Ghislaine Maxwell pasará 20 años en prisión por cooperar con Jeffrey Epstein para reclutar, captar y abusar de menores. El martes, una jueza federal del Distrito Sur de Nueva York dictó la sentencia por los cargos de tráfico sexual, conspiración y transporte de una menor con la intención de participar en actividades sexuales ilegales, por los que fue condenada el pasado diciembre.
Dirigiéndose a la sala del tribunal por primera y única vez en el curso de su caso, Maxwell dijo que “empatizaba profundamente” con las víctimas: “Siento el dolor que han atravesado”. Sin embargo, en su sentencia, la jueza Alison Nathan señaló que Maxwell no había asumido la responsabilidad de sus actos. Annie Farmer, quien compartió una declaración de impacto de la víctima en la audiencia, dijo a la prensa que los comentarios de Maxwell parecían una disculpa hueca. “No asumió la responsabilidad de los delitos que cometió”, señaló Farmer. “Se sintió como si, una vez más, ella tratara de hacer algo para beneficiarse y no sobre el daño que había causado”.
En las semanas previas a la audiencia, los abogados de Maxwell habían pedido una sentencia más leve que los 20 años recomendados por el departamento de libertad condicional del tribunal, citando una crianza difícil y las duras condiciones en la cárcel, donde Maxwell, de 60 años, ha estado detenida sin fianza desde su arresto el 2 de julio de 2020. La defensa también repitió un argumento que había utilizado durante todo el mes de juicio de que Maxwell no era más que un chivo expiatorio para Epstein, quien murió por suicidio en una celda de la cárcel de Manhattan en 2019 mientras esperaba el juicio por sus propios cargos de tráfico sexual.
La fiscalía contraatacó con una petición de entre 30 y 55 años basada en el daño causado a las víctimas, la falta de remordimiento por sus crímenes y el argumento de que el hecho de que no le guste la cárcel no es una excusa válida para salir antes. Lejos de ser un chivo expiatorio de Epstein, argumentaron, Maxwell fue “instrumental” para los abusos y sabía lo que hacía. “Era una criminal calculadora, sofisticada y peligrosa que se aprovechaba de las jóvenes vulnerables y las preparaba para el abuso sexual”, dijo la fiscalía en su presentación al juez.
El martes, Maxwell entró en la sala con un uniforme de prisión azul claro y grilletes en los tobillos que sonaban cuando caminaba. Cuatro mujeres leyeron las declaraciones de impacto de las víctimas: Annie Farmer, Sarah Ransome, Elizabeth Stein, la testigo que utilizó el alias Kate, y la abogada Sigrid McCawley, quien habló en nombre de Virginia Roberts Giuffre. La hermana mayor de Annie, Maria Farmer, Teresa Helm y Juliette Bryant también presentaron declaraciones escritas antes de la vista.
“Un día, cuando estaba haciendo mi trabajo, conocí a Ghislaine Maxwell, que me dio de comer a Jeffrey Epstein”, dijo la acusadora de Maxwell, Elizabeth Stein.
Con un vestido negro y un moño del mismo color en el cabello, Kate invocó la reciente caída del caso Roe v. Wade, describiendo la situación como “una época en la que los derechos de las mujeres han sido desechados de forma tan descuidada” y diciendo que si no podemos evitar que las mujeres que han sido violadas se vean obligadas a tener un hijo concebido a partir del acto, entonces debemos mostrar “cero tolerancia” con las personas que engañan y violan a los niños.
Elizabeth Stein, que parecía medir un metro y medio, y llevaba un vestido rosa brillante con perlas, casi gritó cuando se dirigió a Maxwell desde el podio, relatando el momento en que la conoció mientras trabajaba en Henri Bendel como estudiante universitaria de moda. “Un día, cuando estaba haciendo mi trabajo, conocí a Ghislaine Maxwell, quien me dio de comer a Jeffrey Epstein”, subrayó, girando la cabeza para mirar directamente a Maxwell. “Durante más de dos décadas y media, me sentí como si estuviera en la cárcel. Ella tuvo su vida. Es hora de tener la mía. Tiene que estar en la cárcel para que todas sus víctimas puedan por fin ser libres”.
Maxwell se sentó en la mesa de la defensa y miró al frente durante todas las declaraciones de impacto. Cuando Sarah Ransome dijo que Maxwell solía llamarla “cerdita” y le decía que perdiera peso, la mano de Maxwell voló hasta tocar su frente, brevemente. Epstein y Maxwell la habían tratado como “nada más que un juguete sexual”, declaró Ransome.
Durante el juicio, que duró un mes a finales de 2021, Maxwell se negó a testificar por sí misma, así que cuando se acercó al podio el martes y se quitó la máscara para aprovechar su última oportunidad de hablar antes de su sentencia, los visitantes de la sala se inclinaron hacia delante en sus asientos. “Señoría, me resulta difícil dirigirme al tribunal después de escuchar el dolor y la angustia expresados en las declaraciones realizadas hoy aquí”, dijo Maxwell, hablando en voz baja. “El terrible impacto en las vidas de tantas mujeres es difícil de escuchar y aún más difícil de asimilar, tanto en su escala como en su extensión”.
Añadió que Epstein debería haberse enfrentado al tribunal en 2005, 2009 y en 2019. “Creo que Jeffrey Epstein fue un hombre manipulador, astuto y controlador que vivió una vida profundamente compartimentada y engañó a todos los que estaban en su órbita”, afirmó. Dijo a las víctimas que esperaba que su sentencia trajera una medida de paz y finalidad. “Es mi más sincero deseo, para todos los que están fuera y dentro de esta sala, que este día ponga fin a un capítulo terrible”, dijo. “Y a los que han hablado hoy aquí y a los que no, que este día les ayude a viajar de la oscuridad a la luz”.
Debido a un tecnicismo en el momento de la acusación de conspiración, la jueza Nathan hizo un ajuste matemático a las guías de sentencia, lo que hizo que su anuncio de 20 años fuera una condena que en realidad iba más allá de las directrices ajustadas de 15 a 19 años. Además, Nathan sentenció a Maxwell a cinco años de libertad supervisada y le ordenó pagar una multa de 750.000 dólares. El equipo de la acusada solicitó que cumpliera su condena en un centro de detención de mujeres en Danbury Connecticut y que entrara en el programa de terapia de tratamiento integrado para mujeres para tratar los problemas familiares y otros traumas de su pasado.
En el exterior del tribunal, el abogado McCawley dijo que era un “día de justicia” para las víctimas. “Hoy se ha demostrado que los individuos pueden rendir cuentas independientemente del poder y los privilegios”, declaró de pie junto a Annie Farmer.
Farmer celebró el fallo, e hizo un llamado a la gente a seguir trabajando para acabar con la explotación sexual de los niños y denunciar a más personas vinculadas a Epstein. “Que esta sentencia demuestre que nunca es demasiado tarde para que la verdad salga a la luz y nunca es demasiado tarde para que haya responsabilidad”, dijo. “Maxwell y Epstein eran depredadores… y durante demasiado tiempo las instituciones que deberían proteger al público, los protegieron a ellos, y todavía espero que averigüemos más sobre cómo se permitió que eso ocurriera”.
“Que esta sentencia demuestre que nunca es demasiado tarde para que la verdad salga a la luz y nunca es demasiado tarde para que se rindan cuentas”, dijo la acusadora de Maxwell, Annie Farmer.
La abogada de Maxwell, Bobbi Sternheim, expresó su descontento con la sentencia y dijo que planeaba apelarla. “Jeffrey Epstein dejó a Ghislaine Maxwell con toda la bolsa”, señaló, haciéndose eco de un argumento que la defensa utilizó varias veces durante el juicio: Maxwell estaba siendo castigada en lugar de Epstein.
La sentencia de Maxwell se ha hecho esperar. El juicio comenzó el 29 de noviembre de 2021 y las deliberaciones del jurado coincidieron con las festividades de Navidad. En el transcurso de dos semanas y media, los fiscales han llamado a 24 testigos, entre los que se encontraban antiguos miembros del personal doméstico de Epstein y pilotos de su jet privado, un psicólogo para hablar sobre los efectos de los abusos sexuales en la infancia y, sobre todo, cuatro acusadoras. Las cuatro mujeres procedían de hogares monoparentales y se enfrentaban a dificultades en su vida personal que, según los fiscales, Maxwell y Epstein aprovecharon para abusar de ellas: Jane, una estrella de telenovelas, que testificó bajo un alias que había conocido a Maxwell y Epstein a los 14 años mientras asistía a un campamento artístico de verano en Michigan; Kate, también con un alias, quien dijo que a los 17 años consideraba a Maxwell como un amigo antes de que éste la obligara a recibir un masaje sexualizado con Epstein; Carolyn, a quien un amigo reclutó para la red de abusos de Epstein, pero que dijo que Maxwell le pagaba y le reservaba masajes y que al menos una vez le tocó el cuerpo desnudo; y Farmer, a quien Maxwell entrenó para frotar los pies de Epstein.
A lo largo del juicio, la defensa sugirió que las acusadoras habían sido manipuladas por fuerzas externas, o por codicia, y que sus recuerdos no les servían correctamente. Los interrogatorios se prolongaron durante horas mientras los abogados de Maxwell preguntaban a las mujeres sobre detalles de sus recuerdos de los años 90 y principios de los 2000.
Varios oradores se refirieron a Epstein y a otros co-conspiradores de Maxwell, que aún no han sido acusados. Entre lágrimas, Ransome explicó la forma en que su vida había sido descarrilada por los abusos de Epstein y Maxwell. “Me alejo de los extraños y tengo dificultades para hacer nuevos amigos porque temo que puedan estar asociados con Epstein, Maxwell y los facilitadores”, dijo. Farmer sugirió que Maxwell había tenido la oportunidad de llevar a algunos de ellos ante la justicia cuando fue detenida. “Ella podría admitir su participación en este esquema, reconocer el daño causado o incluso proporcionar información que podría haber ayudado a responsabilizar a otros”, dijo Farmer. “En lugar de ello, optó de nuevo por mentir sobre su comportamiento, causando un daño adicional a todos los que victimizó”.
28 de junio, 5 p.m.: Esta historia ha sido actualizada para incluir detalles de la audiencia de sentencia y las declaraciones realizadas posteriormente.
