Los últimos años le han servido a Miguel Bosé para repasar una vida llena de triunfos, de grandes desafíos y de un legado que ha marcado la cultura popular de Europa e Iberoamérica. La suya es una historia que muestra otras facetas de ese mundo que vemos lleno de brillo, porque él ha vivido siempre en medio de las élites del arte, desafiando sus convencionalismos e imposiciones.
“He vivido mi vida con absoluta naturalidad, eso sí, en el contexto de una familia muy peculiar, en la que todo se compartía y se debatía sin crear escándalos”, dice. “La vida de uno es solamente de uno, y se vive desde el propio parecer. Y se vive según te llega. Y que quede bien claro que nadie tiene derecho a evaluarla. Ninguna vida sería un problema si no fuera por las narices metiches de los ajenos”. Lo dice un hombre que desde muy temprano supo que jamás alcanzaría los estándares esperados por su padre, y que al lanzar su primer álbum aprendió a ignorar cualquier directriz proveniente de la industria musical.
A finales de 2021 se publicó El hijo del Capitán Trueno, un libro en el que cuenta su historia hasta el comienzo de su carrera como cantante. Esas memorias tuvieron que ver con la necesidad de ponerse en paz con ciertos aspectos de su vida, para “aliviar y apaciguar determinadas épocas”. Sin embargo, el proceso del libro le ayudó a entender que, en relación con ciertos momentos, “cuando están listos para contarlos, ya estás en paz con todos ellos, ya los has entendido y las paces están hechas y completas”.
En este segundo semestre de 2022 apareció un segundo lanzamiento editorial, Historia secreta de mis mejores canciones, que Bosé define como “un libro debido y largamente esperado para toda esa gente que a lo largo de décadas siempre quiso saber qué había detrás de la puerta de cada tema. Cuáles eran sus claves y secretos”. Su publicación implicaba cumplir una promesa en el momento perfecto, previo a la gira que promete para 2023.
Ahora las cosas llegan aún más lejos, abriendo nuevas posibilidades para sumergirnos en la historia de uno de los artistas más importantes de las últimas décadas para el público hispanoparlante. BOSÉ, la serie presentada por Paramount+, muestra dos perspectivas de su vida y tiene como punto de partida la etapa inicial de su carrera.
Después de publicar El hijo del Capitán Trueno, el artista se vio tentado a continuar escribiendo sobre su vida personal, además de su recorrido por las tarimas y los estudios de grabación, pero pensó, “estamos hablando de un periodo que es música e imagen, entonces creo que se tiene que oír y se tiene que ver”. Los aromas, el perfume de su madre, las texturas de los sillones, y todos esos detalles que describe en el libro, prefirió dejarlos a un lado, respetando el ámbito de la literatura. “Cuando arranca en la música, la música hay que verla, los conciertos hay que verlos. Se pueden explicar, sí, pero no es lo mismo. Entonces, cuando empieza la música, arranca la serie y ahí tendréis más historia, porque, claro, todas estas cosas que veréis en la serie las he escrito y contado también. Es la continuidad del libro y tiene su lógica porque te puedo poner en el libro la letra de ‘Si tú no vuelves’, pero cuando la oyes, te va a traer más cosas”, dijo a Rolling Stone.
“Estamos hablando de un periodo que es música e imagen, entonces creo que se tiene que oír y se tiene que ver”. Miguel Bosé
En relación con su participación en el desarrollo creativo de la producción, Bosé cuenta: “Me puse a disposición del equipo de guionistas durante largas sesiones, en las que me hicieron preguntas sobre los aspectos de mi vida que les parecieron más relevantes e interesantes para el contenido de la serie”.
Para interpretar a su personaje en las dos épocas/líneas de tiempo, se hizo un acertadísimo casting que seleccionó a los actores españoles José Pastor (Miguel joven) e Iván Sánchez (Miguel maduro). Cuando supo que la producción estaba interesada en ver su trabajo, Pastor hizo los videos de prueba requeridos, y adicionalmente se grabó cantando ‘Amante bandido’. Seguramente eso marcó un punto de quiebre porque finalmente fue seleccionado para interpretar la versión más joven de Bosé en la serie, y fue el encargado de grabar todas las voces de las canciones que escuchamos en cada capítulo.
El joven actor ya contaba con alguna formación en danza y canto, algo fundamental para este papel, tuvo además que aprender a montar a caballo y a hablar italiano. Cuenta que también trabajó “la seducción, pero desde un punto muy juguetón”, y estudió profundamente la corporalidad de Bosé dentro y fuera del escenario.
El proyecto de la serie se concretó a mediados de 2021 y empezó a grabarse a comienzos de 2022; eso es algo que Iván Sánchez agradece porque les permitió ensayar mucho y recopilar una gran cantidad de información. “Vimos millones de videos de conciertos y entrevistas”, señala Sánchez, que llegó a la serie con más de dos décadas de historia ante las cámaras. “Cada uno tuvo su camino absolutamente independiente de creación del personaje, para encontrar cada uno a su Miguel; eran épocas distintas y quisimos evitar cualquier imitación de las maneras de Miguel”, agrega.
Lo que sí buscaron conscientemente fue capturar el espíritu de Bosé, su energía, la esencia de sus movimientos y de su voz. “José ha tenido mucha más carga de trabajo en muchos sentidos”, reconoce Sánchez, que celebra el trabajo de Pastor al cantar a lo largo de toda la serie. Y el resultado fue sencillamente sorprendente, al punto que el mismo Miguel Bosé dijo a Rolling Stone: “Mi sensación fue de pasmo total. Me resultó dificilísimo notar la diferencia entre su voz y la mía. Creo que el trabajo que ha hecho José ha sido de una precisión y exactitud imbatibles, partiendo de la base de que mi timbre de voz es muy peculiar”.
Pastor trabajó con su profesor de canto analizando cada canción para luego recrearla, evitando siempre la caricatura. En esa labor descubrió que Bosé iba cambiando con cada álbum, y siente que, a partir de Bandido, el cantante encontró “una identidad mucho más férrea, más sólida”. Seguramente eso tiene que ver con el hallazgo de esos tonos graves que muestran una voz más madura, seductora y llena de carácter. “Anteriormente era muy brillante, la voz más limpia, y luego se va a los graves, a esta cosa que le da tanta personalidad”, señala José. Interpretar una canción como ‘Linda’, con las dos voces del cantante, en dos etapas distintas, fue un desafío muy grande. “¡A veces me creo que soy yo el que canta!”, bromea Iván en medio de risas.
Para él también fue determinante el proceso que implicó hablar con muchísima gente que ha convivido con el ídolo español “para entender la profundidad del por qué hace cada cosa, entenderle a él, no a Miguel Bosé, sino a Miguel”. El actor asegura que este fue el trabajo más arduo, pero más bonito, porque “casi nadie conoce a Miguel”. En eso coincide José: “Los más desafiante, y lo más estimulante al mismo tiempo, ha sido conocer a este Miguel que nadie conoce, este ‘dark side of Miguel’ que nadie ve detrás del escenario”.
En relación con la decisión de permitir que la serie exponga en profundidad muchos aspectos de su vida privada, Bosé, sentencia de forma vehemente: “No es complicada para alguien que no se avergüenza de su vida. Alguien se avergonzaría si sintiera que ha vivido una muy chica, insignificante. Y eso ya no se arregla”.
Para Iván Sánchez, la mayor responsabilidad de su papel radicaba en el hecho de interpretar a “un personaje que está muy vivo”. Sánchez y Pastor, al convertirse en un canal a través del cual se comunican muchas cosas de Miguel que el mundo no conoce, asumieron la responsabilidad con tranquilidad, dedicación y mucho profesionalismo. Entre otras cosas, tuvieron que trabajar juntos para encontrar algunos gestos o inflexiones que dieran continuidad al personaje en las etapas que refleja la serie en dos líneas de tiempo que abarcan diferentes décadas. En ese sentido ambos manifiestan que el trabajo en los guiones y el montaje ha sido determinante para que la historia mantenga su solidez.
La serie se grabó en España durante el primer semestre de 2022, y –entre otras cosas- contó con una preproducción muy importante, además de mucho trabajo en green screen para hacer posibles todas las cosas que la historia plantea.
En los primeros episodios vemos un momento que resulta muy diciente: Miguel Bosé está a punto de presentar su debut en el Festival de Viña del Mar en 1981, y recibe la noticia de lo que se conoce como ‘23-F’ (23 de febrero), cuando un grupo de militares españoles llevó a cabo un intento fallido de golpe de Estado. Eso nos recuerda que la política nunca ha sido ajena a la vida del artista: “Mi vida sociopolítica en España es de sobra conocida”, dice. “Muy tempranamente apoyé al PSOE en todas y cada una de sus campañas, lo que me trajo consecuencias profesionales serias, hasta que me harté de apoyar a esas y a otras, y acabé de política hasta donde no está escrito o no se permite escribir. Un día dije ‘hasta aquí y hasta allá, que se acabó’. Nacemos esclavos de un sistema que no nos representa y que no nos protege. Vivimos en una partitocracia que nos ordeña para abastecer su red clientelar y que, si quieres algo, o te lo consigues tú mismo, o nadie te lo va a dar. Nacemos esclavos y hasta la muerte nos estrujan”.
José Pastor asegura que su trabajo en la serie le enseñó que Miguel Bosé siempre ha sido un tipo muy valiente, pero lo ha sido más allá de lo artístico, con una vida personal en la que ha enfrentado enormes retos. Por su parte, Iván Sánchez destaca la actitud de Bosé para romper barreras a lo largo de su carrera, y de su persistencia para avanzar por encima de la oposición de las opiniones ajenas y de las normas establecidas.
“Mi sensación fue de pasmo total. Me resultó dificilísimo notar la diferencia entre su voz y la mía”. Miguel Bosé
“Miguel creció en una España franquista”, nos recuerda Iván, y para él la serie ha sido “un redescubrimiento de la sociedad, de la cultura y de la política de España”. Hace énfasis en que Bosé vivió durante mucho tiempo en una burbuja en la que estaba la flor y nata de la cultura. Eso le permitió a Miguel tener un mundo abierto a muchas libertades en medio de una sociedad coartada por la dictadura y de una familia que, a su manera, era una muestra de la realidad política. “Él desde sus entrañas sentía una libertad en todos sus sentidos, que explotaba dentro de este país”, agrega el actor.
Para Pastor, “un artista es una persona sensible, una persona despierta”, por eso le parece lógico que Bosé utilice su música y su popularidad para “lanzar al viento una idea, un pensamiento o una promesa”. A lo largo de estas décadas eso ha sido evidente en canciones como ‘Partisano’ o ‘Nada particular’, y en el trabajo de Paz Sin Fronteras con los conciertos en la frontera de Colombia y Venezuela en el Puente Internacional Simón Bolívar (2008), y en la Plaza de la Revolución en La Habana, Cuba (2009). La serie refleja todo ese espíritu libertario, y refleja también el enorme éxito que alcanza el artista con su música, despertando un enorme fervor a los dos lados del Atlántico.
Sin embargo, es fundamental entender que nadie alcanza las cosas que ha alcanzado Bosé, si no se tiene un carácter como el suyo. Nada de eso se construye siendo dócil y complaciente en una industria tan complicada como la del entretenimiento. “Claro, es que Miguel se forja en una familia donde aquello eran fuegos artificiales”, dice Iván Sánchez. “Empieza a hacer labores que no le correspondían a un niño, y creo que eso le forja el carácter, y se aferra a él mismo”, añade. Es evidente también que esa libertad manifestada en las canciones no es necesariamente un reflejo de la realidad íntima y personal del artista.
“Para ser grande en cualquier cosa, pero sobre todo en el arte, tienes que tener mucho carácter, porque al final tú vas a defender tu idea”, dice José Pastor, y asegura que “esta gente llega a donde llega porque va con esto a full”. Ese carácter tan fuerte sorprendió a los actores desde que empezaron a leer el guion de la serie, y en muchos casos les costaba entender por qué su personaje hacía ciertas cosas. Sin embargo, es claro que todo eso lo ha llevado a conseguirlo todo, desde el día de su desafiante debut en 1977, en la Sala Florida Park de Madrid.
Miles de conciertos alrededor del mundo y millones de álbumes vendidos son parte de un legado musical que es punto de referencia para la industria y para sus colegas. Más allá de la música, Miguel Bosé también ha realizado interesantes trabajos actorales junto a gente como Pedro Almodóvar, Alejandro González Iñárritu, Dario Argento, Klaus Kinski y Harvey Keitel, Este legado contiene incluso una entrañable versión de Pedro y el lobo, de Sergei Prokofiev, que en otras grabaciones contó con voces como las de David Bowie, José Carreras, Viola Davis, Sting y Sophia Loren (junto a Mikhail Gorbachov y Bill Clinton).
Hablamos de todo eso sin entrar a hablar detalladamente sobre otros activismos en los que se ha involucrado y los montones de tradiciones que ha desafiado. La suya ha sido una vida intensa, excepcional y en claroscuro que hoy puede dejarnos con algo que hace poco dijo el mismo Bosé a Rolling Stone: “No me arrepiento de nada. Es más, en todo caso, de lo que no he hecho. Mi vida ha sido, y es, valiente. Una de la que se niegan cosas, no es digna ni de un cobarde”.
Miguel Bosé en sus propias palabras
Con base en extractos de su libro Historia secreta de mis mejores canciones, seleccionamos algunas piezas emblemáticas para la larga carrera del ídolo español
‘Te amaré’
1980
“Nunca he vuelto a escribir ningún texto de amor a la vez tan sencillo y tan poderoso. Y hoy, tras varios intentos tardíos por tratar de emularlo, soy consciente con absoluta certeza de que jamás volveré a escribir nada igual o que le llegue a la altura de la suela de sus zapatos. He podido hacer muchos otros, con tonos diferentes, excepcionalmente bellos e inspirados, a su vez insuperables en otros aspectos, llenos de poesía y de las emociones más sublimes. Pero como este, no”.
‘Amante bandido’
1984
“Había empezado la verdadera autoría y autoridad de un Miguel Bosé que, por fin, daba el salto en el vacío para encontrar la horma de su zapato. No solo el planteamiento sonoro se revolucionó, también lo hizo el mundo de la escritura. De ahí en adelante el lenguaje utilizado fue más contemporáneo, el necesario para estar a la altura del estilo renovado, y también de los tiempos. De inmediato supe que se habían abierto ante mí 25 años más por delante, para disfrutar”.
‘Partisano’
1986
“Esta canción es parte de una serie extensa de obras que denuncian las guerras y que van apareciendo en casi todos mis trabajos, puntualmente. Muy pronto se convierten en obsesión. No solo por el sin sentido de todas ellas, sino por tratar de entender qué razones llevan a los hombres a desatarlas. Pero por mucho que intente, hasta la fecha no encuentro, ni yo ni nadie, ninguna, porque no la hay. Ninguna justificación, ningún argumento”.
‘Los chicos no lloran’
1990
“Los chicos no lloran, las mujeres en casa, no hay mal que por bien no venga, a Dios rogando y con el mazo dando, en la mesa no se habla, no juegues con fuego, niño, que te vas a mear en la cama, te comes lo que te pongan, los domingos a misa, sé un hombre del mañana, es de bien nacido el ser agradecido, un caldo de pollo levanta a los muertos, no te fíes ni de tu padre… eran algunas de las frases más comunes en lo cotidiano de los españoles de la era Generalísimo […] Más me repetían que los chicos no lloran, más fui encontrando mil razones para estallar en llanto, de pura rebeldía”.
‘Si tú no vuelves’
1993
“Esta canción está dedicada al padre de un amigo, fallecido durante la escritura y composición del repertorio del álbum Bajo el signo de Caín, en el que va incluida. El dolor que se apoderó de él me resultó insoportablemente conmovedor. Fui más allá y fantaseé lo que supondría perder el mío. El texto imagina las profundas y desgarradoras emociones sentidas, la sensación de vacío. Poco tiempo después, el mío se iría. Lo que simplemente era un temor, se convirtió en una irreparable pena. A partir de ahí, la canción tomó más fuerza, tan devastadora como un mal presagio.
No solo es una canción de amor, es también de chantaje. Las amenazas que se lanzan a la persona querida, al padre, no pueden ser desoídas”.
‘Nada particular’
1993
“‘Nada particular’ es un himno de paz. Nace en el contexto de la guerra de Yugoslavia, la antigua Yugoslavia, que estalló a principios de los años 90. Fue uno de los conflictos más sangrientos del siglo XX. Los odios étnicos y las intolerancias religiosas acumuladas implosionaron y acabaron desmembrando al Estado yugoslavo. Esta canción está inspirada en un documental francés que sigue a un puñado de jóvenes, mezcla de etnias y religiones, huyendo en autobús de la demencia de aquella guerra”.
‘Este mundo va’
1996
“Crecer es crucial, pero debemos entender bien su proceso para integrarlo a medida de cada uno. A cambio, se requieren oportunidades para corresponder justamente al orgullo ajeno y al amor propio. ‘Este mundo va’ cuenta todo ese proceso, el de lo ineludible, lo insalvable, y de cómo sobreponerse a ello. De cómo repartir la carga entre dos para que sea más ligera. Habla de amor maduro, de complicidad”.
‘Morenamía’
2002
“‘Morenamía’ es posiblemente la canción con más alta carga erótica de todo mi repertorio. Diría incluso más. En varios momentos roza lo porno. Es porno. La sensualidad que desprende alcanza muchos grados Celsius, casi tantos como los que alcanza la lava en el corazón de un volcán. Es muy caliente, arde.
Pero, además, deja mucho espacio a las interpretaciones, lo que la convierte en un arma húmeda, con la que desvariar y mojarse.
‘Morenamía’ tiene musa inspiradora con nombre, apellido, dirección y número de teléfono. Por razones obvias no desvelaré sus datos. Hoy en día está felizmente casada, tiene familia y una reputación impecable que no puede ser mancillada bajo ningún pretexto”.
‘Júrame’
2010
“El 20 de septiembre de 2009, la Fundación Paz Sin Fronteras (PSF), que mi compadre Juanes y yo lideramos en la actualidad, organizó un macroconcierto en la Plaza de la Revolución, en La Habana, Cuba. A él, se calcula que asistieron más de un millón seiscientas mil personas llegadas desde los más recónditos rincones del país. Las autoridades cubanas, que pusieron todos los medios a favor para el buen hacer y fin del concierto, sin embargo, estaban divididas en su seno y en el último momento el concierto estuvo a punto de no suceder […] En un momento, el juramento de que pasase lo que pasar seguiríamos adelante se hizo imprescindible. Viendo cómo la lista de artistas de iba cayendo día a día, por los riesgos físicos a que se enfrentaban, no hubo más remedio que plantarse. Nos juramos que, aunque al final solo quedásemos los dos, iríamos a la isla a llevar nuestro mensaje de paz y concordia, la demanda del fin del embargo a Cuba por parte de Estados Unidos, y todo el resto”.