Las expectativas están en alto con Eternals, la nueva película de Marvel. La persona a cargo de este proyecto es también la ganadora de los premios Óscar de este año a la mejor película y a la mejor dirección. Estamos hablando nada menos que de Nomadland (su protagonista, Frances McDormand también obtuvo el Óscar como mejor actriz). Pero Chloé Zhao, la joven directora de origen chino, también es la respetada autora de las hermosas cintas independientes Songs My Brother Taught Me y The Rider. Hablamos con ella sobre la transición que la ha llevado a dirigir una cinta de superhéroes de alto presupuesto y de cómo sus ideas personales permean al universo creado por Jack Kirby en 1976.

Martin Scorsese, Francis Ford Coppola, Lucrecia Martel, todos grandes autores, tienen unas opiniones muy fuertes sobre las películas de superhéroes. Tú también eres actualmente una directora muy respetada,  ¿por qué decidiste dirigir una película de Marvel?

Yo crecí viendo anime, crecí con el género Wuxia, me encantan las historias con alegorías y con elementos fantásticos. Crecí queriendo ser una animadora, pero era muy mala dibujando [Risas]. Obviamente, me enamoré del cine independiente y del cine de arte y ensayo. Eso incluye a los brillantes realizadores que tú mencionas. Así fue como “aprendí a caminar” como directora. Eso no significa que haya dejado de lado mi sueño de infancia de contar historias dentro de las películas de género.

¿Cuál es tu superhéroe favorito y cuáles son tus películas de superhéroes favoritas?

Tengo que decirte que soy una fanática de Iceman, de cuando salió el personaje original. Pero creo que el Batman de Nolan cambió por completo el género de superhéroes. Luego entré al MCU. A propósito, me encantó First Class.

¿La precuela de los X-Men? Gran película. 

¡Sí! Amo esa película. Luego vino mi obsesión cuando empezaron las películas de Marvel Studios. Yo sé que comenzó antes, pero cuando realmente me convertí en una fanática fue en el período del estreno de Captain America and The Winter Soldier.

¿Podemos encontrar temáticas o aspectos de tus películas previas en Eternals?

Sí, creo que en gran parte de ella podemos encontrar esas relaciones entre los seres humanos y nuestro planeta, así como la relación con nosotros mismos y con los demás. También está presente esa idea de que para sanar y para solucionar los más grandes problemas del mundo, tenemos que ser humildes. Debemos recordar que somos parte de algo mucho más grande que nosotros. No tiene que ver solamente con avanzar o con tener poder… Es decir, todas esas cosas que creemos son las más importantes del universo, en realidad no lo son. No importa a dónde nos vayamos, la roca seguirá ahí, el sol seguirá ahí. Aceptar las cosas con humildad es importante para que sobrevivamos como especie.

En Eternals tuve la oportunidad de explorar esos asuntos. En Nomadland, por ejemplo, lo hicimos en la manera de cómo el dolor de una mujer se sana con el contacto con la naturaleza, con su conexión con ella. Y eso fue contado de una manera íntima. Aquí, eso se cuenta de una manera grandilocuente.

“Para sanar y solucionar los más grandes problemas del mundo tenemos que ser humildes. Debemos recordar que somos parte de algo mucho más grande”.

La relación con la naturaleza que vimos en The Rider está presente, pero también está la existencia de una comunidad paralela a nuestra sociedad que vimos en Nomadland…

¡Sí! Definitivamente. Pero también está presente la búsqueda de la identidad. Esa búsqueda la encontramos en todas mis películas, inclusive en Eternals. ¿A dónde pertenecemos? ¿Qué es el hogar? Estos héroes son en realidad unos inmigrantes, ya que vienen de otro planeta. No pueden regresar, están aquí y son unos inmigrantes como yo. Sus relaciones comienzan a tomar forma con las otras personas nativas de este planeta. Esta película realmente trata sobre eso, sobre cómo las personas llegan a saber quiénes son y a dónde pertenecen, cuál es su papel en ese gran plan del dios por el cual fueron enviados.

Existen dos líneas importantes de cómics en Eternals.  La primera pertenece a los años 70 y fue desarrollada por su creador Jack Kirby. La segunda es el revival escrito por Neil Gaiman y publicado en el 2006. ¿Cuáles aspectos de tu película hacen parte de los cómics de Kirby y cuáles aspectos pertenecen a los cómics de Gaiman?

Cuando yo llegué al proyecto existía un tratamiento previo de la historia, y en ese tratamiento ya se encontraban los elementos de ambos. Yo encuentro genial la forma en que Jack Kirby inicialmente creó estos personajes. Y es exactamente ese espíritu el que tratamos de incorporar en la película. Él creó este grupo de individuos completamente por fuera de los héroes populares de los cómics de su tiempo. Inicialmente, ellos existían en la periferia. Es algo inteligente, porque eso significa que debes dar un paso atrás para explorar la mitología del universo Marvel, del mundo de los cómics de Marvel, desde sus inicios, para ver cómo este grupo tocó la vida de tantos otros héroes, en términos de temáticas y obligaciones.

Eso nos dio un cierto nivel de libertad, y es precisamente lo que tratamos de hacer con Eternals. En vez de avanzar con la saga, tuvimos que retroceder para ver qué más había afuera antes y después.

Luego tenemos a Neil Gaiman, y no puedo revelar cosas por los spoilers. Hay unas ideas que él tenía, que son las que activan unos puntos cruciales de la trama en esta película. Su interpretación de Eternals, como el brillante narrador de historias que es, incorpora algo que él vio a su alrededor en el momento en el que realizó su miniserie. Creo que eso también está incluido en la película. Tomamos ambas obras, miramos el mundo real a nuestro alrededor y nos preguntamos: ¿Cómo vamos a dar ese paso hacia atrás en esta ocasión, para poder ver ese contexto más amplio? Y, al mismo tiempo, explorar lo que estamos viviendo en nuestra realidad hoy en día para poder contar esta historia. Espero que la mezcla responda a esas inquietudes.

Para terminar, quiero decir que me parece maravilloso que las mujeres se hayan apoderado del cine.

Este ha sido un buen año, ¿no crees?