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Crítica: Deadpool & Wolverine

Humor vulgar, ausencia de guion y mucha sangre… ¡Gracias! ¡Gracias Disney!

Shawn Levy 

/ Ryan Reynolds, Hugh Jackman, Emma Corin, Morena Baccarin, Dafne Keen, Channing Tatum, Wesley Snipes, Jennifer Garner

Por  ANDRÉ DIDYME-DÔME

Cortesía de Cinecolor

¿Cuál es el antihéroe creado por Keith Giffen y Paul Kupperberg en 1982, poco convencional y mayormente cómico, que se ganó un culto de seguidores debido a su humor y comentarios sarcásticos meta referenciales y autorreferenciales, así como por su capacidad de romper la cuarta pared, lo que le permitía interactuar con los lectores y comentar sobre la industria del cómic y otros superhéroes? La respuesta es más que obvia y  cualquier amante de los cómics la sabe ¡Estamos hablando nada más y nada menos que de Ambush Bug

Lastimosamente, esta crítica no va para el irreverente personaje de DC (que todavía no tiene una película), sino para el plagio de Marvel gestado por Fabian Nicieza y Rob Liefeld y conocido como Deadpool.  A diferencia de lo que suponen los “fanáticos de Marvel” que nunca leen cómics, su primera aparición no fue como héroe en X-Force sino como villano de turno para la revista The New Mutants No. 98 publicada en 1991. Y contrario a lo que frecuentemente se lee y se escucha en la red, Ryan Reynolds ha interpretado al personaje no en tres, sino en cinco películas hasta la fecha (X-Men Origins: Wolverine, Deadpool, Deadpool 2, la injustamente ignorada Once Upon A Deadpool que relata lo sucedido en Deadpool 2, pero con un espíritu más navideño; y Deadpool & Wolverine).

Como sucedió con Freddy Vs. Jason (Nightmare On Elm Street 8 y Friday The 13th 11), a Deadpool & Wolverine podríamos llamarla Deadpool 3 ½ o Wolverine 4), pero todo lo anterior son discusiones geek sin ningún sentido y por eso es mejor remitirnos a la película en cuestión.  

La cosa comienza como si se tratara de una versión de Ratatouille con gore y necrofilia (veremos al “mercenario bocazas” en aprietos e invitando al espectador a que se pregunte cómo llegó a esa situación). La estructura narrativa In medias res nos retrocede en el tiempo (con flashback incluido de la muerte de la versión de Ryan Reynolds que interpretó a Linterna Verde para DC, pero no el asesinato de Baby Hitler), para mostrarnos a Wade Wilson retirado de su versión heroica (fue rechazado como aspirante de los Avengers) dedicándose a la venta de autos (con todo y peluquín). 

Para la celebración de su cumpleaños están la mayoría de las personas allegadas al personaje (Weasel, el mejor amigo de Deadpool, no aparece porque el actor T.J. Miller está cancelado, y Domino y Cable están ausentes por razones misteriosas, quizás relacionadas por problemas de presupuesto, o porque Josh Brolin, por falta de suficientes actores en Hollywood, encarnó tanto a Cable como a Thanos para Marvel). Pero bueno ¡eso tampoco es importante! 

Lo cierto es que los policías del tiempo irrumpen en la fiesta y se llevan a Deadpool a la oficina de Paradox (Matthew McFadden de Succession), el director de La Autoridad de Varianzas en el Tiempo (AVT), quien le informa al antihéroe que su universo (llamémoslo Mundo FOX o FOX Kids, como prefieran) está a punto de desaparecer por la falta del personaje más importante: Logan (quien murió en la estupenda cinta dirigida por James Mangold). Aquí hay un grave error, ya que la sucursal de Marvel en Fox hacía rato que se había ido al traste (con todo y su Dark Phoenix). 

Deadpool, terco como siempre, se enfrenta a la AVT y se va por todo el multiverso en busca de Wolverine. Este lo encuentra en muchas versiones alternativas que deleitarán a los verdaderos amantes de los cómics y a los seguidores de The Witcher (¡No intenten cavilar en ello amigos!). Al final se topa con uno más o menos apropiado (no sabemos si es el Wolverine de la serie animada X-Men ’97, aunque es muy probable) y se lo lleva a Paradox (¿Por qué no a Loki o a Mobius M. Mobius?). Esto causa la ira del guardián del tiempo, quien envía a los dos antihéroes a un “Universo Basura” (muy parecido al de Furiosa) ¡Santos George Millers!  

En ese universo postapocalíptico, Logan y Wade se encontrarán con otros personajes variopintos y desechados del Mundo FOX como (no puedo decir, no puedo decir y no puedo decir). Lo que sí puedo decir, rompiendo la cuarta pared y usando mi posición de crítico de cine para Rolling Stone, es que hubiera sido maravilloso que Anya Taylor-Joy hubiera estado presente por aquello de Magik, Furiosa y GAMBITO de Dama (¡ha! ¡ha! ¡ha!). Pero bueno, tenemos por fin a Mephisto (¡ups!). 

La jefe del universo Mad Maxie es nada menos que Cassandra Nova (una estupenda Emma Corrin de El amante de Lady Chatterley), la hermana gemela de Charles Xavier (por cierto, la actriz es idéntica a James McAvoy). Y si pensaban que este personaje es traído de los cabellos, pues no es así, ya que es tan calva como nuestro viejo y conocido Charles (¡ha! ¡ha! ¡ha!) y además hace parte de uno de los arcos argumentales más potentes en la historia de los cómics de X-Men a cargo del “gran Grant” (si están perdidos chicos, muchos comentarios tienen links para que sepan de lo que estoy hablando). Que Cassandra Nova esté presente se felicita, pero lo que no se perdona es la ausencia de Legion, el hijo de Charles Xavier y quien da título a la mejor serie de superhéroes en acción real de todos los tiempos, con el perdón de The Boys.  

Lo que sigue es un divertido caos vulgar y sangriento que Disney jamás hubiera permitido hace unos cinco años. El estudio que perdió al tierno osito Winnie The Pooh (actualmente es un asesino en serie sin dueño), por fin entendió que los niños solo quieren ver sangre y vulgaridad (señores padres, ¿quiénes creen que ven South Park, Big Mouth y Diabolical? ¿ancianos nonagenarios?). Por cierto, la clasificación “para adultos” de Deadpool es tan inútil como la advertencia de South Park de que “ese programa nadie lo debe ver”. 

Esta cinta tiene cuatro estrellas gracias a sus actores. Ryan Reynolds nació para este papel, y Hugh Jackman es y será siempre nuestro Wolverine. Los dos son una dupla estupenda. También hay que decir que tendremos dos peleas épicas entre Wolverine y Deadpool y como es costumbre en Marvel, después de que los superhéroes se enfrenten entre sí, unirán sus fuerzas para luchar contra los verdaderos villanos (que aquí son Cassandra y Paradox). Y como complemento, hay un “hermoso” perrito Dogpool y un ejército de Deadpools procedentes del manoseado multiverso (a propósito, debería haber una “Crisis de las Bettys infinitas” con tantas Betty La Fea pululando por diferentes multiversos). 

Volviendo a Marvel, lo cierto es que se extraña el sentido de riesgo y audacia del MCU de antes. Aquí todo termina muy cómodo y seguro con todo y reunión familiar, risas y una lección moral tipo Hannah Montana. ¡Bah! Sobre el impacto de los acontecimientos de esta cinta en el MCU, déjenme decirles que es más crucial la incorporación de Harry Styles como el hermano de Thanos que lo que sucede aquí. 

Ahora, si me lo permiten, el geek que habita en mi interior quisiera hacer algunas propuestas para Once Upon A Deadpool 2: Los guardianes del tiempo deberían equivocarse y traer al universo Disney a Finn Jones, Thomas Jane y Nicolas Cage (si en el “universo basura” había un superhéroe Marvel procedente de New Line Cinema, todo es válido); Ezra Miller y Zack Snyder deberían estar deambulando por el “universo basura” preguntándose por qué el Snyderverse colapsó; Ben Affleck y Charlie Cox deberían enfrentarse a muerte (con Stevie Wonder cantando un cover de Ray Charles); Taylor Swift debe aparecer como Dazzler y los Stray Kids como Power Pack; los Agentes de S.H.I.E.L.D. deberían regresar y ser por fin liderados por Nick Fury (asimismo, deberían morir gloriosamente uno por uno para hacerle compañía a los miembros de X-Force); David Hasselhoff debería luchar a muerte contra Samuel L. Jackson en la batalla de los Furias y Los elegidos deberían combatir a Cloak & Dagger y a Los Inhumanos en un Contest Of Champions para obtener el codiciado premio de “Peor serie de Marvel de la historia”… En fin, Just imagine

P.D. No se pierda una divertida escena postcréditos que no incluye a Ryan Gosling como Ghost Rider ni a Robert Downey Jr. como Doctor Doom.