A unas pocas canciones después de darle play al nuevo álbum de Kings of Leon, el frontman Caleb Followill hace una pregunta incómoda: “¿Todavía nos estamos divirtiendo?”. La respuesta es sí, pero quizás en un modo que no esperarías. Dos décadas después de que la agrupación de Tennessee publicó su aclamado LP debut, Youth & Young Manhood, su novena placa discográfica es como un nuevo comienzo. Es el sonido de unos músicos veteranos que están en búsqueda de una respuesta a medida que ofrecen su clásico sonido arena rock que aquí suena sorprendentemente brillante y pulido. Luego de su introspectivo disco de 2021, When You See Yourself, la banda pidió la ayuda del productor ganador de Grammys Kid Harpoon, quien probablemente es mejor conocido por su trabajo en Harry’s House de Harry Styles y Surrender de Maggie Rogers.
Grabado en Nashville, Can We Please Have Fun le da la bienvenida a mejores tiempos con algunos giros inesperados a nivel sonoro. La canción que abre el álbum, ‘Ballerina Radio’, se desenvuelve entre sintetizadores centelleantes mientras Followill canta, “Lo sé, soy un masoquista”, acompañado de una energía de britpop y el sonido de unos carillones de viento al fondo. El grupo entra directamente en territorio Joy Division en ‘Rainbow Ball’, la cual posee una pulsante línea de bajo que se percibe detrás de la voz del cantante.
‘Nowhere to Run’ es un hit descomplicado y dinámico que posee una línea funk de bajo que danza debajo de letras punzantes como, “Presento mi caso y espero la gracia/Toma mi lugar/Hay una guerra afuera/Deberíamos drogarnos y despedirnos con un beso”. El siguiente tema es el enérgico sencillo principal, ‘Mustang’, un típico clásico de Kings of Leon divertido y acelerado que rememora sus inicios en Nashville. La agrupación también abre campo para la relajación y la fiesta en ‘Hesitation Gen’, un corte estridente de rock & roll que te transporta a sus primeros años con guitarras y percusiones estruendosas que acompañan los conocidos bramidos de Followill. No obstante, estos son solo unos de los pocos momentos de rock pesado que podrás encontrar aquí.
Hace poco, el baterista Nathan Followill dijo que el nuevo proyecto de la banda sería más “vulnerable a nivel musical” que lo que podríamos esperar de KoL. Los músicos reafirmaron tales declaraciones al bajar la intensidad para abrirle paso a unas melodías suaves, beats mid tempo y guitarras delicadas en cortes como ‘Actual Daydream’, o la melancólica balada ‘Split Screen’. La destacada ‘Don’t Stop the Bleeding’ enseña otro lado sensible que el grupo no suele darse el espacio para acoger. Aquí, renuncia a las guitarras escandalosas para darle cabida a una canción minimalista en donde la línea de voz se atenúa un poco y flota sobre una producción impecable y una percusión reducida. Tal parece que, en ocasiones, divertirse no siempre es sinónimo de desenfreno.
El tema con tintes de country, ‘Easy Me On’, transmite una sensación de paz y tranquilidad. Allí, Followill canta, “Sé gentil conmigo/Cuando estés lista, yo también lo estaré”, mientras que el resto de la banda lo acompaña con una tonada acústica. “Siempre en mi mente”, repite el cantante al tiempo que unas guitarras alegres brillan detrás de su gentil canto. El inicio áspero del último corte, ‘Seen’, eventualmente se convierte en un cúmulo abrumador de las armonías de Kings of Leon que se disuelve en un clímax reconfortante. Can We Please Have Fun enseña que este grupo de estrellas de rock no le teme al cambio y está avanzando suavemente hacia cualquiera que sea su siguiente fase.
