Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente
Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente

Crítica: Robot salvaje (The Wild Robot)

The Wild Robot es una conmovedora aventura animada que explora la maternidad, la condición humana y la conexión entre lo artificial y lo natural.

Chris Sanders 

/ Con las voces de Lupita Nyong’o, Pedro Pascal, Chris Connor, Bill Nighy, Catherine O’Hara, Mark Hamill, Matt Berry

Por  ANDRÉ DIDYME-DÔME

Cortesía de UIP

La más reciente película animada de los estudios DreamWorks explora temas profundamente humanos a través de la figura de un robot llamado Rozzum Unit 7134, o simplemente Roz (Lupita Nyong’o), cuya llegada accidental a un territorio salvaje transforma su existencia programada en un viaje hacia el autodescubrimiento emocional. Esta cinta, dirigida por Chris Sanders (Lilo & Stitch, The Croods) y basada en la serie de libros de Peter Brown, se destaca no solo por su historia entrañable, sino también por la calidad de su animación y las excelentes interpretaciones de los actores.

Y es que las actuaciones vocales en The Wild Robot son excepcionales. Lupita Nyong’o, como Roz, logra un delicado equilibrio entre la frialdad robótica inicial y la lenta, pero significativa evolución hacia una comprensión emocional. Su voz es sutil, pero poderosa, aportando calidez maternal a un personaje que, a priori, parece incapaz de sentir. El trabajo de los actores de reparto es igualmente memorable. Pedro Pascal ofrece una interpretación divertida y astuta como Fink, el zorro, mientras que Catherine O’Hara brilla con un sarcasmo ácido como la zarigüeya que guía a Roz en su nueva misión como madre. El elenco de actores de apoyo (que incluye a Bill Nighy, Matt Berry, Mark Hamill y Ving Rhames) añade aún más calidez a los personajes animales, haciendo que la isla se sienta vibrante y llena de vida.

El estilo visual de la película mezcla foto realismo e impresionismo (la animación está inspirada en los cuadros de Claude Monet), capturando la belleza y la crudeza de la naturaleza. La atención al detalle en la animación de los entornos, como los bosques y las criaturas, es impresionante, ayudando a construir un mundo que resulta tanto fascinante como creíble. 

El eje central de The Wild Robot es la maternidad. Roz, un robot diseñado para ejecutar tareas domésticas se enfrenta a una situación totalmente nueva cuando, tras un accidente, termina adoptando a un pequeño ganso llamado Brightbill (encarnado por Boone Storm en su etapa infantil y Kit Connor en su etapa juvenil). La película aborda con sensibilidad el proceso de Roz, que carece de sentimientos programados, para desarrollar un instinto materno a través de la repetición de movimientos y la observación del comportamiento animal. Es un viaje emocionante que refleja el poder de la maternidad como algo más allá de lo biológico. La relación entre Roz y Brightbill es conmovedora y ofrece momentos de humor y ternura que son accesibles para niños, pero también evocan una profunda reflexión para los adultos.

La adaptación del libro de Peter Brown mantiene el espíritu del original, con su mensaje sobre la capacidad de las máquinas para sentir y evolucionar, pero añade un nivel emocional y visual que es puramente cinematográfico. Las secuencias de acción silenciosas, en particular, logran transmitir mucho sin necesidad de palabras. 

Aunque los animales que habitan la isla son, en esencia, animales con comportamientos naturales, la película los usa hábilmente para reflejar muchos de los vicios y complejidades de la sociedad humana. Desde la desconfianza inicial hacia Roz, hasta la manera en que se organizan socialmente, los personajes animales destacan por su diversidad de personalidades y comportamientos. Sin embargo, la cinta nunca abandona su enfoque naturalista, logrando equilibrar la representación animal con una sutil crítica a la dinámica de la sociedad humana, donde el miedo a lo desconocido y el instinto de supervivencia dominan las interacciones.

The Wild Robot se sitúa cómodamente junto a otras estupendas películas animadas que han explorado la humanidad de los robots. Todas estas películas ofrecen una crítica sobre el impacto de la tecnología en nuestras vidas y la naturaleza de las emociones humanas, como si se tratara de una preparación a las nuevas generaciones sobre la importancia que va a tener la IA en la existencia de los humanos del siglo XXI. 

Como en The Iron Giant, The Wild Robot también trata el tema de la autodefinición en un ser construido para cumplir una función específica, pero que desarrolla emociones complejas a través de sus experiencias. De manera similar a Wall-E, Roz aprende sobre el amor, la pérdida y la naturaleza a través de su contacto con los seres vivos. Al igual que Ron’s Gone Wrong y Big Hero 6, The Wild Robot se enfoca en la interacción entre lo artificial y lo natural, uniendo dos mundos que parecen estar en oposición. Es esta conexión entre naturaleza y tecnología, entre instinto y lógica, heteronomía y autonomía y estar con alguien para luego dejarlo ir, lo que la ancla al espíritu de Robot Dreams.

Puede que The Wild Robot no llegue a las alturas de The Iron Giant, Wall-E o Robot Dreams, pero logra lo que muchas cintas de ciencia ficción (animadas y no animadas) tan solo aspiran a hacer: explorar lo que nos hace humanos a través de lo inhumano. Con una narrativa conmovedora, personajes adorables y maravilloso humor seco, esta película ya hace parte del panteón de lo mejor de DreamWorks, junto con Shrek, How To Train Your Dragon y Puss N Boots: The Last Wish, títulos que van más allá de las bromas y el frenetismo para hablarnos sobre temas universales.. Como en los mejores cuentos de robots, la tecnología aquí no es solo una herramienta, sino un precioso espejo para reflexionar sobre la condición humana.

CONTENIDO RELACIONADO