Kevin Johansen: “Nosotros, como generación, cantamos sobre nuevas libertades a conseguir”

El músico repasas las canciones de su nuevo disco Tú ve, explica por qué quiso versionar a Erasure y recuerda su encuentro con David Byrne

Por  HUMPHREY INZILLO

agosto 10, 2022

La gira Iberoamericana de Kevin pasa por Buenos Aires: el 24 de septiembre presenta Tú ve en el teatro Gran Rex.

Mauro Alfieri

Tú vé es un disco de versiones y colaboraciones, donde asumís el rol de intérprete. ¿Cuál fue el criterio para elegir el repertorio?

Juan Campodónico [el productor] fue muy criterioso. La mayoría de estas versiones yo ya las tenía en carpeta, me salían bien. Yo le dije que estaba a favor de la “zona de confort”, quería sentirme cómodo. Él propuso hacer un primer plano de la voz. Tomamos como referencia las grabaciones de Johnny Cash producidas por Rick Rubin, que tenían una cosa espacial con la voz bien ahí, preponderante.

Escuchá la entrevista completa en el podcast La vida circular:

David Byrne, cuando respondió a la invitación para grabar, mandó una lista de 20 canciones tuyas. ¿No se te ocurrió proponerle hacer un disco juntos?

Yo soy muy pudoroso con mis ídolos. Me aproximo con sumo cuidado a la gente que admiro mucho. Yo sabía que David me tenía en el radar porque alguna vez puso canciones mías en su programa de radio, pero no me animaba a escribirle. Así que lo dejé en manos de Juan. Y él respondió con ese listado increíble. Elegimos “Anoche soñé contigo”, pero su voz en español no funcionaba. 

¿Cómo se lo dijeron?

Con respeto y cariño, Juan le mandó un mail que decía “English vs. Spanish”, explicándole que esa canción tiene una fluidez y una suavidad que con otro acento se entorpecían un poco. Entonces le mandamos una traducción inicial y él le hizo tres retoques preciosos. Terminamos grabando en Nueva York y fue como un sueño. 

La lista incluye “El tungue le”, junto a Rubén Rada. ¿Cómo llegaste a esa canción?

Hace muchos años, Omar Giammarco me invitó a participar de un homenaje a Eduardo Mateo, y pensó que “El tungue le” me podía gustar. Eso, conscientemente. Pero yo había vivido, a mis 13, en Montevideo. Y algo debo haber escuchado. Para mí, es como una nana loca, que podés cantarle a un niño para que se divierta y a la vez para que se vaya durmiendo, porque es muy mántrica. Tiene algo muy loopero y, rítmicamente, renguea, como que a veces se anticipa el ritmo. Con Fernando Cabrera la cantamos varias veces juntos, incluso la grabamos en su DVD. Y él me hizo un tremendo elogio cuando me dijo que nunca escuchó a nadie tocarla tan bien.

¿Cómo se te ocurrió versionar “A Little Respect”, de Erasure?

Simplemente por gusto. Quizás sea la canción más tradicional, a pesar de la modernidad y de que fue compuesta a fines de los 80. Además de ser un manifiesto del amor, en su momento fue un himno de la comunidad gay. La letra habla de tabúes y de estigmas sociales.

No puedo dejar de relacionarlo con el concierto que diste frente al Congreso, en 2010, apoyando la Ley del Matrimonio Igualitario…  

Ese fue un regalo hermoso. Me cayó la ficha de que la mía fue una generación heredera de otra generación muy pesada, con cantautores que eran censurados y amenazados de muerte. Cuando canté frente al Congreso, estábamos con Liniers y dije: “Canten, putos”. Fue muy celebrado. Me di cuenta de que nosotros cantamos sobre nuevas libertades a conseguir. Hay una evolución. Yo no puedo cantar sobre la libertad como cantaba Charly, o Serrat, o Silvio Rodríguez. Como generación, nosotros gozamos de las mieles de cantar sobre lo que se nos cante. Y eso conlleva una responsabilidad. 

Has cosechado fans en buena parte de Latinoamérica, también en Estados Unidos y en Europa. Por tu formación cosmopolita, ¿te sentís local en todos lados?

Eso se da a través de la gente. Uno se encuentra con grandes anfitriones. Y vas conociendo comidas, sabores, encontrando cosas en común y celebrando las diferencias de lo que ese país tiene para ofrecer. A veces me doy cuenta de que, cuando hay otro acento, lo trato de emular. Para mí es algo de educación. No es que no quiero que sepan de dónde soy, pero lo tomo como un gesto de cortesía.

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