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Coronavirus vs. la industria del cine

La crisis sanitaria está trastocando el mundo cinematográfico. Platicamos con algunos de los protagonistas de nuestro cine sobre las secuelas de COVID-19 en la industria fílmica

Por  ÓSCAR URIEL

abril 1, 2020

Cortesía

El coronavirus vs. la industria del cine. No es el fin del mundo pero sí el fin de un mundo. A medida que la epidemia se propaga por el mundo, la industria del entretenimiento ha tenido que detener todas sus operaciones, a una velocidad desconcertante. Probablemente estemos viviendo una de las crisis más difíciles de los últimos años en la historia de la humanidad y a diferencia de las recesiones derivadas de las guerras mundiales, la pandemia ha detenido por completo la producción cinematográfica. Poco a poco hemos sido testigos de cómo notables rodajes fueron suspendidos a medida que las noticias de la propagación del virus circulaban. Esto representa un problema de dimensiones mayores para el medio fílmico. En los 25 años que tengo como cronista del mundo del entretenimiento, nunca me había tocado percibir un desastre de tales proporciones. 

“Básicamente, la consecuencia más grande de todo esto es el desafío que implica el cambio de planes de estrenos en la cartelera porque en nuestro caso, el más grande es Mujer Maravilla 1984 el cual tuvo que cambiar su fecha de lanzamiento y con él deriva una cadena que invariablemente afecta al resto de los títulos. El cierre de los cines representa un golpe muy duro para nosotros y para las demás distribuidoras porque se deja de percibir ingresos de inmediato pero también creo que se abre una oportunidad para revaluar nuestros títulos a estrenar”, dice una persona cercana a la distribuidora Warner Brothers México quien prefiere mantener el anonimato al no ser un portavoz oficial de la empresa.

“Esta coyuntura también te ayuda como profesionista a reflexionar sobre la competencia entre asistir al cine o quedarte en casa a ver una película. Ambas son experiencias totalmente distintas partiendo que la asistencia a una sala implica el contacto social”, agrega el funcionario de Warner.

El apogeo de ver el cine en nuestras casa

Precisamente antes de la llegada del COVID-19, la industria cinematográfica se encontraba buscando una resolución equitativa con respecto a la temporalidad ecuánime entre el VOD (Video On Demand), catálogo en plataformas y por supuesto, la exhibición en cines, ya que la costumbre de quedarse en casa y alquilar por un módico monto un título determinado se estaba volviendo en un acto incesante.

La pandemia simplemente llegó para acentuar la situación. Ahora, gracias a la cuarentena, familias completas descubrieron la experiencia de quedarse todos en el hogar y ver una película de reciente estreno bajo un costo sumamente menor que el que se acostumbra pagar al asistir a cines. Una consecuencia con la que los exhibidores tendrán que confrontarse una vez pasada la crisis.

Y es que varios estudios cinematográficos ante la coyuntura y el cierre de salas cinematográficas decidieron disponer en VOD títulos de reciente estreno en cines tales como El hombre invisible, Emma, The Way Back y la esperada The Hunt. En Estados Unidos incluso, Universal Pictures decidió lanzar Trolls en VOD aunque en México no se contó con esta estrategia debido a que los directores locales no les convenció del todo esa maniobra. “La primera consecuencia es la evidente. Pasada la epidemia, los estrenos se van a concentrar en el resto del año e incluso en el 2021 por lo que la situación será mas complicada y competitiva. Hay un espacio limitado en el calendario para acomodar todos los títulos.

Es evidente que no todas las películas van a estrenarse este año. El panorama ofrece dos casos: aquellas que se retrasen para el 2021 o las que de plano no se estrenen en cines. Todo dependerá de las decisiones de cada distribuidora. La otra secuela menos manifiesta tiene que ver con el asunto del streaming. Esto es un tema muy de la casualidad pero también va a servir como prueba y  análisis de los hábitos de consumo.

Ahora, de manera personal considero que el cine es una experiencia social única por lo que seguramente habrá una especie de boom después de la crisis porque creo que todo el mundo querrá salir a sus casas. Sin embargo, al final de la experiencia habremos descubierto muchas cosas. La coyuntura nos está forzando a ver la cosas de una manera distinta”, agrega un notable ejecutivo de Universal Pictures México.

Las cosas ya no serán como antes

Poco a poco, eventos cinematográficos de relevancia y las habituales premiers de películas empezaron a cancelarse a medida que la amenaza de la pandemia alertaba al mundo. El Festival de Cine de Cannes, indiscutiblemente el más importante de todos, se mantuvo a la expectativa de los acontecimientos tratando de mantener en pie la fechas pactadas para la celebración. La industria observaba con atención los movimientos de los directivos de festival quienes finalmente antes los inminentes hechos e incertidumbre decidieron posponer el festival con la promesa de reagendarlo durante este verano.

En México, el gobierno de Jalisco, como los organizadores del Festival de Cine de Guadalajara decidieron suspenderlo hasta nuevo aviso. “Empezamos a tener reuniones dos semanas antes del anuncio del aplazamiento. Platicamos con especialistas en la materia para ver qué iba a suceder con la pandemia. Siempre nuestra prioridad fue que el público y los invitados estuvieran bien. Sin embargo, no había manera alguna de que esto sucediera debido a la incertidumbre y la falta de información. Los organizadores incluso tomamos clase con los especialistas que llevaban el cerco sanitario. Sabíamos que el país iba a entrar en fase 2. Eso hizo que tomáramos la decisión de postergarlo a pesar de los preparativos avanzados e incluso de un plan b con medidas de protección que teníamos. Finalmente, llegamos a la decisión de que no tenía caso celebrarlo en las fechas acordadas. Y creo que tomamos la resolución adecuada”, nos relata Estrellla Araiza, directora del Festival Internacional de Cine de Guadalajara, el evento más longevo del tipo que tenemos en este país. “Creo que en el largo plazo vamos a sentir que la crisis perjudicará la asistencia a los cines.

Al terminar esto, vamos a ser testigos de una asiduidad particular a las salas pero después creo que va a haber un compás de espera que seguramente será complicado de enfrentar. Finalmente, las cosas ya no serán como antes”, agrega Araiza quien espera celebrar la edición 35 del FICG en algún momento antes de que concluya este año. “De manera personal confieso que para el equipo organizador del festival las exclusividades de las películas y nuestros invitados eran algunos de los elementos más importantes pero después de la pandemia, todo ha cambiado. Hoy tenemos otras prioridades como el bienestar del público”, agrega Estrella quien reitera que sí habrá una edición 2020. Sin embargo, tendrá que hacerse una evaluación de pérdidas económicas, una vez que esto termine.

Al mal tiempo, libre creatividad

Por otra parte, la creciente producción de cine nacional también se vio interrumpida por la pandemia. La industria mexicana habría logrado colocarse en un lugar conveniente a la hora de recuperar al público con producciones comerciales pero esto ha sido suspendido temporalmente a causa del COVID-19. “Tuvimos que frenar el rodaje de nuestra próxima película, la cual se tenía previsto arrancar en junio próximo. Es tan incierto el panorama que ni siquiera podemos recalendarizarla pues el futuro es impreciso. También tenemos programado un estreno en puerta para verano (El mesero). Seguimos avanzando en la preparación del lanzamiento confiando en que el panorama pueda cambiar pero finalmente no sabemos qué sucederá. Con la situación que estamos viviendo y con el cierre de los cines, las plataformas digitales se han convertido en el medio más importante de exhibición. Paradójicamente, estas están saturadas en demanda por parte de los usuarios por lo que las mismas plataformas han tenido que pedir a sus suscriptores el bajar la calidad de la imagen para poder soportar todas estas solicitudes”, nos cuenta Troy Trujillo, uno de los productores de cine más prominentes de nuestro país.

Responsable de producciones como Hazlo como hombre, Ya veremos y Una mujer sin filtro. Trujillo observa con atención el complicado panorama que enfrenta la industria. “Las plataformas digitales podrán estar experimentando un boom en este momento pero el problema radica en que los contenidos terminados tarde o temprano se van a agotar. Todas las producciones en este momento están canceladas o ser interrumpidas, por lo que si el periodo de crisis se extiende, llegará un momento donde no haya nuevo que ofrecer. Ahora, en el momento que todo esto se reactive, estoy seguro que habrá una sobredemanda de talento lo que provocará una dificultad en la calendarización del mismo porque se empalmarán muchos proyectos”, agrega Trujillo quien también ve en la pandemia, una oportunidad de replantearse varios modelos de producción pero sobretodo, esbozar relatos más creativos.

Dos directores laboran durante la pandemia

Marcelo Tobar, director de Oso polar, tiene una película nueva por estrenar. El club de los idealistas tiene previsto llegar a cartelera en el mes de julio. Sin embargo, lo más seguro es que la fecha de lanzamiento cambie debido a los movimientos en el calendario de estrenos. Se trata de una comedia coral de adultos contemporáneos protagonizada por Juan Pablo Medina, Nailea Norvind, Claudia Ramírez y Tiaré Scanda, entre otros. Todo estaba listo para el lanzamiento pero las cosas han cambiado. “Independientemente de todo lo que se ha dicho, creo que esta coyuntura representa una oportunidad para enfocarse en desarrollar contenido. Todos los creativos deberíamos de estar trabajando en nuestras casas. No hay alternativa. Ha habido cambios con el lanzamiento de nuestra película pero también creo que las cosas pasan por algo. El club de los idealistas llegará a cines cuando tenga que suceder”, agrega Tobar quien también observa un panorama singular en el porvenir de nuestra industria. “El efecto inmediato será la saturación de pantallas una vez que todo esto termine. Se programarán todos los títulos aplazados y eso provocará caos. Luego habrá un boom de trabajo porque los proyectos se reactivarán puesto que los huecos existentes tendrán que llenarse. Tengo la fortuna de ser escritor y vivir de esto, entonces mi trabajo no ha parado, al contrario. Estoy aprovechando el encierro para escribir otra película”, comenta Marcelo.

El caso de Manolo Caro es diferente pues tuvo que aplazar el rodaje de una nueva serie que prepara con Netflix, la cual rodaría en su totalidad en España, una de las regiones más críticas en la epidemia. “Para mí, la pandemia significó reagendar todo el lanzamiento de la tercera temporada de La casa de las flores por lo que decidimos darle la vuelta al asunto.

Esto implicó encontrar nuevas opciones de promoción que provee la era digital y encontrar formar distintas, no exploradas antes en un lanzamiento, Esto invariablemente te orilla a ser más creativo. Iba a rodar en España pero tenemos que ver en que termina todo esto, sobretodo en ese país donde se ha acentuado la situación. A corto plazo me preocupa la situación de las nuevas formas migratorias que podrían darse después de esto porque sin duda, van a existir cambios”, agrega el realizador de Amor de mis amores quien espera que las dificultades con respecto a los visados de trabajo no alteren su calendario previsto de rodaje. Finalmente, Caro reflexiona sobre las oportunidades que pueden emerger a partir de la circunstancias.

“Sin duda alguna, creo que todo esto va a cambiar. Como creativo quiero volver a cuestionar mis intereses como director y las historias que me interesan contar a partir de lo que estamos viviendo. Me queda claro que el elemento de la violencia lo utilizaré de manera distinta, pensaré más de dos veces su empleo pero también creo que es un momento ideal para crear nuevas historias. Nos estábamos repitiendo mucho”, concluye el director.

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