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Contar la verdad del conflicto colombiano a través del arte

El arte se vuelve herramienta para que la Comisión de la Verdad narre los hallazgos de la escucha de más de 17.000 personas y así acercar las historias del conflicto colombiano a un público más amplio con música, podcasts e ilustraciones

Por  LAURA VÁSQUEZ ROA

noviembre 29, 2021

Isabel Gómez Machado/Comisión para el esclarecimiento de la Verdad

A principios de 1996 corrieron rumores sobre la llegada de los paramilitares a un poblado de Norte de Santander. El caserío lo habían construido familias sin tierra un par de años antes en un terreno baldío, pero una familia hacendada, con mucho poder en la zona, exigió el desalojo insistiendo en que esa tierra era suya. Al principio usaron al Ejército para desalojarlos, pero la comunidad, que había hecho su hogar allí, volvía nuevamente a sus casas. Entonces la amenaza aumentó: vendría un grupo paramilitar a sacarlos definitivamente, y así ocurrió. Una decena de hombres encapuchados y con uniforme camuflado recorrieron la vereda quemando todo a su paso. “Para mí ese día fue como el fin del mundo”, dice la voz de la mujer que personifica a una de las sobrevivientes de esta historia y que hace parte de la serie de podcast Luz de la noche de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad (CEV).

La idea de usar un podcast inspirado en testimonios reales de víctimas del conflicto colombiano es una más de las estrategias en que la Comisión ha encontrado en el arte una herramienta poderosa para comunicar los hallazgos de la escucha y la investigación que conducen mientras construyen el informe final.

Tania Rodríguez Triana, directora de Territorios de la CEV, explica que uno de los objetivos de la Comisión es el reconocimiento de toda la sociedad de lo que nos ha pasado en el conflicto armado y así promover la convivencia pacífica y la no repetición de estos hechos. Esto se traduce en acciones tanto en las regiones como en otras que le hablen al público nacional. En ese diálogo con la población han entregado informes parciales, producto del trabajo de los casi treinta equipos territoriales de la CEV en el país que están cerrando los procesos de recolección y construcción del informe final en este momento. Y en ese proceso, la Comisión se ha apoyado en el arte y la creatividad para acercarnos a las historias del secuestro, el desplazamiento forzado, el reclutamiento infantil, la violencia sexual, entre otros hechos victimizantes.

Isabel Gómez Machado/Comisión para el esclarecimiento de la Verdad

La comisionada Lucía González ha sido una de las principales impulsoras de una estrategia cultural y artística para transmitir los mensajes, así como para pensar la forma en cómo el conflicto armado ha afectado a la cultura en el país. A su vez, el padre Francisco de Roux, director de la Comisión, ha insistido en que no solamente se tendrá que construir el informe y presentarlo de una forma en que se transmitan pedagógicamente los hallazgos a la sociedad, sino que estos mensajes se comprendan y convoquen a la ciudadanía a una transformación para la no repetición. Por esto el arte ha tenido un lugar especial en estas estrategias.

En los espacios de reconocimiento de hechos con responsables y víctimas se ha usado el arte no solo como forma de transmutación del dolor, sino también se han realizado piezas comunicativas en distintos formatos que pretenden transmitir de formas mucho más cercanas al público lo que sucede en esos espacios de reconocimiento. Asimismo, los diálogos para la no repetición y promover la convivencia han estado acompañados de iniciativas artísticas de las regiones, todo en línea además con lo que la Comisión ha llamado el legado, es decir, que el informe final será una parte de ese legado, pero no va a ser suficiente y para esto se necesita una red de aliados en todo el territorio nacional y una movilización social por la verdad que la CEV deja como agenda para el país, según explica Tania. “Se han promovido varias acciones en el marco de la conmemoración de la firma del Acuerdo por la terminación del conflicto con varias acciones simbólicas y artísticas en lugares públicos de las diferentes regiones del país”.

“Nombrar lo innombrable” y “La música cuenta la verdad” son otros espacios de la Comisión donde han invitado a artistas como Edson Velandia, Alcolyrikoz, Herencia de Timbiquí o Doctor Krápula, así como a escritores, artistas visuales y escénicos, cineastas y bailarines para conversar sobre temas del arte que tienen que ver con el conflicto armado.

“En este momento también se están preparando unas obras de teatro que se producirán con niños y actores de diferentes lugares del país y también tenemos la serie radial tipo podcast Luz de la noche que tiene como objetivo transmitir algunas de las historias que hemos escuchado en los testimonios recibidos tanto de víctimas como de responsables”, dice Tania Rodríguez. “Quisimos transmitir las historias de una manera bella que acerquen a la gente, que llegue a su corazón no solamente en el formato para radio sino en formato para medios digitales con animaciones e ilustraciones muy bellas. La idea es apoyar con una imagen gráfica que nos haga llegar a más público”.

Esta apuesta por el arte ha hecho que públicos cada vez más amplios conozcan los avances de la CEV. Por ejemplo, el podcast a su vez se transmite en emisoras comunitarias para llegar a lugares del país que no tienen internet y donde la gente tradicionalmente oye radio. Para seguir creciendo en cobertura han trabajado con más énfasis en una imagen gráfica cuidada y agradable para que el interés sea mayor a unos temas que son difíciles de tocar, a la vez que pueden resultar tediosos en una presentación tradicional. Luz de la noche es una combinación de una producción de altísima calidad sonora, con unas voces profesionales y respetuosas de las historias que narran, sumadas a ilustraciones que acompañan cada uno de los 15 episodios de cinco minutos cada uno.

La idea del programa radial y podcast es llegar al corazón de lo que ha sido la escucha de la Comisión, pues han oído a aproximadamente 17.000 personas y la mayor parte ha sido en regiones donde el trabajo de los equipos territoriales por montañas, ríos y veredas ha sido muy grande. En los 15 capítulos las diferentes historias escogidas, luego de una convocatoria interna entre los equipos, presentan los testimonios no solo de víctimas, sino de responsables que también fueron víctimas y que han hecho procesos de reconciliación y transformación de sus vidas. “Queríamos tener un producto que hablara de esas historias que están marcadas por el dolor de la guerra, pero también por el valor y la resistencia que la gente encuentra para salir adelante”, dice Tania.

El padre Francisco de Roux ha insistido en la importancia de acercar las historias de las víctimas de la guerra y volver a tocar el corazón del país cuando ya hemos escuchado a tantas víctimas que hemos aprendido a ignorar, a pasar de largo a pesar de que el dolor está por todo lado y lo vemos todo el tiempo. Tania asegura que muchos colombianos hemos puesto barreras que deben ser cruzadas para estar juntos en el dolor del conflicto, pero también en esa fortaleza que tiene la gente, para que “todos sintamos un poco vergüenza y dolor de lo que nos pasó porque nos pasó a todos así no me haya tocado directamente. Así no me hayan violado a mí, las mujeres que violaron fueron colombianas, esto nos pasó a todos como país”.

Con la ampliación del plazo para la entrega del informe compilatorio, la Comisión de la Verdad se encuentra en la recta final de su mandato con dos tareas fundamentales: una, terminar el informe y paralelamente trabaja en lo que han llamado el legado de la Comisión con varias estrategias de comunicación, pedagogía y arte con actores clave alrededor del país sobre temas fundamentales del informe para la no repetición desde una perspectiva cultural y artística.