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El viaje épico que hizo Love of Lesbian hacia la nada

Conversamos con Santi Balmes y Julián Saldarriaga sobre el disco más reciente de la banda, su primer concierto con público en vivo desde que comenzó la pandemia y el próximo destino de los lesbianos

Por  MELISA PARADA BORDA

abril 29, 2021

Rita Puig Serra

Hace cinco años Love of Lesbian voló por el espacio con El poeta Halley, su disco de 2016. Pero en 2021, los lesbianos emprendieron una travesía sin rumbo fijo con Viaje épico hacia la nada (V.E.H.N., como han decidido abreviarlo), un álbum que surgió luego del fallecimiento de un amigo cercano y cuyo contenido es tan premonitorio que sintieron un poco de responsabilidad por lo que últimamente ha tenido en vilo al mundo.

Puede que la banda se haya liberado un poco de esa “culpa” al realizar el primer concierto sin distanciamiento social en España. “El mundo nos mira”, le dijo el vocalista Santi Balmes a las casi 5000 personas que se sometieron a pruebas de antígenos para poder corear en vivo sus canciones favoritas de LoL. “Vendimos 5mil tickets en seis horas, eso denota un poquito las ganas que tenía la gente de asistir a un evento como el que conocíamos antes”, expresa el guitarrista Julián Saldarriaga. Un par de días antes de conocerse los resultados de este experimento, ambos músicos conversaron con nosotros a kilómetros de distancia.

Viaje épico hacia la nada parece una predicción, ¿cómo tomaron que el significado del disco se transformara en algo mucho más enorme?

Santi B.: Al principio lo tomamos con una cierta sensación de pánico porque parecía casi que hubiéramos provocado todo lo que había sucedido, desde un punto de vista egocéntrico. Ya cuando estás grabando un disco que tiene un punto apocalíptico, te has convertido en una especie de Nostradamus extraño. Hemos intentado no caer en la desesperación, ser muy zen, muy budistas, practicar mucha meditación, respirar hondo y todo lo que hemos tenido de tiempo en esta pandemia, lo hemos usado para pulir aspectos formales. A veces tienes esa sensación de que cuando acabas el disco ya está el trabajo hecho, y en realidad acaba de empezar.

Ahora los temas han adquirido una connotación más y ahí se evidencia la capacidad increíble que tiene la música de mutar.

Santi B.: Correcto, nunca sabes el contexto donde se va a encontrar la música. La magia de esto es que el autor puede tener sus motivos por los cuales hacer una canción pero luego cuando pasa a la realidad, es como ese bebé que piensas que se parece a ti y resulta que se parece a la madre. Hay tantas interpretaciones de las canciones como personas que escuchan esa canción.

El poeta Halley es un trabajo más denso en cuanto a extensión, líricas y sonidos. ¿Cómo fue esa transición hacia un LP más ligero como Viaje épico hacia la nada?

Julián S.: El esfuerzo sabíamos que era titánico, pero teníamos unas ideas muy claras. Teníamos que ser constantes en la dirección que queríamos tomar y teníamos que aplicárselo a todos los conceptos del disco. Otro de los detalles que queríamos tener claro era la idea de que la composición de las canciones, el tejido interno que las sujetaba, no debía tener demasiados malabarismos o jugadas de sorpresa, queríamos que fuesen más directas y en ese sentido el código genético debía ser más simple. Por eso hablábamos mucho de intentar tener un motivo o mantra que las atravesara, y que eso fuese lo que vehiculara la misma canción y la llevara de principio a fin sin hacer demasiados espavientos.

En diciembre Julián le dijo a ROLLING STONE que Cosmos (antisistema solar) desbancó a uno de los temas que ya habían elegido para V.E.H.N. ¿Qué fue eso tan especial que les hizo incluir esta canción y no la otra?

Santi B.: [Porque] aportaba cierto espacio que la canción desbancada quizás se acercaba demasiado, peligrosamente, al conjunto de todo lo que sería El poeta Halley. La canción que cayó seguro funcionaría en otro disco, pero en este corríamos el peligro de traicionarnos a nosotros mismos. Hay un cierto termostato o nivel de saturación que puede tener el oyente, que ya lo tenemos bastante controlado como autores de unos cuantos discos ya, y eso decantaba demasiado hacia el anterior. En cambio Cosmos proporcionaba un espacio, unas notas largas, una sensación de explosión estelar pero desde lejos.

Hablemos del concierto del 27 de marzo. ¿Cómo fue para ustedes regresar a los escenarios en medio de las restricciones?

Julián S.: Fue revitalizante y un soplo de vida desde el pequeño gesto (que habíamos olvidado que significaba tanto) de volver a juntarnos los cuatro para tocar, porque hasta la fecha llevábamos un año trabajando casi por datos. Era como volver a reunir una familia.  Lo bonito de todo es que tuvimos mucho diálogo interno, discutimos muchísimo de las posibilidades de participar o no [porque] el riesgo era muy alto, y nos hemos sentido partícipes de un acto más allá de estar esperando en tu casa a que alguien cambie las cosas. Nos hemos visto cogiendo las riendas de nuestro coraje, domando nuestros miedos e incertidumbres para ayudarnos a nosotros mismos. Eso evidentemente, pero también para ayudar a un sector muy castigado.

¿Qué creen que es eso que ha mantenido a Love of Lesbian unida luego de dos décadas?

Santi B.: El sentido del humor, que somos amigos antes que nada y el amor que hay entre nosotros es fundamental. Hay un sentimiento casi de caballería medieval de lealtad y eso es precioso. En un mundo tan individualista, tener la sensación de que formas parte de algo superior a ti, más grande que tú, es una maravilla.

Julián S.: Eso y el dinero. [Ambos ríen]

¿Cuál es el próximo destino de Love of Lesbian en este viaje épico?

Julián S.: Estamos dando los primeros pasos de una gira. Sabemos que no son los que daríamos en circunstancias normales, tenemos que adaptarnos un poquito a la situación y al contexto. Este tiempo en el que hemos trabajado desde casa de un modo teórico nos ha cambiado un poquito la estructura mental de cómo adaptamos nuestro trabajo. Vamos a hacer cosas que no hacíamos habitualmente: en un mismo día vamos a estar haciendo de circo que se establece durante cuatro o cinco días en una ciudad, para también estar presentándonos e intentar hacer que todo el mundo que quiera vernos acuda a ver las funciones nuevas. Vamos a ver si podemos seguir creciendo a medida que las restricciones se vuelvan más permisivas. Ese es nuestro objetivo, cuidarnos mucho y cuidar también a nuestros seguidores, protegerlos en los eventos y conciertos que vamos a organizar.