“Grabar el nuevo material fue más difícil de lo que nunca había sido”, revela Eirik Bøe acerca del más reciente material discográfico de Kings of Convenience, Peace or Love. Han pasado más de doce años desde que la dupla proveniente de Noruega, Erlend Øye y Eirik Bøe, lanzaron su tercer álbum de estudio bajo el nombre de Declaration of Dependence. Finalmente, Kings of Convenience regresó en junio de 2021 con su cuarta producción discográfica, misma que ha supuesto el reto más grande en su trayectoria.
Cuando Quiet Is The New Loud llegó al mercado en el año 2001, Erlend y Eirik eran dos jóvenes que, con tan sólo un par de guitarras y sus melancólicas voces, lograron causar un gran impacto en Europa. Ahora, como dos figuras consagradas dentro de la industria musical, Erlend y Eirik se han vuelto más exigentes con su trabajo, razón principal por la que Peace or Love tardó tanto en llegar a las plataformas de streaming.
Esta producción comenzó en 2016, y aunque el resultado fue muy satisfactorio para sus creadores, el proceso fue muy complicado. “Tomó mucho ensayo y error antes de llegar a la conclusión de que, lo que lo volvía más difícil, es que nuestros ideales artísticos y musicales habían cambiado y alcanzamos otro nivel de expectativa hacia nuestras interpretaciones”, asegura Eirik a través de la pantalla. “No era tan claro para nosotros qué había cambiado, pero después de unos años en el estudio (entre 2016 y 2018) grabando una y otra y otra vez, llegamos al punto en que nos dimos cuenta de que, lo que hacía falta en estas grabaciones, era una cierta presencia personal y calidad emocional o cierta pequeña cosa mágica que no podíamos crear solamente tocando todo técnicamente bien”.
El músico también reitera la gran diferencia que existe entre el Kings of Convenience de 2001 y el de 20 años después. “Somos más conscientes de lo que en verdad queremos. Nuestra visión artística se volvió clara, y no había sido tan clara en el pasado, teníamos conceptos muy ásperos, por ejemplo, en Quiet is the New Loud, tenemos instrumentos acústicos, dos guitarras y dos voces, ese es el concepto con el que iniciamos y es un dogma muy básico, una idea muy simple. Durante Peace or Love, comenzamos a volvernos más maduros como músicos, diría yo”.
Eirik admite que Kings of Convenience no es un proyecto que se destaque por una gran complejidad, de hecho, define como “un poco torpe” el proceso de creación de la dupla, puesto que ninguno de los dos es un músico estudiado. Por el contrario, la particularidad de Kings of Convenience yace en las emociones que transmite con tan pocos elementos, volviéndolo un proyecto íntimo y poderosamente humano. Esta es la razón por la que Peace or Love tardó tanto en aparecer, por el enorme esfuerzo que supuso transmitir de la manera más directa posible un sentimiento.
“Digamos, por ejemplo, que tenemos diez tomas del tema ‘Comb my Hair’”, comenta Eirik. “Para el final del proceso, estábamos muy entrenados en elegir la mejor toma, elegimos la toma que tuviera más impacto emocional. Cuando volvíamos a escuchar la canción y sentíamos que había un pequeño momento de magia, algo que es difícil de señalar, pero tiene esa sensación de que algo especial está sucediendo ahí”.
Parte de la experiencia de grabar Peace or Love fue recopilada en Kings of Convenience: The Documentary, un largometraje disponible en YouTube a cargo de nada menos que Stian Sævig, bajista de la banda también oriunda de Noruega, Kakkmaddafakka. Lo cierto es que ambos proyectos no sólo han consolidado un nuevo movimiento musical en su país natal, sino que también han cosechado una estrecha amistad. ¿Compartirá Kings of Convenience el estudio de grabación con Kakkmaddafakka algún día? Esto dice Eirik al respecto: “He hablado con ‘Pish’ (Axel Vindenes), que es un buen amigo, acerca de una posible colaboración y de hecho participé en un pequeño segmento de su última canción London, de su proyecto como solista. También hay una pequeña secuencia que le ayudé a escribir, así que la colaboración ya está sucediendo. Pish y yo acordamos trabajar juntos más, así que escribiremos más canciones juntos. Incluso estuve en un concierto de Kakkmadafakka, toqué el bajo, así que estuve con ellos por un show”.
Kings of Convenience estuvo fuera del mapa por 12 años, sin embargo, cuando su regreso se hizo oficial con el sencillo ‘Rocky Trail’. A pesar de las mala experiencia que Erlend vivió en 2010 cuándo un fanático le quitó sus gafas en pleno concierto, hay una gran química entre Kings of Convenience y México, al igual que con su proyecto alterno The Whitest Boy Alive que el pasado noviembre brindó tres shows en el país.
Ahora, con la confirmación de tres fechas de Kings of Convenience en México, Eirik comparte más detalles acerca de la relación que existe entre Kings of Convenience y el público mexicano.
“Siempre que recibimos información estadística, por alguna razón parece que México ama Kings of Convenience y ha sido así por muchos años. México es un lugar donde mucha gente entiende y valora nuestra música. Comenzó la primera vez que tocamos ahí, creo que fue en 2006 y esa vez Erlend tocó tanto con Kings of Convenience como con The Whitest Boy Alive y fue un encuentro mágico en el que él descubrió que este país en verdad aprecia lo que él hace. Creo que ahí comenzó y desde entonces ha regresado mucho, ha ido casi cada año desde 2006, yo no he estado tanto ahí, pero México es definitivamente un lugar especial para nosotros”.
Erlend y Eirik comenzarán su paso por México en el festival Bahidorá, mismo que se celebrará el 18, 19 y 20 de febrero en el parque natural Las Estacas, en el estado de Morelos. La dupla viajará el 24 de febrero a la capital del país para brindar un show en el Teatro Ángela Peralta y finalmente, Kings of Convenience interpretará sus más grandes éxitos en el colegio Educare de Guadalajara el 26 de febrero.
Antes de despedirse, Eirik comparte la canción que más significado tiene para él dentro de Peace or Love. “Definitivamente, siento que cada canción que escribo tiene cierta verdad en ella, pero solo por un momento muy corto. Por ejemplo, por cinco segundos de mi vida, el sentimiento de ‘Killers’ fue verdadero, en verdad estaba expresando mi sentimiento interno sobre la vida, por cinco segundos fue una fotografía instantánea de cómo veía y me relacionaba con el mundo. Seguí adelante, y ahora, cuando regreso a la canción, recuerdo lo que sentí en ese momento; ya no soy esa persona pero aún recuerdo el sentimiento que la canción comunica”.
