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Celebridades a la política: ¿qué está pasando?

Parece que cada vez más famosos se postulan a cargos públicos de elección popular, lo que hace a muchos cuestionarse por qué sucede y si se deberían tomar acciones para evitarlo

Por  DAVID RODRIGUEZ

febrero 24, 2021

Cortesía

El próximo 6 de junio, cuando los habitantes de Misantla (Veracruz) acudan a votar, se encontrarán en las urnas con una opción familiar pero poco habitual: Paquita la del Barrio. Sí, la intérprete de «Rata de Dos Patas’»contenderá por una diputación local por el partido Movimiento Ciudadano. Paquita, sin embargo, está lejos de ser la única celebridad que este 2021 buscará un puesto en la política. Alfredo Adame, Adolfo «el Bofo» Bautista, o «Biby» Gaytán son solo algunos de los nombres famosos que estas próximas elecciones podrían aparecer en la boleta de miles de mexicanos, intentando así emular casos como los de Sergio Mayer o Cuauhtémoc Blanco. Ver a cada vez más figuras públicas incursionar en la vida política del país es algo sin duda polémico, lo que ha llevado a muchos a preguntarse qué está pasando con nuestro sistema político. La respuesta no es sencilla.

En México y el mundo, los puestos políticos se han vuelto un atractivo para artistas, deportistas y demás. Los partidos, por su parte, difícilmente pueden resistirse a sumar a sus filas a personajes que cuentan con altos niveles de popularidad y que pueden fácilmente volverse un fuerte imán de votantes. Para ejemplo basta con voltear a ver al vecino del norte, que entre sus presidentes cuenta con un actor—Ronald Reagan—y una estrella de reality—Donald Trump—. Pero también en Europa y África podemos encontrar ejemplos similares, pues actualmente Ucrania y Liberia son presididos por un comediante (Volodymyr Zelensky) y un exfutbolista (George Weah). Hay que tomar en cuenta que estos son jefes de estado—la posición más alta posible—por lo que probablemente existan decenas de casos más en puestos menores que no conocemos.

Este tipo de candidaturas parecen aprovechar el hartazgo de la ciudadanía con la clase política tradicional y que prefiere dar la oportunidad a alguien de fuera (un ‘outsider’). Es precisamente esa cualidad la que estos candidatos presumen como su principal virtud, lo que resulta evidente al leer declaraciones de algunos de ellos. Por ejemplo, Lupita Jones, ex-Miss Universo y precandidata a la gubernatura de Baja California por la alianza PRI-PAN-PRD, comentó en un video promocional: No tengo experiencia de gobierno, pero también es cierto que no tengo mañas». O lo que es lo mismo, su valía viene justamente de no pertenecer a la clase política.

A pesar de lo anterior, el principal cuestionamiento que reciben los famosos que buscan adentrarse en la política del país es en lo que concierne a sus méritos para ejercer un cargo de este tipo. Aunque válida, esta discusión es complicada. Para empezar, es injusto englobar a todas las celebridades bajo un mismo criterio tan solo por su condición de fama, ignorando otras cualidades que pudieran tener. Además, no hay realmente un solo grupo de profesiones indicadas para ocupar un puesto público, por lo que un análisis puramente curricular puede fácilmente resultar insuficiente.

Lo preocupante de este tema es la idea que ronda en la discusión pública de meter ciertos “candados” para evitar candidaturas de este tipo, bloqueando bajo criterios subjetivos el acceso a ciertas profesiones o estableciendo niveles educativos mínimos—lo que iría contra los principios más básicos de un sistema democrático libre e incluyente—. Esto no significa que no debamos cuestionar a las celebridades que decidan presentarse como candidatos a algún puesto de elección pública. Significa que, más allá de si son cantantes, futbolistas, economistas o abogados—o incluso si no tienen un grado académico—debemos cuestionar las intenciones, capacidades y propuestas de todos por igual.

No existe una receta perfecta para el político ideal, y cualquier perfil nos puede sorprender para bien o para mal. Queda en nosotros exigir, informarnos y elegir candidatos que creamos nos representan mejor y que velarán por el rumbo de nuestro país.