Para transitar los días 18 y 19 en el Valle de Punilla, y en ese enorme y paradisíaco predio, hay que tener en claro que no vas a llegar a ver todo. Es imposible. Una de las explicaciones de los organizadores del Cosquín Rock de haber agotado por primera vez en su historia las entradas es la diversidad de su grilla. Y esta explicación no es estética. Es más bien generacional. En concreto, hay artistas para los hijos e hijas adolescentes, para las parejas del feriado, el padre blusero o la madre rollinga. Si se organizan, cada uno de ellos ve a su artista favorito. Se encuentran a la salida y todos felices a dormir.
Rolling Stone recomienda a un grupo de artistas que de a poco va ganando espacio, tanto en la revista como en estos escenarios de grandes festivales. Tocar en Cosquín Rock, por otro lado, siempre es algo distinto a hacerlo en los festivales de la Ciudad de Buenos Aires. La mística es otra, ahí está Skay y su sonido valvular para despedir una nueva vuelta del sol. Su mano elevada y su guitarra en Finisterre. Los artistas recomendados van del trap alternativo a la canción rock, de la cumbia al pop y el folk.
Durante el Día 2, el cierre del Escenario Sur va a estar protagonizado por Ca7riel y Paco Amoroso. El dúo de música urbana, enroscados con la canción experimental y la joda, que se fue a dormir la siesta y que se volvió a juntar en pocos meses. Hay algunas maquetas grabadas y mucha energía acumulada después de reventar el estadio de Obras Sanitarias. Ellos podrán decir que también hacen rap y rock pero la verdad es que son un claro reflejo de un trap alternativo que se desarrolló en una vereda cercana a los grandes referentes del género que rompió con la música en el siglo XXI. Mientras su show se esté desarrollando habrá novedades por el lado de Ca7riel, que estará estrenando material con una banda alternativa llamada Barro. Las malas y hermosas lenguas dicen que el proyecto está centrado en el heavy metal. Los saltos adrenalínicos del fin de semana cordobés, entonces, esta vez quedarán para este dúo más el reconocido y joven rapero Trueno. Un lugar que en la edición anterior ocupó Wos.
Todavía retumba el debut de Dillom en Cosquín Rock 2022. Y la imagen de su show fue paradigmática y reveladora: adentro de una carpa de circo, y mientras jóvenes revoleaban banderas de Gardelitos, Callejeros y Los Piojos, el joven trapero maldito les hablaba de Edgar Allan Poe, una madre falopera y los demonios de Lovecraft. Gracias a esa performance, y a su destacado disco debut (que lo coronó con un Luna Park sold out), este año se ganó un horario central (21:40) durante el Día 2, en uno de los escenarios más grandes del predio. Ese lugar que Dillom dejó caliente parece decirle a El Doctor: “Esto es para vos”. El trapero gede, que ya armó un bardo bárbaro en el último Primavera Sound (así fue su debut en un festival grande) parece ser el artista indicado para continuar con la anarquía cosechada por Pappo y Pity Álvarez en las sierras cordobesas.
Para la música urbana, las artistas que también seguirán haciendo pie en la nueva edición de Cosquín Rock son Lara91K y Saramalacara. La cantante a la que “el Duki le hizo la 2” llega en pleno proceso de composición. No estuvo muy activa durante el verano y casi que pidió disculpas por eso a través de sus redes sociales. Aun así, llega de tocar para 50000 personas en el DAM (estadio Único de La Plata) en el marco del Festival Finde. Por el lado de Saramalacara, tendrá su lugar en horario central (22:25) en el “Escenario Boomerang”. Allí, la cantante que juega a vestirse de Avril Lavinge e integra de la Rip Gang (la crew de la que salió Dillom), seguirá chequeando los simples que cuentan con varios millones de reproducciones en las plataformas digitales y su último EP, llamado eclips3, editado hace apenas unos pocos meses.
La centralidad del baile caliente quedará para la orquesta de cumbia colombiana más activa del momento. En los 28 días que tiene febrero La Delio Valdéz tocará 13 veces. Un simple ejemplo del momento que vive la orquesta que se pasea por el Caribe, haciendo base en la cumbia, pero que también desarrolla otros recursos para ser una oferta festivalera al estilo de los grandes festejos de la cultura popular y del folklore. La agrupación en la que canta una ex Bandana despedirá el sol del Día 1 (19:40) en el “Escenario Montana” mientras que el baile cordobés, representado por Juan Ingaramo y su cuarteto pop, cerrará la noche (00:25) de esa misma jornada en el “Escenario Sur”.
Una de las grandes novedades para la canción-pop, desprendida de un linaje que en el festival se refleja con Fito Páez, es la llegada de Lisandro Aristimuño. El compositor de Viedma, permanece tan en el borde, que tocó más veces en la edición Folklore que en esta organizada en Santa María de Punilla. Su proyecto a dúo junto a Raly Barrionuevo le dio entrada directa al que se organiza en la plaza Próspero Molina. Sin embargo, Aristimuño puede tocar tanto con Mollo como en un escenario llamado Atahualpa Yupanqui. Producir un disco de Hilda Lizarazu y armar compilados a través de su sello independiente de la canción popular de todo el país. Su show será a las 22:15 del Día 2 en el “Escenario Boomerang”. Antes de él, tocará Feli Colina. Una artista salteña que, a través de su disco El valle encantado (2022), supo mixturar la música popular con el pop digital que abunda en el circuito alternativo de la música argentina.