Steel Panther y la parodia del glam rock: “Nuestras letras son guarras y sucias”

Antes del show en el teatro Gran Rivadavia, el cantante Michael Starr explica por qué incorporaron el humor en sus letras y reflexiona acerca de la cultura de la cancelación

Por  DIEGO MANCUSI

octubre 16, 2023

“En estos días, hay que ser un caballero con las fans”, sostiene el cantante Michael Starr.

Gentileza prensa

Unos años atrás Satchel, guitarrista de Steel Panther, se asoció con una empresa de electrónica para lanzar un pedal custom: el Pussy Melter (“derretidor de conchas”). Para sorpresa de nadie se armó un quilombo divino que incluyó petitorios, ensayos profusamente fundamentados y sendos intentos de cancelación. Ante eso, al músico no le quedó otra más que pegar un volantazo, y lo anunció en Twitter: “Estamos trabajando para relanzar el Pussy Melter bajo el nombre menos ofensivo y más políticamente correcto de Butthole Burner [“Quemador de culos”]. No se preocupen, chicas: igual les va a derretir la concha”.

Acaso el error de la turba iracunda fue no conocer el código: Steel Panther no es una banda del siglo XXI aunque hayan tocado anoche; como dice su cantante Michael Starr, es -más bien- un homenaje vivo a la era del glam metal, los dorados 80 que supieron gozar como público. Algunos afirmarán que más que un tributo es una parodia (letras como “mi amor es puro y verdadero, mi corazón te pertenece, pero mi pija es propiedad comunitaria” pueden sugerir tal cosa) pero aquellos tiempos de guitarras fuertes, maquillaje e intercambio impune de fluidos no eran mucho menos burdos. Con quince años de carrera sostenida (ya duraron más que algunos grupos de la época a la que evocan), ahora vienen a la Argentina para presentarse en el teatro Gran Rivadavia el martes 17 de este mes. Y Starr… digamos que lo sabe: “Es la primera vez que vamos para allá, ¿no?”.

Hace unos meses editaron On the Prowl, su sexto disco. Ahí está “1987”, una canción de amor a una era del rock que claramente aman. ¿Qué significó para vos el surgimiento del glam metal? ¿Cómo procesó la mente de un adolescente toda esa información?

Honestamente no lo pensé mucho, sólo me sentí atraído hacia eso como una polilla hacia la luz o algo así. Quería eso, era brillante. Era nuevo y fresco. Era increíble, era rockero y a las chicas les gustaba, y yo estaba completamente metido ahí. Lo amaba, y lo amé desde el principio. Lo vi, y todavía lo amo, y eso es de lo que realmente trata “1987”. Es una historia de amor acerca de esa época en la que la música era diferente en los años 80. Simplemente era diferente: fue diferente en los años 2000 y es diferente ahora. No digo que ahora todo sea malo o peor o mejor. Era un tiempo distinto y las cosas eran diferentes en el mundo. Ahora el mundo es otro y las cosas cambiaron, pero seguimos aquí y seguimos celebrando ese tiempo. También estamos celebrando nuestra propia versión de eso con Steel Panther. No somos sólo una banda tributo paródica: somos una banda y rockeamos, y a la gente le encanta.

Muchos no se darán cuenta, pero ustedes tienen un doble desafío por delante cada vez que componen una canción: tiene que ser graciosa y a la vez tiene que ser buen heavy metal. ¿Cuán difícil es todo eso?

Bueno, no es tan difícil porque esto es lo que amamos y lo que hacemos. Así que es bastante fácil mantenernos fieles a nuestra marca. Cuando escuchas Steel Panther y nos conocés, cuando sale algo nuevo esperás un cierto tipo de producto, ¿no? En sí creo que cada banda tiene que lidiar con eso, se llame como se llame. Si Metallica saliera y tocara smooth jazz, pensarías: “Eh, ¿qué está pasando? Esto no es Metallica”. Metallica en algún momento se alejó de lo que hacían y a la gente no le gustó, y tuvieron que volver a lo que hacen bien de verdad. Así que sí, es una batalla para cada banda. Pero en lo que nos compete a nosotros, sabemos que nos miran con microscopio porque nuestras letras son así de guarras y sucias, y la gente se pregunta de cuántas formas podés hablar sobre que te la chupen o sobre cogerte a una mina. Bueno, llevamos seis discos con eso, así que se puede hacer.

Bueno, ese es otro desafío más: mantenerte dentro del imaginario del glam metal y a la vez seguir fresco, no repetirte. En ese sentido, “On Your Instagram” [también de On the Prowl, con una letra que dice “¿por qué no podés lucir como en tu Instagram? La mina a la que me quiero coger está en tu Instagram”] es un buen refresco: superficialidad de los 80 en un contexto tecnológico actual.

Totalmente. Igualmente no creo que seamos sólo nosotros o nuestro género musical quienes tenemos dificultades para encontrar temas de qué hablar, porque al final la mayoría canta sobre enamorarse, sobre separarse y sobre plata. De eso suelen ser las canciones. Me encantan las canciones de amor, pero también me gustan las canciones sobre situaciones que pasan cuando estás con tus amigos, y de ahí es de donde sacamos muchas ideas para nuestras canciones, porque las vivimos en carne propia. Tuvimos experiencias con putas asiáticas [canción: “Asian Hooker”, del debut Feel the Steel de 2009]. Encontramos un gloryhole en Francia [“Gloryhole”, de All You Can Eat de 2014]. Toda la música viene de nuestros sentimientos y de cómo nos sentimos acerca de los excesos y todas las demás facetas de la música. Son todas experiencias con las que todos hemos lidiado, así que a medida que envejecemos pueden cambiar, pero siguen arraigadas en el heavy metal y la depravación.

Lo bueno del glam metal es que puede pasar cualquier cosa, no hay nada por fuera del verosímil.

Es así. Quiero decir: es una fantasía, todo el heavy metal es una fantasía divertida porque todo es grande, todo es más ruidoso y todo es más sexy, y eso es básicamente una fantasía. Es como cuando ves pornografía: querés ver a la chica más hot siendo penetrada por un tipo con una gran y jugosa polla palpitante, ¿o no? Es lo mismo. Es una fantasía. No es real. No pasa todo el tiempo. Y eso también es el heavy metal: una gran y palpitante pija en una vagina. ¿Podemos decir eso acá?

Como si fueras a dejar de decirlo.

Ja, es verdad.

¿Quién es tu público principal? ¿Gente que vivió la era del glam metal y tiene nostalgia o pibes que encuentran esa idea atractiva?

Nuestra demografía es bastante amplia, pero creo que la principal es entre 18 y 34 años. Sabemos que también tenemos algunos adolescentes más jóvenes. Y también tenemos personas como yo que son mayores y que vivieron esa época y todavía la recuerdan con cariño. Me encanta eso. Y lo bueno de Spotify y todas las plataformas como YouTube y Pandora es que las personas pueden escuchar lo que quieran cuando quieran, y eso es realmente bueno para las bandas, porque están más expuestas ahora que antes. La gente se queja de no estar en la radio, pero nosotros nunca estuvimos en la radio y tenemos una gran carrera.

¿Por qué será que el glam metal no tuvo todavía su escena retro? Volvió el punk mil veces, el garage y la new wave tuvieron a los Strokes, los Hives y demás, pero el metal de los 80 sólo los tuvo a ustedes y quizás a The Darkness.

Creo que la razón es que todavía tienes bandas como Aerosmith, Metallica, Guns N’ Roses, Mötley Crüe, Def Leppard… todas estas bandas todavía llenan estadios y siguen rockeando, así que en sí el género no está muerto. Son los mismos tipos los que lo siguen haciendo. Y nosotros somos un poco como los New Kids on the Block.

¿Alguna vez te preguntaste qué hubiera pasado con ustedes si sus letras no fueran cómicas, si fueran una banda “en serio”?

Sí, entiendo tu pregunta. Bueno, intentamos conseguir un contrato discográfico, creo que a principios de los años 90. Pero nadie nos quería, y nuestra música era más limpia. Creo que “Death to All But Metal” [su primer hit] era más como un himno en ese momento, y después lo cambiamos, pero nadie nos quería. Y después dijimos “¿sabés qué? Vamos a cantar sobre lo que queremos en vez de tratar de encajar en lo que pensamos que las discográficas quieren”. Una vez que empezamos a hacer nuestras propias cosas de la manera que queríamos y a poner nuestras personalidades en las letras, conseguimos un contrato discográfico y lanzamos nuestro primer disco. Así que, tal vez en el futuro eso pueda pasar, pero por ahora esto es lo que estamos haciendo. Y nos encanta.

Tuvieron un par de choques con la cultura de la cancelación. Una de las peores cosas que puede pasar en ese contexto es la autocensura: no decir cosas que sabés que no son ofensivas, sólo por no meterse en problemas. ¿Les pasó?

No realmente. Quiero decir, el Pussy Melter fue lo único que llamó la atención lo suficiente como para llegar a las noticias, supongo. Pero aparte de eso, no pasó nada. Quiero decir: somos un espectáculo cómico divertido y las personas que vienen a nuestro espectáculo saben lo que van a encontrar, y si no les gusta lo que escuchan cuando entran, pueden darse la vuelta e irse, no tienen que escucharlo. Eso es lo lindo de esto. No es como si estuviéramos “violando” a la gente con nuestra música. Les decimos: “Vení a escuchar, si no te gusta, está bien; si te encanta, genial”. Así que no tuvimos grandes problemas. Pero bueno, tenemos respeto por la gente que nos pide entrevistas y nos piden no ser vulgares, porque sus jefes se molestarían. Así que no nos queda otra más que hacer concesiones en ese sentido.

Hablando de eso: ser el cantante de una banda de rock y que se acerquen las mujeres puede ser inevitable. ¿Tenés que tener un cuidado especial con eso por estos días?

En realidad sí, tenés que ser un caballero. Sabes a lo que me refiero. Hay chicas que se quieren enganchar con vos. Hay chicas que quieren pasar un rato con vos, y podés darte cuenta de quiénes son. Tenés que asegurarte de que tengan la edad adecuada, con eso está todo en orden.