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La experiencia americana de Kevin Johansen

El cantautor estará presentándose en Colombia como parte de la gira de promoción de su octavo álbum de estudio, Mis Américas Vol ½

Por  IGNACIO MAYORGA ALZATE

septiembre 8, 2016

Cortesía

Kevin Johansen regresa a Colombia con su octava producción discográfica, un compilado de trece temas titulado Mis Américas Vol. ½. “El discofue grabado entre Buenos Aires, Nueva York y Rio de Janeiro entre el año pasado y principios de este con Matías Cella, gran parcero y productor y amigo, con el que ya habíamos trabajado en Logo, City Zen y Bi”, dice el cantautor.Y bueno, él trabaja mucho con [Jorge] Drexler y muchos artistas latinoamericanos y me arengaba a ir por distintas ciudades. Desembocamos en Buenos Aires en que junto con The Nada hicimos el cierre del disco y la mayoría de los temas. Allí también estuve con Cachorro López y los invitados que ahí están indicados”. El disco, que incluye como portada una fotografía del legendario baterista argentino Enrique “el Zurdo” Roizner estrenó este año en todo el continente y recoge las experiencias sonoras que ha venido recolectando Johansen durante los quince años que lleva girando con su banda The Nada. Los ritmos brasileros convergen con el folclor de América Latina y es un justo homenaje a un territorio que ha nutrido desde siempre el proyecto del músico que, con un pie en la herencia de su padre norteamericano y otro anclado en la fuerte herencia suramericana de su madre, logra crear un tejido de influencias en que cada hilo representa un color sonoro propio. La sola ambigüedad de la caratula logra representar esa pluralidad sonora de la música de Johansen que lo ha convertido en una de las apuestas de más largo aliento de la nueva música argentina. “En la tapa está el “Zurdo” Roizner que es nuestro emblema, nuestra bandera, nuestro hombre de la batería que tiene unos 70 y pico de años y quedó ahí como un indio comanche, o tehuelche, no sabemos, pero representó bien a la tapa”, dice el polifacético artista.

Con un formato más reducido con relación a los extensos esfuerzos de producciones anteriores, Mis Américas encuentra a un Johansen igual de prolífico pero mucho más contenido. “Creo que Bi fue la última vez que me pasó que tenía realmente muchas ganas de poner muchos temas en los discos”, dice sonriendo el cantante. “Siempre menciono que más que artista de culto fui muchos años artista oculto, entonces se me debe haber juntado material en los noventa en Nueva York y, como soy bastante prolífico en ideas, no en terminar canciones sino en ideas, se me van juntando todas, y los anteriores discos eran como de 19 o 20 tracks, desde el Logo o el City Zen. El disco doble Bi también es buen ejemplo de insaciabilidad artística. Esta vez me calmé y lo mantuve como el primer disco: 13 tracks y creo que me fue bastante bien”.

Este último esfuerzo de estudio, lleno de colaboraciones, abre con un tema en que participa, de manera muy natural, la propia hija del músico, Miranda, de 19 años. Además, son participes del álbum sus otros hijos Kim (de 12) y Tom (de 8). Al respecto, comenta el músico: “No hay una línea trazada. Escuchan que el viejo está tocando en la sala de la casa y te dicen ‘Uy, qué lindo’ o te tararean una melodía de alguna canción y la transición de casa al estudio es muy natural. ‘Esa canción que te gustaba, vamos a cantarla’.Entonces es muy orgánico el proceso con los hijos. Obviamente lo disfruto muchísimo pero también lo veo con mucha naturalidad, no es nada que me parezca extraordinario. Después lo miro desde afuera y digo ‘Ah, claro, es especial’ [risas]. Sobre todo se te cae un poco la baba cuando compañeros como Javi Casallas [de Bajofondo] dicen ‘¿Quién es la voz? Está buenísima. La canción está buenísima y la chica que canta genial’. Ahí sí me pongo un poco padre orgulloso. Pero bien, todo salió muy bien”.

Dentro de las trece composiciones nuevas, en que Johansen intercala el castellano con el inglés e incluso el portugués, destacan dos cortes que resuenan cerquita a los oyentes colombianos: un homenaje a Barranquilla, ciudad a la que fue invitado el músico en el marco del Carnaval de las artes –Oh, What a Waist (pero qué cintura)– y La Bach-Chata, un homenaje dedicado al fallecido Daniel Rabinovich de Les Luthiers en que uno de sus compañeros sobrevivientes Marcos Mundstock hace la introducción, como si se tratara de una de las composiciones del ficticio compositor Johan Sebastian Mastropiero.

Oh What a Waist (pero qué cintura) tiene que ver con la experiencia maravillosa de hace un par de años de haber ido y sentir la energía maravillosa de un lugar, la alegría de la gente que estaba allí recibiéndonos, la eterna sensación que tengo de sentirme como un turista desprevenido en algún lugar y a la vez, como no soy fóbico, me gusta zambullirme y meterme con la gente y sentir esa devolución, ese ida y vuelta que fue muy bonito. Así que no pude sino hacer un homenaje a ese momento vivido. Así de simple”, explica el cantante sobre la canción dedicada a la Hermosa. Mientras que, sobre el tema dedicado a Rabinovich comenta: “Mirá siempre digo que cuando llegue a la Argentina con doce años debo haber escuchado a los chicos cantar en los recreos canciones de Charly García, Spinetta y el rock argentino de la época y mi madre me habrá llevado al teatro a los trece años a escuchar a Les Luthiers. Así es que escuché a Charly García, Spinetta y Les Luthiers. Esa es mi influencia argentina de esa época. Y escuchaba esa forma desgenerada que tienen Les Luthiers de pasar de Bach, algo clásico, barroco, a una cumbia o de un fox trot a algo rockero, entonces dije ‘Guau, acá hay algo’. Son como los Frank Zappa latinoamericanos. Años después, se me había olvidado, les dediqué a ellos la canción Oops de City Zen y, en un avión, me agarra del brazo Daniel Rabinovich y me dice ‘Gracias por la dedicatoria’ y claro, me acordé. Me dice ‘Veníte al camarín y te presento al resto de Les Luthiers que les encanta lo que hacés y los conocés’. Y ahí empezó una relación muy bonita con él y con el resto de todos y bueno, la Bach-chata (habladurías) es una forma de agradecerles”.

Johansen estará presentando estas canciones, junto con los otros cortes de Mis Américas Vol. ½, en dos fechas en Colombia (Medellín el 8 de septiembre y Bogotá el 9) antes de retornar a Argentina y seguir rodando por todo el continente.

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