“La foto de una joven Susana Giménez es la que Fito Páez ha elegido para simbolizar Moda y pueblo, album con el que el rosarino deja testimonio grabado de su colaboración de larga data con el arreglador Gerando Gandini. Es también la conclusión de una suerte de fiebre revisionista que se apoderó de Páez al cumplirse los veinte años de su carrera solista (…)”. Así comenzaba la reseña firmada por Claudio Kleiman que ROLLING STONE publicó en septiembre de 2005. Efectivamente, el vínculo con Gerardo Gandini ya tenía un mojón en 1996, cuando el también pianista y compositor se había encargado de los arreglos orquestales para el debut del rosarino en el Teatro Colón, escenario que pisó por última vez el 23 de octubre de 2021, para honrar los 70 años de Charly García.
A diez años de la muerte de Gandini, y a 18 de aquel disco ejemplar, Páez vuelve al coliseo mayor de la Ciudad de Buenos Aires para rendir homenaje a uno de los grandes maestros de la música argentina. Será el lunes 16 de octubre, en el marco de un ciclo que honra la figura de Gandini, en décimo aniversario de su muerte. La otra efeméride es la mayoría de edad de ese álbum, en el que no sólo revisitaba sus propias canciones (“Tumbas de la gloria”, “Ambar violeta”, “Naturaleza sangre”), sino gemas del rock argentino, como “El otro cambio, los que se fueron”, de Litto Nebbia; “Muchacha (ojos de papel)”, de Luis Alberto Spinetta; “Desarma y sangra”, de Charly García. El álbum abría con un verdadero hallazgo, el “Romance de la pena negra”, la musicalización de un poema de Federico García Lorca.
En el anuncio del concierto en la página oficial del Colón, un texto destaca el trabajo estructural sobre la esencia de esas canciones arregladas originalmente en 1996: “ la orquesta no buscaba edulcorarlas sino, por el contrario, destacar, señalar, resaltar sus tensiones”. Allí rescatan también unas declaraciones de Gandini a Página/12 sobre Páez. “Es un gran compositor de canciones. Acabamos de terminar un disco y me sentí realmente bien haciéndolo –contaba, refiriéndose a Moda y Pueblo–. Me divierto como loco y además es un amigo y, para mí, todo empieza allí. Alguna vez dije que en el rock no había transgresión, que era el lenguaje del establishment. Sigo pensando más o menos lo mismo, pero reconozco excepciones: Páez, Spinetta, García, que, como pude comprobar en los últimos shows con Fito, cuando sube al escenario produce algo único. Y Nebbia, algunas de cuyas canciones descubrí gracias a Fito y me parecen extraordinarias”.
Fito acaba de presentarse en México y tiene fechas previstas en Costa Rica, Santo Domingo y Lima. Luego, se abocará a la presentación en el Colón, para retomar la gira por los 30 años de El amor después del amor el 20 de octubre en Córdoba.
