermano y mano derecha en los asuntos administrativos, producción y composición, Esteman ha crecido enormemente en este último año. 

Tras la presentación de su disco en Medellín y Bogotá, se desplazó a México con su banda para una corta gira en compañía de Pedrina y Río, banda aliada en muchas de las aventuras del bogotano, con la que se ha creado una cálida colaboración desde el principio. “Cuando conocí a Pedrina y Río, me encantó. Nos volvimos muy amigos. Cuando hay una amistad de por medio pasan cosas aún más grandes”, dice con una sonrisa. “Con Edna desde la primera vez que cantamos en vivo hubo una conexión súper especial. Entonces ahí han pasado varias cosas. Esta gira en México fue muy chévere. Ambos teníamos un disco recién estrenado y ya mucha gente se sabía todas las canciones”. Y es que México se ha convertido en un segundo hogar para el cantante: en Caótica belleza cantan Natalia Lafourcade y Carla Morrison (a quien Pedrina toma el relevo durante las presentaciones locales con el sencillo Adelante) y, cada vez más existe un lazo colaborativo entre Esteman y la escena musical mexicana. Por esta razón, durante las recientes presentaciones de Lafourcade, Venegas y Ximena Sariñana en Bogotá, el cantante estuvo acompañándolas en el escenario a petición de ellas. 

El tema de las colaboraciones es clave para entender el éxito del proyecto de Esteman. Curiosamente el equilibrio ha venido construyéndose por una siempre presente contraparte femenina: su primer disco presentaba duetos con Andrea Echeverri y Catalina García (Monsieur Periné) y, de los cinco dúos de su último álbum, cuatro son interpretados con mujeres. “A mí me fluye mucho. Cantar con mujeres y tener mujeres en mi banda equilibra mi proyecto”, explica el músico. “También se ha vuelto un tema como de declaración por mi parte: en mi forma de pensar siempre he sido feminista y quiero hablar de este tema mucho más”. 

Conforme iniciaba el 2016, la banda presentó Baila, un poderoso sencillo radial (y sin embargo con la indiscutible estampa personal de Esteman) que puso a resonar Caótica belleza de manera inmediata debido, en parte, a su exitosa campaña de redes que encontró a artistas locales e internacionales danzando a su manera la funkera melodía de la canción. A pesar de que Esteman no ha sido un artista que se haya movido mucho por la radio, la alegre composición encontró un lugar representativo en este tipo de medios debido a su pegadiza melodía y su carácter fiestero. Con un video deliberadamente coreográfico, filmado en Medellín, donde su popularidad es cada vez mayor, el sencillo se convirtió en una de las canciones más conocidas de la banda y en uno de los momentos más emotivos de su show en vivo. 

Aunque la gira tuvo algunos tropiezos en sus 12 meses de presentaciones continuas —quizás el más importante se presentó cuando el terremoto en Guayaquil impidió su presentación a dos horas de uno de sus primeros conciertos en el país hermano—, lo importante han sido los aprendizajes que quedan de estas vivencias. El rito de paso de Esteman y la Esteband de bares pequeños a teatros llenos y la consagración del quinteto en plazas distintas a las acostumbradas (conciertos en ciudades intermedias donde muchas veces los artistas ni siquiera intentan llegar) le han demostrado que la importancia de su declaración nace de la honestidad con la que transmite sus sensaciones al público, cada vez mayor y diverso.
La experiencia de producción de sus propios eventos ha llevado a la banda a reflexionar en torno a la infraestructura existente para la realización de conciertos en el país y ha permitido que el show crezca cada vez más en recursos técnicos y dramáticos —máscaras, luminotecnia y multimedia— sin descuidar nunca su pulida esencia musical, que es lo que prima sobre todo en sus presentaciones. Recientemente Esteman lanzó Caótica belleza en México, acompañado por las voces que se le unieron en el disco desde tierras aztecas; Lafourcade y Morrison hacen parte ya de esta creciente familia. La familia de Esteman ha entendido en esta vuelta al sol que el valor de su proyecto es solo tan fuerte como los lazos que logra establecer, entre ellos mismos y entre su audiencia. Quizás todos podemos aprender un poco de su experiencia.

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