El 8 de febrero del 2021 fallece a los ochenta y nueve años de edad Jean-Claude Carrière, uno de los mejores, sino el mejor guionista en la historia del cine. Como prueba de ello quedan sus más de ciento cincuenta guiones, entre los que se encuentran clásicos como Diario de una camarera, Belle de jour, La vía láctea, El discreto encanto de la burguesía, El fantasma de la libertad y Ese oscuro objeto del deseo, que escribió para su amigo Luis Buñuel; Sálvese quien pueda, la vida y Pasión para el maestro Jean-Luc Godard; ¡Viva María!, El ladrón de París y Milou en mayo para Louis Malle; por no mencionar sus colaboraciones con Marco Ferreri, Nagisa Oshima, Luis García Berlanga, Volker Schlöndorff, Andrzej Wajda y Philippe Garrel.
Para Milos Forman, Carrière escribió el guion de su última película, un ensayo biográfico sobre el pintor Francisco de Goya protagonizado por Javier Bardem. El español José Luis López Linares, director de fotografía de la cinta Buñuel y la mina del Rey Salomón de Carlos Saura y director del documental Francisco de Goya: Le sommeil de la raison, intenta mostrarnos su fascinación y la de su amigo por el pintor español con su nuevo trabajo llamado Goya, Carrière y el fantasma de Buñuel (también conocido como El ojo que escucha), que inesperadamente sirvió como testamento para Carrière.
Como las pinturas de Goya, el documental de López Linares es fascinante y exquisito. En él, Carrière viaja a su amada España, la tierra de su colaborador y amigo Luis Buñuel, para contarnos su versión sobre la vida y obra de uno de los más grandes pintores de todos los tiempos. Junto con su testimonio, encontraremos también los de su esposa Najal Tajalod, así como el del pintor Julian Schanbel, el director de esas obras maestras conocidas como Basquiat, Antes que anochezca, La escafandra y la mariposa y Van Gogh a las puertas de la eternidad, cuyo guion escribió el mismo Carrière.
López Linares logra con su documental unir el mundo de la letra (representado por Carrière), con el de la imagen (representado por Goya), y el de la imagen en movimiento (representado por Buñuel). El resultado es una de las mejores películas hispanoamericanas de este año que termina y un sentido homenaje a tres hombres ilustres que ya no están con nosotros, pero cuyo arte perdurará por siempre.
