Han sido varios años durante los que Kevin Morby ha recibido cartas, invitaciones de bodas y fotografías por parte de sus fanáticos, directamente a su buzón de correo. Recientemente, junto al lanzamiento de su sencillo “U.S. Mail”, nuevamente publicó su dirección de correo, invitándolos a compartir su vida con él a través de la oficina de correo de Estados Unidos, como una de las cosas que él más disfruta hacer. Durante noviembre, Morby platicó con Rolling Stone México sobre el tema, el cual forma parte de su reciente álbum, Sundowner.
«Mi (carta) favorita es una que una chica me escribió hace tiempo, en la que decía: ‘Mi novio y yo rompimos y tú siempre fuiste su músico favorito, siempre odié tu música. Me alegro de no tener que escucharte más’. En serio me gustó mucho esa. Nos hicimos buenos amigos”. Sentado en un estudio de madera con guitarras entre los peldaños, y su teclado siempre cerca, una figura de cartón de Elvis Presley tamaño real protegía las palabras de Morby.
No ajeno a los esfuerzos que la industria musical ha tenido que implementar para sobrevivir a lo largo del 2020, Kevin Morby realizó diferentes livestreams que iban rotando entre sus álbumes de estudio. “Tuve que volverme a aprender varias canciones”, confesó. Se adentró en el Internet y advirtió otro tipo de intimidad en sus presentaciones que, mientras no podía distinguir a los escuchas en el momento, permite que estos observen un entorno real de su vida.
Con la misma incertidumbre que demostró este año, Sundowner comenzó a ser escrito en el 2017. Repleto de imágenes diferentes, el proceso creativo de Morby continúa siendo similar: tomando trozos entre todos los ángulos de manera inesperada y dejando que cada canción cobre vida. “Todo es parte del psique (…) es muy circunstancial”, comentó. “Si algo te pega en el lugar correcto y el momento correcto, te inspira. Todo puede influenciar: un cartel, una pequeña plática que escuché al pasar…»
En el caso de Sundowner, divide su narrativa en dos: Mientras entran metáforas bajo el «intento de poner la penumbra de la región centro de E.U.A. —su belleza profunda, aunque no siempre inmediata, (…) en sonido”. Ahora, con cariño, Kevin Morby desenvuelve poco a poco la verdad de sus letras. “La sirena (‘Jaime’) era una amiga mía, era surfista y murió estando en el agua. Así que todos la recordamos así, como una sirena, desde que se fue”.
Tras su regreso a Texas después de vivir durante años en Los Ángeles, explica: “Cuando hablo de un venado muerto junto a la carretera es porque es algo que se ve comúnmente en esta parte de Estados Unidos y te deja con un sentimiento extraordinario siempre. Mis canciones tienen básicamente un gran juego de palabras”.
La segunda narrativa comenzó al mismo tiempo que su relación con Katie Crutchfield, a quien muestra manejando por una carretera vacía en el video de “Wander”. “Quería despejar nuestras vidas cuando escribí el álbum, describirlas bien”, así que video tras video, Katie y Kevin personifican diferentes personajes bajo una grabación al estilo de los años setenta, perfectamente explicando las visiones de Morby. “Creo que hubiera sido agradable vivir en una época sin redes sociales y celulares. Sería más interesante y más poético, como la estética de Badlands”, el filme sirve como su mayor referencia para el contenido audiovisual, debido a su apertura y “belleza natural del país”.
Las cargas emocionales serpentean en sus canciones, a veces recargándose en la música y a veces en la letra, y toman su propia luz mientras él experimenta. Durante algunas de éstas, el artista optó por observar las figuras parentales como ha hecho anteriormente, todavía sintiéndose fascinado por las historias que se vivieron antes de su llegada al mundo. “Creo que es por esto que canto mucho sobre la muerte y sobre otras generaciones. Es hasta terapéutico para mí, poder honrar algo que estuvo antes que yo”.
Sundowner, el sexto álbum de estudio de Kevin Morby, llega como el alter ego del lanzamiento del 2019, Oh My God, casi sin esfuerzo alguno. “Cuando un disco empieza a tomar forma, en mi mente empiezo a trabajar en otra grabación, de forma natural, como una reacción al que estoy creando en el momento. Creo que siempre ha sido así”, explica, pues desde sus inicios se ha dado la libertad de perseguir un álbum tras otro.
“Mientras hacía Harlem River, me parecía muy meloso, así que decidí hacer algo más energético, que fue Still Life. Singing Saw es sobre California, así que quise hacer algo sobre Nueva York [City Music] bastante rápido”, recuerda. “Y luego hice Oh My God, que es un gran álbum conceptual, así que tuve la necesidad de hacer uno más silencioso, más pequeño [Sundowner]. Así que todos mis discos se reflejan entre ellos. Siempre intento hacerlos como si fueran dos capítulos del mismo libro”.
Escucha Sundowner, el más reciente álbum de Kevin Morby:
