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Crítica: Cadete espacial (Space Cadet)

Emma Roberts, la reina de los placeres culposos, desciende al infierno de las malas comedias con una horrible Locademia de astronautas.

Liz W. García  

/ Emma Roberts, Tom Hopper, Poppy Liu, Gabrielle Union, Kuhoo Verma, Sebastián Yatra

Por  ANDRÉ DIDYME-DÔME

Cortesía de Prime Video

Existen grandes películas que abordan con realismo el tema de la formación y las experiencias de los astronautas en academias espaciales o programas de entrenamiento. The Right Stuff (1983), contaba la historia de los primeros astronautas estadounidenses; Apollo 13 (1995), era una representación fiel de los desafíos y el rigor del programa espacial de la NASA; The Martian (2015), sigue la historia de un astronauta que es dejado atrás en Marte después de que una tormenta lo da por muerto y que debe sobrevivir con pocos suministros utilizando su ingenio; la biografía magistral de Neil Armstrong First Man (2018), detalla no solo su vida personal y su misión a la Luna, sino también parte de su exigente entrenamiento como astronauta; y Proxima (2019) nos muestra a una astronauta que se prepara para una misión en el espacio mientras maneja sus responsabilidades como madre. 

Pero también están las comedias ligeras al respecto, como Space Camp (1986), un clásico de culto de los años 80, nos contaba la historia de un grupo de adolescentes en un campamento espacial que accidentalmente son lanzados al espacio (este fue el debut en el cine de Joaquin Phoenix); Project X (1987) con Matthew Broderick, ofrecía una mirada a la investigación científica y el uso de animales en experimentos militares, con un equilibrio entre el drama y la comedia; y en la terrible RocketMan (1997), Harland Williams interpretaba a un excéntrico programador informático que por accidente termina formando parte de una misión a Marte. 

Sin embargo, la peor de todas (y eso incluye la “obra maestra” de Williams) definitivamente la constituye Space Cadet, un desastre en todo sentido, que no se le puede perdonar a su protagonista Emma Roberts, la reina de los placeres culposos (Little Italy, Paradise Hills, Holidate, About Fate, Maybe I Do).

La sobrina de Julia Roberts interpreta aquí a Rex Simpson, una mezcla entre Goldie Hawn en Private Benjamin, Pauly Shore en cualquier película, Keanu Reeves en Bill & Ted’s Excellent Adventure, Reese Witherspoon en Legally Blonde y Steve Guttenberg, el oficial Mahoney de Police Academy (es más, esta cinta bien pudo haberse llamado Locademia de astronautas). 

Rex es una chica alegre y despreocupada que vive en la florida (todavía utiliza el término dude a la hora de conversar) quien estaba destinada a convertirse en una ingeniera aeroespacial con todo y beca. Sin embargo, la enfermedad de su madre hizo que Rex tuviera que dejar sus sueños a un lado para encargarse de ella y actualmente trabaja en un bar y con su padre (Sam Robards) en una casa embrujada que sirve como atracción para turistas desprevenidos. Su mejor amiga es Nadine (Poppy Liu) una chica más despreocupada que ella, que se encuentra embarazada y que trabaja en un gimnasio.

Como si se tratara de una versión sin gracia de Romy & Michele’s High School Reunion, Rex y Nadine acuden a la fiesta de exalumnos de la secundaria y allí se encuentra con Toddrick Spencer, un amigo de juventud interpretado por un Sebastián Yatra tan mal actor que es preferible que se quede como cantante. Toddrick es una especie de Elon Musk que trabaja en proyectos espaciales privados, que estuvo enamorado de Rex en la secundaria y que la tuvo como inspiración. 

Eso lleva a Rex a intentar recuperar su sueño perdido y postularse en la academia espacial de la NASA, a la que parece que cualquier inepto puede postularse. Nadine falsifica su hoja de vida para que su amiga tenga una mejor oportunidad y ¡oh sorpresa! (lo digo con todo el sarcasmo), Rex termina siendo admitida.

Los encargados del entrenamiento de Rex son Logan O’Leary (Tom Hopper) quien, como el personaje de Yatra, luce como la versión de un Nerd en una fantasía pornográfica femenina (es más creíble el hacker encarnado por Chris Hemsworth en Blackhat, que estos ingenieros aeroespaciales apolíneos quienes, por cierto, están enamorados de nuestra protagonista); le sigue Pam Proctor (Gabrielle Union) y Rudolph Bolton (Dave Foley, el otrora comediante de The Kids In The Hall y News Radio). Piense como si Los tres chiflados fumaran cannabis, no fueran chistosos y estuvieran encargados de la academia espacial de la NASA para hacerse a la idea. 

No podía faltar el equipo de desadaptados que aspiran a convertirse junto con Rex en astronautas, siguiendo la línea de Locademia de policía. Tenemos a la mamá engreída (Desi Lydic), a la chica torpe y miedosa (Kuhoo Verma), al aviador con ínfulas de Top Gun (Andrew Call), a la mujer aguerrida (Yasha Jackson), a la chica medrosa (Josephine Huang) y al chico gay (Troy Iwata). 

Si usted vivió la década de los ochenta y noventa viendo este tipo de películas, sabrá lo que sucederá. O’Leary se enamora de Rex, este descubre la farsa de la chica y esta es despedida, pero sus colegas van a tener problemas en el espacio y Rex tendrá que acudir en su ayuda, como si no existiera ningún otro astronauta mejor preparado para ello (esta cinta constituye todo un anti-spoiler, ya que es totalmente predecible).  

Space Cadet es una comedia demasiado larga y tan tonta y ridícula, que hace quedar a la serie Far Out Space Nuts como el equivalente para la televisión de The Right Stuff. ¿Qué sigue ahora? ¿Emma Roberts en un biodomo? ¿Emma Roberts en el lejano oeste? ¿Emma Roberts enamorada de un robot? ¿Un remake de Mannequin? ¡Mejor no demos ideas!