Crítica: Road Diary: Bruce Springsteen & The E. Street Band

Un viaje existencialista que celebra la vida y la música en su máxima expresión.

Thom Zimmy 

Por  ANDRÉ DIDYME-DÔME

Cortesía de Disney+

Estamos ante un documental y película de concierto que captura la esencia de una de las giras más potentes y emotivas de The E. Street Band, la legendaria banda liderada por “El jefe”. Bruce Springsteen, el hombre que ha sido la voz de una generación y que ha moldeado con su música los sueños y las luchas cotidianas de millones de personas, quien regresó a los escenarios en 2023, prometiendo una fiesta como ninguna otra tras los difíciles años de la pandemia.

Pero antes de adentrarse en ese viaje musical, es crucial comprender los cimientos sobre los que se construyó esta leyenda del rock. Springsteen y su banda nacieron en los bares y clubes de Nueva Jersey, con una mezcla de guitarras estridentes, saxofones poderosos y letras que exploraban la compleja relación entre la esperanza y la realidad. Durante más de 40 años, han creado un sonido inconfundible que une la cruda energía del rock con la profundidad emocional de sus letras.

Este regreso a los escenarios no está exento de una profunda melancolía. Road Diary no evade la ausencia de dos pilares fundamentales de la E. Street Band: Clarence Clemons y Danny Federici. Clemons, el carismático saxofonista cuya conexión con Springsteen era más que musical, falleció en 2011, dejando un vacío irremplazable en el escenario. Por su parte, Danny Federici, el mago del teclado y acordeón, falleció en 2008. Estas pérdidas resuenan a lo largo del documental, pero también refuerzan la misión de Springsteen: rendir homenaje a aquellos que ya no están y celebrar la vida de los que aún siguen.

Lo que hace de este diario de gira algo más que un simple registro de conciertos es el enfoque del director Thom Zimny, quien ya ha demostrado su habilidad para retratar a iconos musicales en el documental definitivo sobre The Beach Boys, así como a ídolos del cine de antaño como lo hizo en Sly, sobre Sylvester Stallone. En esta ocasión, Zimny utiliza la cámara para capturar algo más que música: captura el alma de la gira, y lo que significa para Springsteen enfrentar “el final del camino”, como él mismo lo dice. El paralelismo entre su narrativa musical y las reflexiones sobre la vida y la muerte se convierten en el centro emocional de este documental.

Zimny ya ha colaborado varias veces con Springsteen, dirigiendo piezas claves como los videos musicales Long Walk Home, American Beauty, The Wall, Letter To You y Ghosts, así como el documental sobre la gira The River de 1980, pero aquí su enfoque es más íntimo. La gira se convierte en un viaje existencialista en el que Springsteen, ahora en sus 70, reflexiona sobre el paso del tiempo y lo que significa envejecer sobre el escenario. Una de las frases más poderosas del documental es su reflexión: “El mejor regalo que puede darle la muerte a un vivo, es poder ver su extensión de la vida.” Esta declaración encapsula la resistencia de Springsteen ante el inexorable paso del tiempo. Aunque su cuerpo pueda mostrar signos de desgaste, su espíritu sigue tan vigoroso como siempre, y la música continúa siendo su forma más pura de expresión.

El documental también permite que los miembros de la banda, algunos de los cuales han estado con Springsteen por más de 40 años, compartan sus propias reflexiones. Estas conversaciones íntimas revelan la camaradería y el amor por la música que los ha mantenido juntos. Entre ellos destacan las palabras de Stevie Van Zandt, quien menciona cómo han sido testigos del crecimiento personal y artístico de cada uno, y cómo la música de Springsteen ha servido como una suerte de mapa emocional para sus vidas.

Por supuesto, la música es el corazón palpitante de este documental. La interpretación de Springsteen en Barcelona, uno de los puntos culminantes de la gira, es especialmente emotiva. Las canciones —algunas cargadas de esperanza y otras teñidas de dolor— se sienten como un reflejo de la vida misma. Los fanáticos que aparecen en cámara hablan sobre cómo la música de Springsteen ha marcado momentos clave de sus vidas, evocando el sentimiento de Blinded By The Light, la conmovedora película de Gurinder Chadha que retrata la relación del periodista Sarfraz Manzoor con el arte de Springsteen. En ambos casos, el poder de la música de Springsteen para conectar emocionalmente y sanar es un tema recurrente.

Al final, Road Diary no es solo un documental sobre una gira, es una meditación sobre el arte y la vida. Y así lo deja claro la cita con la que Springsteen cierra la película, palabras prestadas de Jim Morrison: “Oh, gran creador de todo lo vivo. Danos una hora más para presentar nuestro arte y perfeccionar nuestras vidas”. Una frase que encapsula el espíritu de esta película: el tiempo sigue corriendo, pero mientras haya música, hay vida.

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